A partir de este miércoles está vigente en Texas una de las leyes más restrictivas de Estados Unidos sobre interrupción voluntaria del embarazo, aprobada por el Congreso de ese estado. El gobernador republicano Greg Abbott, uno de los dirigentes que encabezan una ofensiva conservadora en Estados Unidos, celebró en Twitter la noticia y dijo que “Texas siempre va a defender el derecho a la vida”.

La norma, conocida como Ley 8 del Senado, prohíbe el aborto a partir de que se detectan los latidos del corazón del embrión, algo que ocurre cerca de la sexta semana de gestación. Es frecuente que a esa altura del embarazo la mujer todavía no lo haya detectado, de modo que es probable que al tener la oportunidad de conocer su situación ya no pueda decidir interrumpir el embarazo dentro del marco legal, ni siquiera en caso de violación.

Representantes de los centros de salud que atienden a mujeres que acuden a interrumpir su embarazo señalaron que esta norma “reduce inmediatamente y catastróficamente el acceso al aborto en Texas, prohibiendo cuidados a al menos 85% de las pacientes”.

El presidente estadounidense, Joe Biden, se refirió a esta norma adoptada en el estado sureño y dijo que “viola flagrantemente el derecho constitucional” reconocido por la Suprema Corte en 1973, en el caso Roe contra Wade. Esa sentencia estableció que una persona tiene derecho a decidir si quiere continuar o no con su embarazo durante los seis primeros meses de gestación. Ese fallo obliga a las demás sedes judiciales del país a tomar una decisión similar.

Defensores del derecho al aborto señalaron que las consecuencias inminentes de esta ley serán que quienes quieran interrumpir su embarazo deban trasladarse hacia otros estados para poder hacerlo. Pero señalan que esa solución será accesible sólo para quienes puedan pagarse el traslado, faltar al trabajo y resolver con quién dejar a sus hijos, en caso de que los tengan.

También Biden señaló que el mayor impacto de esta norma se sentirá entre las poblaciones más pobres, entre ellas las de negros y latinos. “Mi administración, que está profundamente comprometida con el derecho constitucional establecido en el caso Roe contra Wade hace casi cinco décadas, protegerá y defenderá ese derecho”, afirmó Biden.

La Suprema Corte tiene pendiente pronunciarse también sobre una ley que entrará en vigencia en octubre en el estado de Misisipi, que prohíbe los abortos después de las 15 semanas de gestación en la mayoría de las circunstancias. De acuerdo con la agencia de noticias Associated Press, otros 12 estados aprobaron leyes que restringen el acceso al aborto, pero esas normas, a diferencia de la de Texas, fueron suspendidas en su aplicación.

La ley de Texas se diferencia de otras en que establece que cualquier persona tiene la posibilidad de ir a la Justicia contra quien lleve a cabo un aborto o colabore con ese procedimiento: por ejemplo, quien acompañe a una persona a practicárselo en otro estado. Quien demande a alguien por aborto y gane la demanda recibirá 10.000 dólares o más. Biden afirmó que delegar las denuncias en particulares es “escandaloso” y dio a entender que esto puede generar denuncias en familias en las que alguien haya abortado e incluso presentadas por personal médico.

Una de las primeras consecuencias de este cambio legal fue que las clínicas que practican abortos dejaron de funcionar. “Nuestro personal clínico vio a pacientes hasta las 23.56 [del martes], justo tres minutos antes de que la prohibición del aborto entrara en vigor en Texas”, tuiteó Whole Woman’s Health.

A su vez, Vanessa Rodríguez, responsable del centro de atención telefónica de la red de clínicas de salud sexual y reproductiva Planned Parenthood en el estado, recordó en una conferencia de prensa telefónica que el gobernador de Texas ya había restringido el acceso a ese tipo de centros, informó Efe. Al comienzo de la pandemia de covid-19, Abbott decidió suspender la realización de abortos porque lo consideró un procedimiento médico no esencial, señaló Rodríguez. “Tuvimos que decirles a las personas que venían a consultar que no podíamos atenderlas por orden del gobernador. Es descorazonador decirle a la gente que no tiene elección”, agregó. Según informó el diario inglés The Guardian, ya en 2020 el número de personas que viajaron de Texas a otro estado para interrumpir su embarazo aumentó 400%.