La Organización Mundial de la Salud (OMS) actualizó este miércoles en un informe publicado en su portal oficial sus niveles de calidad del aire estableciendo riesgos “graves” para la salud en concentraciones que antes se consideraban seguras.

De acuerdo al informe consignado por el portal Europa Press, la OMS expresó que la contaminación del aire representa un importante riesgo medioambiental para la salud, tanto en los países desarrollados como en los que están en vías de desarrollo. Mediante la disminución de los niveles de contaminación del aire los países pueden reducir la carga de morbilidad derivada de accidentes cerebrovasculares, cánceres de pulmón y neumopatías crónicas y agudas, entre ellas el asma.

Cuanto más bajos sean los niveles de contaminación del aire mejor será la salud cardiovascular y respiratoria de la población, tanto a largo como a corto plazo, se puntualiza en el informe de la OMS.

Según las estimaciones de la entidad internacional con sede en la ciudad suiza de Ginebra, la contaminación ambiental del aire, tanto en las ciudades como en las zonas rurales, causa cada año la muerte prematura de aproximadamente 4,2 millones de personas, principalmente en los países del sudeste asiático y en la vasta zona del Pacífico Occidental que comprende entre otros países a China.

La nueva guía de la OMS establece las cantidades máximas recomendables de los contaminantes en el aire más nocivos (partículas en suspensión, ozono, dióxido de nitrógeno, dióxido de azufre y monóxido de carbono) y en casi todos los casos el organismo sanitario decidió bajar los niveles considerados hasta ahora como más seguros. Tal es el caso de las partículas en suspensión con un diámetro inferior a 2,5 micras (PM 2.5), considerados el contaminante más peligroso para el ser humano. Hasta ahora recomendaba menos de 25 microgramos por metro cúbico de aire en un día, mientras que ahora baja el nivel óptimo a 15 microgramos, según consignó la agencia Efe.

Para poner un ejemplo, la ciudad de Pekín, la capital china, que es una de las urbes más contaminadas del mundo, amanece frecuentemente con niveles superiores a 500 microgramos por metro cúbico y en días excepcionalmente malos llegó a superar los 1.000 microgramos.

En cuanto a las partículas de un tamaño algo mayor, de hasta 10 micras de diámetro (PM 10), la OMS baja su nivel diario recomendable desde 50 microgramos a 45 por metro cúbico de aire.

Los dos tipos de micropartículas, PM 2.5 y PM 10, suelen provenir de la quema de combustibles fósiles y son consideradas peligrosas para la salud al poder penetrar en los pulmones, aunque las primeras son aún más nocivas para la salud, ya que dado su pequeño tamaño pueden llegar con más facilidad al torrente sanguíneo, se advirtió en el informe.

Según la OMS, un 90% de las muertes relacionadas con las partículas PM 2.5 pueden evitarse si se adoptan las nuevas guías, que no son en principio obligatorias por ley, aunque de acuerdo con la organización son altamente recomendables, no sólo para proteger la salud sino para afrontar la lucha contra el cambio climático.

Una evaluación de 2013 realizada por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer de la OMS determinó que la contaminación del aire exterior es carcinógena para el ser humano, y que las partículas del aire contaminado están estrechamente relacionadas con la creciente incidencia del cáncer, especialmente el cáncer de pulmón. También se constató una relación entre la contaminación del aire exterior y el aumento del cáncer de vías urinarias y de vejiga.

La OMS destaca el hecho de que la gran mayoría de las fuentes de contaminación del aire exterior están más allá del control de las personas, por lo que se requieren medidas por parte de las ciudades, así como de las instancias normativas nacionales e internacionales en sectores tales como transporte, gestión de residuos energéticos, construcción y agricultura.

Además de la contaminación del aire exterior, el humo dentro de los hogares representa un grave riesgo sanitario para unos 3.000 millones de personas que cocinan y calientan sus casas con combustibles de biomasa y carbón.