“Esta no es una inauguración cualquiera para mí”, dijo este martes el presidente Luis Lacalle Pou apenas tomó el micrófono para hablarle al público. Narró cómo, gracias a la movilización del vecino Matías Gallero, en 2014, supo del interés por viviendas de Mevir en Independencia, en el departamento de Florida. Gallero en aquel entonces portaba una bandera de plastillera pintada con tizón, con la cual Lacalle se encontró cinco años más tarde durante un acto del 25 de agosto, y con la cual también el vecino acudió a la Torre Ejecutiva el 8 de marzo de 2020, aunque en este caso la llevó porque así se lo pidió el entonces novel mandatario.

Ese resumen del presidente fue el eje sobre el cual, durante el acto, transitaron los mensajes de las demás autoridades, y también el de los propios participantes del tercer plan Mevir en la localidad; el foco, una y otra vez, fue las dificultades que hubo para concretarlo. La falta de voluntad política de la anterior administración fue el común denominador de las oratorias. Las familias de Independencia que pretendían un núcleo de viviendas de Mevir no lograron entonces una respuesta positiva, pero sí la opción de inscribirse en un plan proyectado en Cardal. La entonces presidenta de Mevir, Cecilia Bianco, le explicó en 2019 a la Intendencia de Florida, a través de una carta, que ello obedecía “al lineamiento estratégico de minimizar la expansión de los centros poblados, consolidando la trama urbana, para así mejorar los niveles de integración sociourbana”.

En ese sentido fue que, para Independencia, se había definido “realizar la intervención en núcleos de viviendas del PIPL Cardal-Independencia (Plan Integral de Proyectos Locales), ya que se invertirá en un nuevo sistema de saneamiento, posee mayor infraestructura y servicios, y se encuentra a sólo ocho kilómetros de Independencia por la ruta 77”.

Los vecinos se movilizaron y en su momento enlentecieron el tránsito en la ruta para volantear: se negaban a inscribirse en el plan de Cardal porque aspiraban a seguir viviendo en su localidad. “Por momentos parecía que no quedaban puertas por golpear”, contaron Cristina Cabrera y Laura de Souza, quienes ayer leyeron el mensaje del grupo de vecinos del núcleo de 21 viviendas que fueron inauguradas en el margen más sureño de Independencia. El nombre del núcleo es Fabricio Lechu Volpi, en homenaje a uno de los participantes, peón rural, que falleció por covid-19.

En una pequeña localidad “con necesidad de vivienda no en cantidad pero sí en calidad”, enfatizaron Cabrera y De Souza, “para muchas personas, Mevir es el único recurso para poder acceder a una vivienda digna y a futuro propia”.

Ser habitante del lugar era uno de los requisitos, explicó a la diaria el arquitecto Juan Pablo Delgado, presidente de Mevir. Los participantes de este tercer plan de la localidad son en su mayoría trabajadores rurales. Algunos de ellos estaban viviendo en los establecimientos en los que trabajan —por lo cual tener en riesgo el trabajo es, a su vez, el riesgo de perder la vivienda—, alquilaban en la localidad, u ocupaban espacios en casas de familiares.

A las 21 viviendas del núcleo se sumaron otras dos, en terrenos propios. Una de ellas fue admitida fuera del radio, en Pueblo Nuevo, ya en el departamento de San José —aunque parte de la zona denominada ‘tres orillas’, en la que convergen Florida, Canelones y San José—. “Escribimos una carta a mano, con el sentimiento y deseo de tener la casa”, contaron a la diaria Vanessa y José, la pareja de trabajadores rurales que pidió la excepción en varias instancias hasta lograr el visto bueno y construir la vivienda que habitarán con sus dos hijas, de cinco y once años de edad. “Somos empleados rurales y queríamos tener nuestra casita. Se construyó en un terreno propio, a base de trabajo y sacrificio”, apuntó Vanessa entre lágrimas.

Baño de pueblo

Independencia está a la vera de la ruta 77, entre 25 de Agosto y Cardal, y a más de 40 kilómetros de Florida capital. Hasta allí llegó Lacalle poco después de las 16.00, y tras saludar a un puñado de autoridades y vecinos dejó caer, como comentario, un pedido: “Capaz que les agarro un baño”. Lo guiaron hasta el de las oficinas del obrador. “No me sigan que voy al baño”, le dijo al enjambre de periodistas y camarógrafos, aunque ya la escena era inevitable. Y también pidió por un baño pero al dejar Independencia, dos horas más tarde, aunque en este caso, con las viviendas ya inauguradas, hizo uso del de la familia Machado Milán, una de las más cercanas a la ruta. Salió entre risas, ante el disparo de las cámaras que captaban la imagen desde la puerta del frente.

Besos, selfies, apretones de mano, selfies, abrazos y más selfies hicieron al recorrido desde el baño de bienvenida al escenario en el que se llevó a cabo el acto. También cartas, pedidos, y hasta un regalo: la camiseta del club Independencia, que hace dos años retomó la actividad futbolística oficial, después de dos décadas, y aspira a tener una cancha donde disputar sus partidos de locatario.

Además de Lacalle, hablaron el intendente Guillermo López, el vicepresidente de AFE, Gustavo Osta, la ministra Irene Moreira —“es muy fácil decir desde un escritorio ‘vayan al otro pueblo. Está a nueve kilómetros, es cerca’. No, señores. Hay que estar acá y saber lo que significa irse a nueve kilómetros”, exclamó en su discurso—, y el presidente de Mevir, quien, en la misma tónica, enfatizó en el sentido de pertenencia de los pobladores de pequeñas localidades de tierra adentro. También anunció la construcción de 20 viviendas más a pocos metros de allí, dado que hubo familias que quedaron en lista de espera.

“Me encanta decir que Mevir es una política país porque es de la gente, y que la gente ejerce el control social de Mevir. Vaya que acá en Independencia ejerció ese control social ante algunas dificultades y desvíos de esa política de arraigo, que siempre fue hacer la vivienda donde la gente vive, trabaja, y donde tiene sus vínculos familiares y sociales. Hay un sentido de pertenencia que solamente entiende la gente que vive en esa localidad. Hay que respetarlo y entenderlo, y si no se comprende vamos a tener que estudiar todos de vuelta lo que es el sentido de pertenencia”, sentenció el presidente de Mevir.