Las empresas de transporte de pasajeros por carretera transmitieron que no será posible ni ahora ni más adelante recuperar la actividad que tenía el sector antes del comienzo de la pandemia. En una reunión con autoridades del Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP), representantes de la Asociación Nacional de Empresas de Transporte Carretero por Autobús (Anetra) y de Grupo 12 ‒ que nuclea a transportistas de cargas y pasajeros ‒, las dos gremiales del transporte interdepartamental afirmaron que habrá una reconfiguración del sistema a causa de “cambios de hábitos” de la sociedad uruguaya.

“La situación sanitaria nos ha llevado a un punto que no será recuperable llegar al 100% de la actividad que teníamos prepandemia”, señaló Walter Sosa, presidente de Anetra. Por su parte, Tomás Gagliardi, asesor de Grupo 12, aseguró que “hay una tendencia de neta retracción” en la cantidad de viajes de autobuses.

En números, el director de Transporte por Carretera del MTOP, Carlos Flores, indicó que actualmente hay 79,4% de servicios interdepartamentales activos en comparación a marzo de 2020, cuando fue detectado el primer caso de coronavirus. Según cifras de las gremiales, en 2019 la flota de ómnibus recorrió en total 98.852.862 kilómetros; mientras que en 2021 la distancia recorrida fue 67.879.445 kilómetros, más de 20 millones de kilómetros menos.

En diálogo con la diaria, Juan Arellano, dirigente de la Unión Nacional de Obreros y Trabajadores del Transporte (Unott), dijo que no es posible “hacer esas predicciones” dado que “ya hubo varias oscilaciones de pasajes” desde el año 2005. “Ha bajado y ha subido, es así como se comporta. Después de una pandemia era lógico que fuera a bajar, pero ya se recuperó bastante”, valoró.

En términos generales, el diagnóstico de las gremiales abarca múltiples razones: cambios en la forma de la movilidad, como por ejemplo, un mayor uso de autos, motos y bicicletas; el crecimiento del teletrabajo; y también un desacostumbramiento de los pasajeros motivado por una creencia “incorrecta” de que el transporte público no es seguro desde un punto de vista sanitario.

El director nacional de Transporte del MTOP, Pablo Labandera, presente en la reunión del miércoles, manifestó que “en determinado momento se ha generado un temor infundado de que los vehículos de transporte público podían ser una fuente de contaminación de covid-19; empíricamente quedó demostrado que no es así”. Para Labandera, asimismo, “hay un nuevo perfil de cliente” en la pospandemia que se ha vuelto “más demandante y más exigente”.

Consultado acerca de la calidad del servicio del transporte interdepartamental, Sosa consideró que, “en general”, hay conformidad de parte de los usuarios con los viajes. “Es un servicio bueno, bien atendido, con ómnibus con un promedio de entre diez y 12 años, con horarios adecuados”, expresó.

En tanto, Gagliardi opinó que la recuperación tras la caída de la actividad a causa de los cambios de hábitos de la sociedad “no pasa por poner un ómnibus de tres pisos”, sino por una “reeducación” de “los beneficios que tiene el transporte público” desde un punto de vista ambiental, la movilidad y la seguridad vial. “La flota uruguaya es ejemplar en la región”, acotó.

Al respecto, el director de Transporte por Carretera dijo que “las sociedades avanzadas no son aquellas que tienen la mejor flota de vehículos particulares” sino las que tienen “los mejores sistemas de transporte público”. Para Flores, la promoción del traslado público de pasajeros “es un enorme desafío que tenemos como país”.

En el escenario actual, las gremiales no avizoran una recuperación del nivel previo a la emergencia sanitaria. Sosa contó que “cuando se comenzó a mover la máquina de nuevo tras la pandemia”, hubo una revisión empresarial del sector que evidenció que “quizás había turnos o servicios que no eran ni rentables ni necesarios”. “Si 80% [de la actividad] de hoy va a ser el 100% de mañana, evidentemente, hay que reacomodar algunos actores. Puede ser que no haya una reposición de personal”, agregó el presidente de Anetra.

Del lado de los trabajadores, Arellano manifestó que ya existe un “reacondicionamiento” del sector por parte de las empresas. Sostuvo que el servicio de transporte departamental depende de “la conveniencia de las empresas” que “no arriesgan capital”, en lugar de considerarse como un servicio social.

Fuentes de trabajo

Los delegados de las empresas presentes en la reunión del miércoles subrayaron que “no hubo despidos por covid-19” en el sector. Según sus proyecciones, en el sistema de transporte de pasajeros por carretera trabajan unas 8.000 personas de forma directa y unas 4.000 de manera indirecta.

Labandera afirmó que la prioridad del gobierno, “desde un primer momento” de la pandemia, fue que “no cayera ninguna empresa, lo cual por suerte se logró”. Agregó además que tampoco se perdieron fuentes de trabajo. Aunque aclaró que todavía “se sigue manteniendo gente en el seguro de paro, [pero] no es sustancial”. “La idea es que se vayan reincorporando”, añadió.

Al respecto, Arellano coincidió en que “hasta el momento” no se perdieron puestos de trabajo, pero aclaró que “desde que arrancó la pandemia hubo muchas empresas que ofertaron a los trabajadores pagarles despidos para que se fueran”. Por eso mismo, sostuvo, “no se ha notado que hay muchos menos trabajadores de transporte”.

En cuanto a la cantidad de trabajadores en seguro de paro, el dirigente de Unott mencionó que “en este momento” hay empresas que “todavía siguen con más de 40 trabajadores en el seguro de paro desde que comenzó la pandemia y no se los ha querido reintegrar a la plantilla de trabajo”. “Puntualmente, son de la empresa Núñez”, señaló. A su juicio, esto forma parte de la “reforma unilateral” que están llevando a cabo las empresas en el sector.

Consultado por la diaria acerca de la posibilidad de alcanzar acuerdos y adelantar correctivos por inflación, como recomendó el gobierno semanas atrás para 88 mesas del Consejo Superior Tripartito del sector privado, Sosa desde las empresas respondió: “Tenemos convenio salarial vigente hasta junio de 2023. Por ahora, estamos alineados a eso. Esperemos que se respete”.

Según Arellano, los trabajadores arrastran una pérdida salarial de 10,45%, aproximadamente. Explicó que el aumento salarial en el sector está atado históricamente a un aumento del precio del boleto, que ha tenido modificaciones por decreto del Poder Ejecutivo. “Las empresas dicen que no tuvimos pérdida salarial y el gobierno dice que tuvimos ‘una caída salarial’, pero no tienen números. Hay un rezago salarial pero los empresarios se niegan. Dicen que los que perdieron fueron ellos y no los trabajadores”, expresó.

El fideicomiso

Por otra parte, Sosa opinó acerca de eventuales cambios en el fideicomiso del boleto, que está dentro del precio del gasoil y está bajo análisis del gobierno dentro del marco de las reformas en el mercado de combustibles. Consultado por El País, el presidente de Anetra explicó que las empresas de ómnibus “están subsidiadas” desde el año 2006 “en parte del valor del combustible”. “Es un mecanismo que hace que el valor del boleto no aumente. No es un beneficio para las empresas, es un beneficio para el usuario”, indicó.

A su entender, “si se quitara el subsidio” del fideicomiso “el precio del boleto debería subir notablemente”. “Ojalá que no, [pero] si se decide bajar el fideicomiso, eso va a destruir empresas y fuentes laborales”, además de afectar la conectividad en el territorio nacional, comentó Sosa.

En paralelo, Flores destacó que el sistema de transporte público de pasajeros tiene un componente social que “obliga a algún tipo de subsidio”. “No existe país en el mundo en el que no haya algún grado de subsidio, a través de un fideicomiso como este o de cualquier otra naturaleza. Siempre tiene que haber algún tipo de subsidio”, apuntó el jerarca del MTOP.