Eduardo Bonomi, quien falleció en la madrugada de ayer a los 73 años, será una figura política recordada por su paso por el Ministerio del Interior, que lideró durante diez años, primero en la presidencia de José Mujica y luego en el segundo período de Tabaré Vázquez. Más allá de eso, su trayectoria política estuvo marcada por eventos anteriores para nada vinculados con la seguridad pública.
Nació el 14 de octubre de 1948. Vivió su infancia en Montevideo. Fue a la escuela 81 y luego al liceo 10. Según contó en una entrevista en el programa Abran cancha de FM Del Sol en 2019, en la escuela “era más bien revoltoso”, no así en el liceo, aunque “tampoco era un estudiante destacado”. Hizo el preparatorio de Medicina para ingresar a la Facultad de Veterinaria. Por esa época jugaba al fútbol en Montevideo Wanderers y también practicó luego este deporte en el amateurismo, en la Liga Universitaria. Además, tenía otro pasatiempo: la pesca, que más tarde se convertiría en su fuente de ingresos.
Su familia era totalmente batllista. En la entrevista radial recordó que su padre, votante de Zelmar Michelini, compraba diversos diarios y mantenía con él “conversaciones de hechos políticos relevantes”.
En la Facultad de Veterinaria, donde también tuvo actividad gremial, llegó a terminar el tercer año, hasta que lo apresaron, en 1972, por su participación en el Movimiento de Liberación Nacional (MLN)-Tupamaros. Ya en la cárcel, tuvo la posibilidad de leer libros con diversa información sobre la pesca, lo que luego lo ayudaría en su oficio. “Estuve tres años autorizado a tener en la celda 36 libros de pesca y estudiaba”, dijo.
“Cuando salí, trabajé en la pesca. Entré como peón, después hice control de calidad, por lo que había estudiado”, rememoró. Estuvo en la cárcel hasta 1985, es decir, 13 años.
Durante sus años en el rubro pesquero, en el que se desempeñó hasta 1999, también fue cofundador del Congreso Uruguayo de Trabajadores de la Industria de la Pesca.
La fundación del MPP
Desde la vuelta a la democracia, Bonomi también cumplió un rol fundamental en la creación del [Movimiento de Participación Popular (MPP), sector del Frente Amplio (FA) que lidera el expresidente José Mujica, junto con otros extupamaros apresados durante la dictadura.
El escritor Marcelo Estefanell, exintegrante del MLN, contó a la diaria que el exministro, al comienzo de su militancia, “era un miembro más del aparato político” y no tenía ningún cargo de dirección. Igualmente, Estefanell conocía a Bonomi de antes, de la Facultad de Veterinaria, donde en las asambleas estudiantiles “era un hueso duro de roer cuando pedía la palabra”. Su aporte a los espacios institucionales y de reflexión del MLN comenzó a tener especial relevancia en el Penal de Libertad.
“El disparador fue la famosa autocrítica”, dijo en referencia a la época en que los tupamaros se preguntaban los motivos por los que habían sido derrotados “tan rápido”. Según expresó Estefanell, en aquel tiempo comenzaron a circular algunos escritos anónimos, de forma clandestina, en los que las reflexiones de Bonomi se destacaron.
“Cuando estábamos por salir [de la cárcel], cuando los líderes de la guerrilla llegan al penal después de haber sido rehenes y plantean abandonar la lucha armada y apostar a la lucha política, eso Bonomi ya lo sostenía hacía unos cuantos años”, explicó. Una vez afuera de la cárcel, comenzó a primar “la tesis de Raúl Sendic” de colaborar en la conformación de un frente político y “llevar adelante una política de alianzas”, y eso se concretó años más tarde en el FA.
Estefanell afirmó que Bonomi fue uno de los dirigentes de la época que realizaron mayores esfuerzos por acercar a los dirigentes del MLN al MPP, sector político del que fue fundador. Ayer, el MPP emitió un comunicado en el que describió a Bonomi como un “luchador incansable de la militancia social y política”.
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“Era un ferviente cultor del diálogo social”
Bonomi inició su trabajo parlamentario en la legislatura que comenzó en el año 2000. Allí hizo suplencias, incluso de Mujica, en el Senado. Luego fue electo diputado para 2005, pero lo designaron al frente del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS). En los sucesivos comicios fue electo senador, pero sólo ejerció a partir de 2020, una vez que el FA perdió el gobierno.
En su más reciente gestión en el Ministerio del Interior, lideró reformas estructurales en la Policía, a la que dotó de mejor salario, armamento y vestimenta, al tiempo que aumentó la flota vehicular y las cámaras de videovigilancia, entre otras medidas. Igualmente, el período estuvo marcado por las críticas de la oposición política, que pidió su renuncia, lo interpeló en variadas ocasiones y cuestionó el aumento de las cifras de delitos.
Previamente, su gestión al frente de la cartera de Trabajo y Seguridad Social estuvo marcada por varios hitos para los trabajadores y los sindicatos, así como por el incremento del salario real.
Nelson Loustaunau, quien formó parte del equipo de Bonomi en el MTSS y luego se desempeñó como subsecretario y ministro, recordó en diálogo con la diaria que después de que se dejaran de convocar, en 1990, los Consejos de Salarios, fue la gestión del fallecido dirigente la que volvió a promover la negociación. Además, destacó la convocatoria por primera vez de la negociación en el sector doméstico y rural, además de la instalación de un Consejo Superior para los trabajadores públicos.
“La reinstitucionalización de los Consejos de Salarios fue el mayor logro, porque tienen un gran efecto de redistribución de la riqueza y de reordenamiento de las relaciones laborales”, expresó Loustaunau. “Él creía en lo que hacíamos, creía en la pluralidad y era un ferviente cultor del diálogo social”, agregó.
Por su parte, Eduardo Brenta, quien tomó el mando del MTSS en 2010, describió la labor de Bonomi como “francamente revolucionaria en muchos aspectos”. Brenta destacó la reinstalación de los Consejos de Salarios, “una tarea titánica”, e indicó que con esa y otras medidas comenzó un período de “recuperación del salario de los trabajadores”.
Brenta describió a Bonomi como “un tipo de muy buen diálogo”, que “obviamente tuvo choques”, por ejemplo, “con las cámaras empresariales”. Además, destacó los avances logrados: en 2008 se votó la ley que creó el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional, “una herramienta clave para la formación y la capacitación de los trabajadores”; además, en ese primer período se aprobó la ley de libertades sindicales, que promovió la afiliación de trabajadores a sindicatos.
Brenta resumió que en esos años hubo “un avance legislativo enorme”, debido a un trabajo “muy coordinado con la bancada del FA” del entonces ministro.
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