El Salvador se convirtió el martes en el primer país del mundo en adoptar el bitcoin como moneda de curso legal, un experimento impulsado por el gobierno que lidera Nayib Bukele, que afirma que reducirá los costos por el dinero enviado al país centroamericano desde el extranjero, aunque críticos advierten que puede impulsar el lavado de dinero.
La novedosa política monetaria tiene como objetivo permitir que los salvadoreños ahorren los 400 millones de dólares que gastan anualmente en comisiones por remesas, en su mayoría enviadas desde Estados Unidos. Durante 2020, las remesas que llegaron a El Salvador ascendieron a casi 6.000 millones de dólares, 23% de su producto interno bruto, una de las proporciones más altas del mundo, informó la agencia Reuters.
El lunes, El Salvador compró sus primeros 400 bitcoins, lo que hizo subir momentáneamente el precio de la criptomoneda más de 1,5% a 52.700 dólares, pero en la madrugada del martes el precio se desplomó a 42.000 dólares, antes de recuperar aproximadamente la mitad de esa pérdida, en un ejemplo de la volatilidad en el valor de esta moneda virtual.
Los sondeos muestran que la mayoría de los salvadoreños son escépticos sobre el uso del bitcoin y desconfían de la volatilidad de la criptomoneda que, según críticos a la iniciativa, podría aumentar riesgos para las instituciones financieras. Además, muchos críticos a la medida argumentan que se aportó muy poca información a la población teniendo en cuenta la magnitud de esta medida monetaria que fue aprobada en junio en la Asamblea Nacional, donde las fuerzas políticas afines a Bukele tienen mayoría absoluta.
Para impulsar el uso de la criptomoneda, desde el gobierno se ofreció regalar 30 dólares en bitcoin a cada persona que descargue la billetera virtual. Sin embargo, este incentivo parece ser insuficiente para incentivar a la población a utilizar esta herramienta, más aún si se tiene en cuenta que de acuerdo a un estudio elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo, únicamente 45% de los salvadoreños tiene conectividad a internet.
Paralelamente, una encuesta realizada por la Universidad Centroamericana (UCA) difundida la semana pasada mostró que más de 82% de la población tenía poca o ninguna confianza en el bitcoin y más de 95% de los encuestados consideraron que su uso debía ser voluntario y no obligatorio, como pretende el gobierno de Bukele.
Esta postura popular se puso de manifiesto con movilizaciones callejeras que se produjeron el martes en San Salvador, en las que los manifestantes mostraron su resistencia a la obligatoriedad que el Ejecutivo pretende imponer en las transacciones con los bitcoins.
Los movilizados pretendían llegar hasta la Asamblea Nacional, el órgano unicameral legislativo del país, pero no pudieron hacerlo debido a la presencia policial y a los vallados dispuestos, según informó el diario salvadoreño La Prensa Gráfica.
Otra de las críticas que se le hizo a la medida es que mediante la aplicación Chivo Wallet el gobierno puede acceder a los datos personales de los ciudadanos. “La aplicación solicita acceso a su micrófono y sus contactos. La implementación del bitcoin como moneda puede ser una distracción, pero dada la decisión de seguir adelante con el plan a pesar de la oposición popular y el consejo de los expertos, también podría ser un pilar importante del proyecto político de Bukele”, explicó el economista salvadoreño Ricardo Castaneda.
En el período previo al lanzamiento, el gobierno instaló aproximadamente 200 cajeros automáticos de su billetera digital denominada Chivo Wallet, que permitirá que la criptomoneda se convierta en dólares y sea retirada sin comisión.
Pero el martes, en la práctica, hubo muchos problemas para la implementación del uso de los bitcoins. Primero el gobierno dirigió críticas a las empresas Apple, Google y Huawei por no incluir en sus tiendas de aplicaciones la posibilidad de descargar la Chivo Wallet. Pero horas más tarde Bukele tuvo que admitir directamente que había dificultades técnicas con el propio sistema de Chivo Wallet. “Cualquier dato que traten de ingresar en este momento les dará error”, escribió el mandatario en su cuenta de Twitter. Luego agregó: “El sistema está desconectado mientras se aumenta la capacidad de los servidores. Es un problema relativamente sencillo, pero no se puede arreglar con el sistema conectado”.
Más tarde, el gobierno informó mediante un comunicado que había sido necesario desconectar el sistema para aumentar la “capacidad de los servidores de captación de imágenes”. “Los problemas de instalación que tuvieron algunas personas fueron por esa razón. Preferimos corregirlo antes de volver a conectarla”, se explicó en el texto oficial.