La semana pasada se cumplieron cinco años de aquella mañana en la que se vendieron los primeros cinco gramos de marihuana legales en una farmacia, en el marco de la Ley de Regulación y Control del Cannabis (19.172), aprobada a fines de 2013, en el segundo gobierno del Frente Amplio. Y por estos días la norma volvió a estar en el tapete, ya que Cabildo Abierto planteó su derogación total en la Rendición de Cuentas. De todas maneras, la propuesta no es vista con buenos ojos en buena parte de la coalición.

Y para el secretario general del Partido Colorado, Julio María Sanguinetti, la cuestión tampoco pasa por derogar la norma. En diálogo con la diaria, el expresidente señaló que el tema de la marihuana hay que inscribirlo “en una visión general del fenómeno de las drogas y las adicciones”, ya que es “particularmente complejo y no acepta soluciones simplistas”. Agregó que mira el tema fundamentalmente “desde el ángulo de la salud”, y piensa que “tenemos un enorme déficit de información y de cultura al respecto”. Puso como ejemplo que “todos tenemos claro” los efectos del cigarrillo, y no cree que nadie, “ni más viejo ni más joven”, ignore los resultados de su efecto.

“Pero está claro que hoy no existe eso con el consumo de la marihuana, que es mirada con benevolencia por todo el conjunto de la población. No se tiene una idea de sus efectos dañinos, que son incuestionables desde el punto de vista científico. Más de una vez recuerdo que lo hablé con el doctor [Tabaré] Vázquez. Ese me parece que es el tema fundamental. Porque cualquiera de los caminos, sea el del prohibicionismo o el de la liberalización, se tiene que basar en una conciencia clara de la realidad del consumo, y eso claramente no existe”, aseguró.

Además, Sanguinetti subrayó que la solución no se trata “simplemente” de “una campaña publicitaria”, sino de “una acción colectiva, como de algún modo se hizo con el cigarrillo, que incluye una gran infantería en la batalla que son los médicos y los docentes”. Sostuvo que para los jóvenes la marihuana “no es que no sea mala, sino que es benéfica”, y también hay “una gran confusión” entre “el cannabis medicinal y el consumo de marihuana”, entonces, “los viejos creen que es una especie de penicilina ‘cura todo’ y los jóvenes creen que es el champagne más burbujeante de todos los consumos posibles”. 

Así las cosas, para Sanguinetti, la “aplicación” de la ley de la marihuana falló, porque “generó una situación que distorsionó la visión de la realidad”. Además, subrayó que en Uruguay “celebramos cuando hay más gente que se anota para consumir marihuana, es una buena noticia y sale en el diario”, por lo tanto, “todo eso distorsiona la mirada sobre el tema”. “Pero el tema no es derogar o no derogar, sino plantearnos con honestidad si vamos a seguir ignorando la pérdida de la percepción de riesgo de las drogas, no sólo de la marihuana, que existe en Uruguay. Desgraciadamente, lo veo en las calles de Montevideo, como lo vemos todos: cuánta gente hay dañada por esos consumos”, finalizó.