El 25 de noviembre, dos asesores honorarios del Ministerio del Interior (MI) presentaron su renuncia indeclinable mediante una carta enviada al titular de la cartera, Luis Alberto Heber, informó este jueves el semanario Búsqueda. Se trata de Robert Parrado, licenciado en seguridad pública, y la abogada Martha Valfre, directora de la Academia Uruguaya de Investigación Criminal y Ciencias Forenses, que dentro del MI integraban lo que coloquialmente se denominó como “GACH” sobre seguridad –en referencia al Grupo Asesor Científico Honorario que funcionó durante la pandemia–, que se conformó en julio de 2021, a partir de una disposición de la ley de urgente consideración.
“Ambos somos profesionales de larga y aquilatada trayectoria en nuestro medio, que aceptamos el desafío propuesto por vocación, compromiso y deseo de realmente ayudar a un cambio más que necesario. Desde nuestra inserción en los grupos asesores nos hemos encontrado mil inconvenientes que gradualmente han llevado a que el tiempo y dedicación que brindamos de forma totalmente honoraria resulte desmotivante”, señalaron en la carta, firmada por ambos. Específicamente, Valfre asesoraba en el Grupo Técnico Honorario para Cárceles y Parrado en Personas Ausentes.
Dijeron que se sintieron “al margen de la información necesaria para poder brindar un asesoramiento completo”, y que aunque discrepen con “los intereses de la administración”, es el que entienden “correcto a nivel profesional y para llevar adelante una gestión saludable”. “Las expectativas que se tienen desde esa cartera difieren notoriamente tanto de la disponibilidad horaria, contenido y visión de trabajo que tenemos. Es así, entonces, que en la última reunión se notó claramente en un clima tenso, la imposibilidad de continuación de nuestras tareas, por las razones expresadas ut supra”, finalizaron.
Diferencias de forma y de contenido
Parrado y Valfre dialogaron con la diaria y profundizaron sobre lo que los llevó a dejar de ser asesores. Valfre señaló que no tenían una “oficina concreta” para trabajar, siempre debían gestionar un lugar y, al ser una tarea no remunerada, era difícil coordinar un día en el que todos puedan dedicar “un par de horas”. En ese proceso fueron “perdiendo miembros por el camino”, por lo tanto, eran “poquitos” los que trabajaban. “No era un grupo político sino técnico, entonces, puede que las recomendaciones no fueran estrictamente en línea con el lineamiento político, y eso va generando una rispidez. Yo no soy un bicho político, soy votante de la coalición a nivel personal, pero eso no implica que sea vocera de la coalición”, subrayó Valfre.
Agregó que otra de las recomendaciones que hicieron –y que siguen manteniendo– es la importancia de “instrumentar bien las medidas sustitutivas” a la prisión, porque entienden que “el ritmo de prisionización nunca va a ser acompañado por la rapidez de la construcción de cárceles”, entonces, siempre habrá “déficit” y el país estará expuesto “a que desde el exterior nos sancionen”. “Vas haciendo un montón de recomendaciones, las reciben, pero no ves que se implementen o se tomen acciones para intentar llevar a la práctica de alguna forma”, indicó.
Por su parte, Parrado señaló que se genera un efecto de “boomerang” y “fracasa el sistema” cuando “una persona es detenida, formalizada y, eventualmente, condenada, y no se trabaja en serio, con un marco lógico, una línea de tiempo que permita pensar desde el ingreso hasta el egreso, para que esa persona genere todas las herramientas que pueda para después no reincidir en el delito”.
“No nos podemos quedar solamente con el número, tenemos que trabajar con lo que volcás en esas personas, desde la educación y el trabajo, para que se sientan útiles en la sociedad. A veces siento que eso no va de la mano con el discurso público y hay camiseteo, para un lado y para otro, que limita la posibilidad de una mirada para el aquí y el ahora, a mediano y largo plazo”, aseguró Parrado, y agregó que parecería que hay cosas que propusieron que “no cierran con el sistema o no están en la lógica”, entonces, empezaron a sentirse “no acompañados” y se preguntaron “¿qué hacemos acá?”.
Más allá de no tener un lugar físico para reunirse, Valfre subrayó que ese no era el problema principal sino, más que nada, la recepción de sus planteos. Puso como ejemplo que a veces les pasaba que se reunían por segunda vez con las autoridades del MI por algún tema puntual y tenían que volver a lo que se dijo en la primera reunión, y así “nunca se avanza”.
En cuanto a la última reunión, en la que señalaron hubo un clima “tenso”, Valfre dijo que Heber les planteó su interés de que apoyen la construcción de tres módulos carcelarios, porque “esto es un chancho enjabonado en bajada”, pero la abogada subrayó que “para aprobar o no aprobar sería bueno ver el proyecto” y con qué criterio se está haciendo. “Mostrámelo cuando tengas el proyecto en ciernes, pero cuando ya está andando… ¿para qué me lo muestran? ¿Para que diga que sí?”, inquirió.
Parrado subrayó que todos estos planteos se los hizo tanto al presidente Luis Lacalle Pou como al fallecido titular del MI, Jorge Larrañaga –que era “más whatsappero”–, y también a Heber, con quien mantuvieron muchos más encuentros cara a cara. “Pero se hacía difícil, porque lo hablás con Heber, lo pudo haber entendido, y después de la puerta arrancás a sufrir un sistema que de repente no acompaña determinadas decisiones, o hay gente que participa en decisiones que en realidad no conoce ni lo técnico ni las estructuras. Pasó siempre y va a seguir pasando, porque la confianza política no asegura competencia para el desempeño de un cargo”, indicó Parrado.
“Uno tiende a creer, a mirar a los ojos” y “otros están jugando al póker”
Parrado también se refirió a las actuaciones de las jefaturas a nivel local. Indicó que Uruguay es un país unitario, “pero que funciona como federal”, porque “cada jefatura tiene sus particularidades”, y hay políticos que le dicen “yo pienso con cabeza de inciso”, es decir, “no logran trazar puentes”, lo que genera “dificultades atroces para poder conversar”. “Encontré un modelo muy tecnologizado, pero que no está en el lugar adecuado por la sensibilidad institucional”, acotó.
En cuanto al trabajo en la sección de Personas Ausentes, Parrado dijo que se sorprendió porque hay gente que “tiene todo en su mail” y no se acuerda “de un montón de cosas”. “Me sorprendió que estuviéramos repitiendo cosas de hace un año y que hubiera muchas manos en un plato, que terminan haciendo mucho garabato, y que ni siquiera me tuvieran en cuenta para informarme. Lo que motivó el despegue fue el convenio con el BPS [Banco de Previsión Social], donde hay una parte que tiene que ver con ausentes. Si la nota la presentamos el 25, y eso fue posterior, yo quiero creer que un convenio lleva más tiempo de elaboración. Por lo tanto, ni siquiera [tuvieron] la delicadeza de darte noticias”, indicó.
Además, Parrado aclaró que en su caso no fue la primera vez que presentó la renuncia, ya que “alguna vez hubo un Whatsapp, una reunión” en la que dijo “hasta acá llego”. “Uno tiende a confiar, a creer, a mirar a los ojos, pero a veces uno mira a los ojos como simple mortal y otros están jugando al póker y te miran con cara de nada”, finalizó Parrado.
Por último, Valfre indicó: “La tarea me encanta, me motivaba, no era por un móvil económico, porque era honorario. Pero yo entiendo que cuando sos asesor tenés que tener libertad en lo que decís y después el jerarca decide. Pero tiene que haber consideración, y no que estés remando con dificultades. No se me puede pedir que refrende algo que no es lo que yo dije”.