En respuesta a las manifestaciones populares debido a la situación de inestabilidad política y social en Perú se decretó el cierre de los aeropuertos y una decena de uruguayos que se encontraban en el país se vieron imposibilitados de retornar.
Luis Hierro López, exvicepresidente de la República y actual embajador uruguayo en Perú, contó a la diaria que, según la información que tenía la embajada, “todos los uruguayos que estaban varados ya han retornado al país o están retornando. Habíamos registrado 14 personas, algunos jóvenes que estaban en Machu Picchu y Cusco y, al cerrarse el aeropuerto de Cusco, quedaron varados, con la imposibilidad de volver”.
El 7 de diciembre el Congreso de Perú “declaró la permanente incapacidad moral del presidente Pedro Castillo Terrones, su inmediata vacancia y, en consecuencia, la aplicación del régimen de sucesión”, por “pretender disolver el Congreso e impedir su funcionamiento de forma inconstitucional” y, de esa manera, intentar “usurpar funciones públicas, impedir el funcionamiento de los poderes del Estado y violentar el orden establecido por la Constitución política”.
Hierro López relató que, “al aplicarse la vacancia contra Castillo, que es una figura totalmente constitucional, algunos sectores amigos de Castillo y voceros internacionales dijeron que hubo un golpe de Estado, pero no, el golpe de Estado lo dio Castillo disolviendo inconstitucionalmente el Parlamento y la Justicia, que es que casi más grave que el Parlamento”. “Ante ello, el Congreso decretó la vacancia de Castillo, él se fue y fue apresado y procesado”, resumió.
El mismo día se decretó el Estado de emergencia y el toque de queda, “que son dos situaciones: Estado de emergencia está en la Constitución [artículo 115] de Perú y admite el allanamiento de casas sin orden judicial y la prohibición de reuniones en público, etcétera, y el toque de queda impide el traslado de personas después de la 22.00”, desarrolló Hierro López, y fundamentó que “con ambas medidas se ha venido amainando el asunto”.
De todas formas, explicó que “fueron días un poco más intensos, pero lo hicimos con espíritu de servicio porque había uruguayos con dificultades y en esas situaciones es obligación de la embajada prestar un servicio de asistencia y de apoyo”.
El contexto social de protestas frente a las medidas tomadas y la crisis política implicaba “incidentes, carreteras bloqueadas y complicadas. No era una situación segura andar en una carretera de noche”, como les tocó a varios de los uruguayos.
Repatriados
“Por suerte, todos ellos ya han retornado, con situaciones complicadas, porque, por ejemplo, una pareja de jovencitos el primer día salió caminando con otros turistas y recorrieron 40 kilómetros, la muchacha tuvo un esguince”, lamentó. Además, dos mujeres y la hija de una de ellas quedaron varadas en Aguascalientes, la estación de trenes más cercana a Machu Picchu, donde el tren quedó inutilizado porque se destrozaron las vías y por esto no se podía volver a entrar.
“El gobierno de Perú había anunciado que iban a ir helicópteros para rescatarlas, aunque allí no hay lugar para que los helicópteros bajen, entonces lo harían en un pueblo cercano. Como los helicópteros demoraron mucho por razones del clima, se volvieron caminando 20 kilómetros hasta Hidroeléctrica, una localidad con una represa donde suele haber camionetas, allí llegaron a través de los senderos de la montaña, que son muy escabrosos”, relató Hierro López.
El camino continuó para las tres uruguayas, que alquilaron una camioneta para trasladarse hacia Cusco y se rompió. Tuvieron que seguir en otro vehículo de noche y “ya había toque de queda, por lo tanto, no podían circular. La embajada intervino para hablar con las autoridades y que les dieran una autorización especial. Llegaron a Cusco a las 23.00 luego de una travesía de odisea”, destacó el embajador.
Para la tranquilidad de sus familiares, sostuvo que se comunicó con ellas y se encontraban en Montevideo en buenas condiciones. “El tema de los turistas varados quedó ya encaminado, por suerte sin peores consecuencias más que el disgusto de personas que tenían excursiones turísticas o pasajes para un día o para otro y tuvieron que postergar todo eso a la espera de 'rescate'”, sentenció.