El Partido Socialista (PS) tendrá este fin de semana un nuevo congreso en el que todas las secretarías internas harán una rendición de cuentas del último trienio –desde el congreso anterior– y también se definirán las orientaciones del sector del Frente Amplio (FA) de cara al futuro. En este contexto, el Comité Ejecutivo Nacional del PS aprobó el lunes un documento de “pre-síntesis sobre orientaciones y estrategia” para ser discutido y aprobado entre sábado y domingo, que se titula “Y después del progresismo, ¿qué?”. En el texto se sientan las “bases para una alternativa de cambio social” y se hacen “propuestas socialistas por una vida digna”.
El documento, al que accedió la diaria, comienza con un análisis del contexto. En lo que refiere al ámbito nacional, se indica que hay “dos caras dramáticamente desiguales: de un lado el deterioro de las condiciones de vida de las mayorías trabajadoras y del otro el crecimiento con concentración económica”. “Esta realidad no se explica únicamente por fenómenos globales –cuyo impacto no desconocemos– o por los problemas estructurales preexistentes –que tampoco minimizamos–, sino por una compleja interacción de factores dentro de los cuales cobra una gran relevancia el nuevo escenario político del país, que implicó un cambio en la correlación de fuerzas favorable a las clases dominantes”, apunta el PS.
En este sentido el sector señala que el gobierno está integrado por “una alianza de derechas” que es “expresión de la burguesía agroindustrial exportadora, la corporación militar y el capital financiero internacional”. Ante esto, evalúan que se están “viviendo grandes retrocesos en relación a conquistas históricas de larga data y a transformaciones económicas y sociales concretadas en el ciclo frenteamplista de los 15 años anteriores”.
El PS expresa que “la agenda de la coalición de gobierno es la de las cámaras empresariales, no la del bien común”, y considera al oficialismo “responsable del crecimiento de la cantidad de compatriotas con necesidades básicas insatisfechas y carencias alimentarias que ha llevado a la multiplicación de ollas populares en todo el territorio”. En esta línea, en el documento se asegura que “con medidas y gastos al alcance del Estado uruguayo”, el gobierno “podría perfectamente haber evitado esta situación”.
En un segundo capítulo, sobre “el socialismo uruguayo y el desafío de construir una alternativa de cambio social para una vida digna”, el PS señala que la izquierda debe “pasar a la ofensiva”, y que “recuperar la ofensiva implica resistir a las políticas de la derecha”. Esto va de la mano con “elaborar un proyecto de futuro que no deje de asumir los problemas estructurales preexistentes y que evite reiterar algunos errores cometidos en la etapa anterior”. Para el PS, “no se trata de repetir lo que ya se hizo sino de dar un salto cualitativo que permita interpretar un nuevo momento de la vida del país y construir sobre la base de lo acumulado y de lo destruido”.
Entre las “bases para una alternativa de cambio social” se afirma, como marco general, que “intentar trasladar mecánicamente respuestas de hace 10, 15 o 50 años a una realidad distinta es condenarnos al fracaso, por eso para el socialismo uruguayo no se trata de ‘volver’ o restaurar el progresismo de la etapa anterior”, sino de “lanzar propuestas para un nuevo modelo de sociedad” que vayan a “la raíz de las desigualdades estructurales” existentes, es decir, “una propuesta audaz, socializante y radicalmente democratizadora que apunte a la transformación integral de las relaciones de poder”.
Para ello, el PS habla de una “imprescindible reforma de la Constitución”, que “no se trata” de “modificar solamente los aspectos electorales” sino que refiere a “una reforma profunda y abarcativa” que vaya en sintonía con la “propuesta de un nuevo modelo de largo plazo para el país”. “El FA particularmente necesita una actitud activa y más propositiva, retomando el camino de los cambios profundos, levantando el proyecto de un nuevo desarrollo para el país que trascienda un período de gobierno, con fuerza convocante e identificatoria, y la reforma de la Constitución es parte de ese proceso”, afirma el PS.
Finalmente, el partido elaboró “propuestas socialistas por una vida digna” que se deberían aplicar “en lo inmediato”, en contraposición al capitalismo “como sistema de organización social”. En total son 20, y entre ellas se encuentran la “revisión integral de la política de renuncia fiscal del Estado y aplicación de diversos instrumentos para limitar las ganancias extraordinarias y la concentración del capital”; el “aumento sensible de las jubilaciones y pensiones más bajas”, con una política salarial que garantice “un aumento significativo del salario mínimo y mecanismos que eviten la pérdida de salario real”; el “apoyo al cooperativismo, la economía social y otras iniciativas de la economía popular”; el “apoyo a una genuina política de colonización, a la pequeña producción agropecuaria y particularmente a la agroecológica; y una “reforma democrática de las Fuerzas Armadas y reducción drástica del Ejército, transformación de su formación y de la política de cooperación internacional en materia de defensa”.