Verónica Piñeiro, licenciada en Ciencias Biológicas por la Universidad de la República, es quien será propuesta por el recientemente elegido presidente del Frente Amplio (FA), Fernando Pereira, para ser la vicepresidenta de la fuerza política. Actualmente es representante de las bases de Montevideo por el FA, pero además tiene una extensa trayectoria en distintos espacios frenteamplistas.
En diálogo con la diaria, Piñeiro dijo que no son tiempos de evaluar por dónde el FA debe captar votantes para las próximas elecciones nacionales, sino que hay que concentrarse “en profundizar la organización, en lograr la movilización del FA y en tener compañeros involucrados en la militancia con capacidad de definición y de incidencia dentro de las definiciones del FA”.
Pereira dijo en entrevista con El Observador que una vez que asuma la presidencia del FA su prioridad será el referéndum contra los 135 artículos de la ley de urgente consideración (LUC). ¿Cuál será la suya?
Es claro que el objetivo hasta fines de marzo es el referéndum contra la LUC: es un objetivo central que ya está instalado en el FA. Se están sumando las actividades con las organizaciones que están en la Comisión [por el Sí a la anulación de 135 artículos de la LUC], tanto a nivel de Montevideo y Canelones como en el resto de los departamentos, para poder hablar con la gente y transmitir la necesidad de acompañar este referéndum para anular los 135 artículos de la LUC.
¿Cómo cree que se tiene que llevar a cabo la campaña desde el FA?
Como lo ha hecho en el desarrollo de la recolección de firmas, tiene que ser sumándose. El FA es parte de la comisión de organizaciones y tiene que seguir en ese sentido, también aportando a las definiciones de cómo llevar adelante la campaña. Además, obviamente, poniendo a toda su militancia organizada desarrollando barriadas y actividades de cercanía que permitan el diálogo con las personas. La principal herramienta que tienen el FA y los movimientos sociales son el diálogo y apostar a encontrarse con la gente, poder explicar por qué estos 135 artículos son regresivos.
Desde el oficialismo se plantea que el referéndum es “contra el gobierno” y no contra los artículos. ¿Piensa que es así?
Pienso que es un referéndum contra la LUC, eso es lo primero y así fue que se encauzó la campaña de recolección de firmas para concretar el referéndum. Es una mala ley que es una mala noticia para la democracia. Tiene más de 500 artículos, de los más diversos temas, en los que podemos cuestionar en muchos casos cuál era la urgencia de esa aprobación, además de que fue un proceso con poca discusión y poca capacidad de poder recibir a todos los actores. El centro es que las organizaciones sociales y el FA entendieron y entienden que estos 135 artículos son regresivos para el derecho y que son un problema para la sociedad uruguaya; que el escenario político posterior al referéndum cambie y pasen cosas dependiendo del resultado es claro.
En la entrevista mencionada, Pereira manifestó la necesidad de un equipo joven que sintonice “con un sector de la sociedad con el que el FA dejó de sintonizar”. ¿Con qué sectores cree que dejó de sintonizar y qué les aportaría la juventud?
Creo que el FA tiene algunos desafíos: la elaboración programática y concretar iniciativas políticas en coordinación con el Parlamento, pues hay ciertos perfiles o ciertos rangos etarios que pueden llevar a que se aborden diferentes temas, como el ambiental, el género y las juventudes en general. Esos atraviesan muchos temas que la izquierda ha tratado históricamente, como la vivienda y el trabajo, entre otros, pero si están los jóvenes para discutirlos, mucho mejor.
Esto está relacionado con las cuestiones que procesó el documento de la autocrítica del FA, que es el alejamiento de la base social. Muchas veces ese alejamiento pudo estar dado, pero ahí lo que hay que reforzar es la necesidad de tener más militancia: ello nos va a llevar a tener militantes que estén involucrados en el FA, pero también en otras organizaciones sociales, y ese doble espacio de militancia, siempre teniendo en cuenta lo importante que es que en el FA los militantes puedan tener incidencia en las decisiones, es lo que también potencia ese relacionamiento con la base social y con esos temas que quizá Fernando planteaba. Lo ambiental, por ejemplo, es sustantivo para las nuevas generaciones.
A su vez, Pereira había señalado anteriormente que en la vicepresidencia quería a una mujer, posiblemente menor de 40 años. A través de un comunicado, la Unidad Temática por los Derechos de las Ciudadanas del FA manifestó que la declaración “cosifica” a las mujeres. En sus puntualizaciones, mencionó el tema género. ¿Cree que la agenda feminista y de género es algo a profundizar dentro del FA?
El FA tiene un gran compromiso con la paridad. Eso está demostrado desde hace tiempo y ahora esta nueva dirección asume también ese compromiso. Que en las elecciones departamentales FA la mayoría de las electas hayan sido compañeras mujeres muestra que ese compromiso con la paridad y la participación efectiva de las mujeres en política tiene un sentido dentro del partido. Obviamente, eso hay que seguir potenciándolo, no hay que abandonar porque se cumplieron determinadas cosas; la apertura a la participación efectiva y a la militancia de las mujeres en los espacios orgánicos del FA es bien importante.
En entrevista con Caras y Caretas, a principios de 2021, hablaba de “pensar los desafíos en términos políticos, pero también organizativos”, como “ayudar a organizar ciertos sectores sociales”. ¿Qué implica pensar desde ese punto de vista?
Más que ayudar a ciertos sectores sociales en la elaboración de programas y de iniciativa política, el FA necesita poder movilizar esas ideas. Se requiere gente movilizada en torno a eso. El desafío ahí es potenciar su estructura organizativa y avanzar: no sólo ampliar espacios y generar otros espacios de participación, sino también llegar a lugares a los que al FA le ha costado el voto. Y ahí es a donde me refería en la nota: lugares informales, barrios donde al FA le cuesta llegar y organizar. El FA tiene la herramienta del comité de base, una presencia territorial muy importante; hay que defenderla en todo el territorio nacional. El desarrollo organizativo del FA tiene que ser uno de los desafíos principales a abordar y a seguir trabajando. En los militantes de base ese objetivo está siempre presente. También la necesidad de tener los espacios de participación y que la participación sea efectiva.
Habla de ciertos sectores a los que al FA le cuesta más llegar. En las elecciones nacionales le costó llegar a varios departamentos de fuera de la zona metropolitana. A pesar de ello, la Comisión del Interior del FA ya no está más. ¿Cree que eso influyó en lo que respecta a los votos en el interior? ¿Plantearía que se vuelva a implementar?
Sí. Desde que se desarticuló estuve en contra de que eso pasara, pero está en discusión. Está la Comisión Nacional de Organización, que es la órbita nacional, y cada departamento tiene también la suya, pero Montevideo y Canelones son espacios que por su centralidad tienen más peso, y la necesidad de tener compañeras y compañeros dedicados al trabajo con los compañeros de las departamentales es fundamental, eso no se puede abandonar.
Tampoco va a estar, según anunció recientemente Pereira, el Grupo de Acompañamiento. ¿Cómo planean resolver los desencuentros internos y los puntos de los distintos sectores?
Nosotros desde las bases de Montevideo planteamos una alternativa en la generación de ese espacio de acompañamiento: reformular el secretariado y volverlo un espacio ejecutivo, con las características que queramos darle. Eso no se logró y se generó ese Grupo de Acompañamiento, pero obviamente el FA tiene los espacios orgánicos como para poder procesar las discusiones y ahí hay que trabajar para que efectivamente esos espacios sean lo que son. El Secretariado Ejecutivo puede disponer y generar acuerdos y desacuerdos que después la mesa política analizará o verá hacia dónde los direcciona. Comparto el planteo de Fernando: no es un espacio que tenga que continuar. Sirvió, sí, para un momento en que en el FA había un problema de dirección claro.
Hablaba de la importancia de lo ambiental. Ha dicho que el FA como gobierno “hizo mucho” en cuanto a las políticas ambientales, pero “capaz que no con la profundidad que la gente interesada en estos temas pretendía”. ¿Qué hizo el FA por lo ambiental y qué le parece que debería implementarse como urgente?
Logró avanzar en muchas políticas de protección del ambiente. Quizá no las mejores ni las que serían deseables para muchos, pero, por ejemplo, se implementó el Sistema Nacional de Áreas Protegidas. Después, las políticas de cambio climático: Uruguay tiene un sistema nacional de respuesta al cambio climático. Con un corte ambiental interesante, aunque más vinculado a lo productivo, también los planes de uso y manejo responsable de los suelos. Y los planes de cuenca, que se desarrollaron en diferentes cuencas del país, y ahí creo que está el centro de algo en lo que el FA podría haber avanzado un poco más: en esta tensión entre lo ambiental y lo productivo.
El año pasado se discutió en el Parlamento el proyecto de ley forestal presentado por Cabildo Abierto y apoyado por el FA. Uno de los principales argumentos en contra del oficialismo fue que llamaba la atención que tras 15 años de gobierno el FA quisiera cambiar la legislación vigente recién ahora. ¿Por qué cree que esto fue así?
Las cosas se hacen cuando están los momentos políticos, las discusiones y las iniciativas arriba de la mesa. ¿Por qué no se hizo antes? ¿Por qué no se hizo mucho antes y se hizo en los 90? Se podría haber generado una ley forestal con un ordenamiento ya determinado de antes, pero en realidad la agenda en la gente, en las organizaciones y en la política provoca que determinadas cosas cambien en momentos diferentes. El FA intentó hacer aportes en esta discusión y quedó en eso.
El Partido Comunista fue el más votado dentro de las elecciones del FA. Sin embargo, se habla muchas veces de que es necesario llegar más al centro para lograr captar los votos para un nuevo gobierno frenteamplista. ¿Hay que cambiar el mensaje? ¿Acuerda con que hay que llegar más al centro?
Creo que el FA tiene, dentro de los desafíos programáticos, que generar esa iniciativa política. Y los procesos democráticos que tiene el FA tanto para definir el programa como para definir las cuestiones organizativas es lo que creo que va a ser sustancial: generar un programa que tenga los contenidos que entendemos que tiene que tener, que haga un seguimiento de políticas en temas que hay que revertir y en las que se han consolidado cosas que son buenas e interesantes para Uruguay.
El principal desafío no es ver cómo captamos votantes de centro o de dónde, sino que tenemos que concentrarnos en profundizar la organización, en lograr la movilización del FA y en tener compañeros involucrados en la militancia con capacidad de definición y de incidencia dentro de las definiciones del FA. Eso va a hacer que podamos ser capaces de hablar con la gente.
¿Qué trae para este período el nuevo equipo del FA?
Las principales metas son profundizar la organización y mejorar la inserción de la organización en los territorios. El FA tiene que ampliar los comités de base, darles herramientas para que puedan funcionar, cumplir ese rol que cumplen en los territorios y llegar a los lugares a los que está costando llegar. Obviamente, esto tiene que ir acompañado de un desafío de elaboración programática y de fuerte coordinación con las compañeras y los compañeros parlamentarios, que son nuestra voz en los órdenes legislativos, pero creo que viene una etapa de plasmar esas iniciativas y continuar con algunas cosas que se había empezado a hacer. El centro: la campaña contra los 135 artículos de la LUC.