“Creo que la señal política es fuerte. Es todo el sistema político departamental votando por unanimidad. Eso tiene un componente político simbólico muy fuerte, aunque por supuesto que no condiciona más que eso”, dijo a la diaria el intendente de Florida, Guillermo López (Partido Nacional), acerca de la aprobación, este jueves, de una declaración “de interés departamental” solicitada por él mismo a la Junta de Florida. La propuesta del jefe comunal fue elevada al deliberativo siete meses después de la sugerencia que los ediles le hicieron llegar a través de una minuta de comunicación, también unánime.

Desde el Frente Amplio (FA) el edil Aníbal Rondeau aseguró que el tema comenzó a plantearse en 2020 y que paulatinamente fue encontrando eco en ediles y autoridades departamentales del Partido Nacional, además del Colorado, hasta que finalmente un acuerdo entre coordinadores de bancadas permitió garantizar una minuta de comunicación conjunta en noviembre de 2021. Durante la sesión del jueves hubo también referencias, desde el FA, a una recolección de firmas de vecinos de Casupá que “elementos políticos partidarios” pidieron frenar.

Tanto López como el alcalde de Casupá, Luis Oliva Monfort —así como otros actores políticos del departamento—, han mantenido contactos con miembros de OSE y del Poder Ejecutivo buscando la concreción del proyecto para construir una presa sobre el arroyo Casupá, con el objetivo de generar reservas para la planta de Aguas Corrientes. La iniciativa cuenta con una línea de crédito de la Corporación Andina de Fomento-Banco de Desarrollo de América Latina por 80 millones de dólares, pero el Ministerio de Economía y Finanzas pidió postergar el plazo para tomarlo primero en 2021 y luego en 2022, ante el inminente vencimiento.

El gobierno central optó por dejar en suspenso la presa de Casupá e intentar avanzar en la nueva toma de agua en Arazatí, con el proyecto Neptuno.

Primero Casupá, dice Castagnino

En 2014 OSE anunció el acuerdo de un crédito de 1.400.000 euros para los estudios previos y el diseño del proyecto, que quedó aprobado en 2019, pero nunca se cristalizó.

La presa sobre el arroyo Casupá —cauce sobre el cual limitan los departamentos de Florida y Lavalleja— permitiría abastecer de agua la planta de Aguas Corrientes, fuente de agua potable para la zona metropolitana (aproximadamente 60% de la población de Uruguay).

Los antecedentes puntuales de situaciones críticas por sequías prolongadas —en algunos casos estando a escasos días de quedar sin agua para la toma y suministro para dicha zona— han llevado incluso al gerente general de OSE, el ingeniero Arturo Castagnino, a señalar, en informes internos, que los proyectos de Casupá y Arazatí (Neptuno) no sólo no son contrapuestos sino incluso complementarios, y que además el de Casupá tendría que concretarse antes para reducir los riesgos de que, durante la eventual ejecución del proyecto Neptuno con una nueva toma de agua en Arazatí, se registren problemas de suministro por sequías prolongadas.

“Sería necesario construir antes Casupá si se considerara que el tiempo y el coste de inversión que insumiría la captación desde el Río de la Plata y la nueva planta potabilizadora complementaria abarcará muchos años”, indicó Castagnino en un informe titulado Casandra y el dilema de falsa oposición, que se suma a uno anterior titulado Reflexiones.

En Casandra y el dilema de falsa oposición —un informe de 41 páginas en el que, para argumentar, Castagnino se nutre de citas y referencias que van desde Schopenhauer, Stendhal y Eliot a fragmentos de Hamlet— comienza su exposición señalando que intentará “por última vez explicar por qué es un asunto vital comprender el dilema en que el Uruguay se encuentra”. “Insisto en que comparar [el proyecto] Casupá con la solución de la nueva captación desde el Río de la Plata y la nueva planta potabilizadora complementaria de Aguas Corrientes y ponerlas en estatus de ‘dilema de falsa oposición’, es una grave equivocación, porque Casupá es una solución parcial en general –aunque total para Aguas Corrientes— pero inmediata (y financiable, ya sabemos con US$ 80 millones de coste de inversión y con el proyecto de ingeniería ya terminado) y la nueva captación y la nueva planta potabilizadora complementaria es una solución complementaria que debe ser, de no hacerse Casupá primero, rápida en su ejecución”.

“No está muerto”

Guillermo López dijo a la diaria que “todos tienen claro que son proyectos complementarios. En todo caso lo que hay es un tema de disponibilidad de recursos, en cuanto a hacer uno primero y otro después. Más que nada creo que viene por fuentes de financiación; una más privada y otra que debería ser completamente pública”. “Nuestra primera intención es que no muera el proyecto”, apuntó, asegurando que en los contactos que ha mantenido con autoridades del gobierno nacional y de OSE le aseguran que el proyecto “no está muerto, pero sí que la viabilidad de una financiación privada a Neptuno, entre otras ventajas como puede ser otra planta de tratamiento, lo hace un sistema más robusto para el área metropolitana, y por eso Neptuno estaría siendo priorizado, lo que no implica que se descarte Casupá”.

“Nosotros seguimos sosteniendo que tener esa inversión pública tiene otros beneficios en un ambiente de recuperación rápida de la economía, y qué mejor que multiplicar la inversión privada con la pública y concretar algo que es relevante para el país y que ya está proyectado”, expresó. “Sólo está proyectado. Está gestionada una línea de crédito, para la cual se ha pedido aplazamiento, pero al momento de tomar ese crédito es que los indicadores se ven afectados, y eso es lo realmente difícil para cualquier gobierno nacional. Cuando se toma el crédito se afectan las variables macroeconómicas que siempre, desde hace mucho tiempo, se miran con mucho cuidado”.

Agua de las sierras

El alcalde de Casupá remarcó que además de que ya se realizaron los estudios previos y de que ya está listo el proyecto con sus correspondientes planos de expropiación y las fajas de contención, la calidad del agua que reservaría Casupá es un elemento a considerar especialmente. “Es un agua que está en una zona de las sierras en la que no hay mucha producción agrícola ni hay muchos tambos. El agua es cristalina, y además embalsar el agua permite regularizar el cauce del Santa Lucía, porque a veces durante las secas quedan algunas lagunas que facilitan las floraciones de algas”, indicó Luis Oliva Monfort, añadiendo que también sería “muy fuerte el impacto” en el empleo.

Se puede volver a cero este mes

El embalse previsto requerirá la expropiación de 3.600 hectáreas entre Florida y Lavalleja, e incluso ya fueron abonados 300.000 dólares al propietario del predio donde funcionaría el obrador. El pago se realizó como consecuencia de un acuerdo —ante una demanda presentada— que pretende evitar futuros reclamos por parte del propietario. Ese acuerdo prevé el cierre de la compra de ese predio rural por un total de 2.700.000 dólares en julio de este año. “Es el vencimiento de un plazo importante para el proyecto de Casupá, y se está trabajando para que OSE adquiera esas tierras o logre extender el plazo judicial. Vaya si será importante no volver a cero con el proyecto y con la expropiación del campo en donde estará el obrador”, comentó Oliva.

Según enfatizó el diputado frenteamplista Carlos Rodríguez Gálvez, “es el presidente de la República quien tiene la llave para concretar el proyecto, ya que fue él quien tomó la decisión de no seguir avanzando”.