El presidente Luis Lacalle Pou recibió este lunes en la residencia de Suárez y Reyes a los ministros Luis Alberto Heber y Javier García, de Interior y Defensa Nacional, respectivamente, al secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, a la vicepresidenta, Beatriz Argimón, y a los senadores Carlos Camy, Jorge Gandini y Gustavo Penadés, integrantes de diferentes sectores del Partido Nacional (PN). Los participantes aseguraron a la prensa que se habló solamente de la posible reforma previsional, para la que el Poder Ejecutivo ya presentó un anteproyecto, que es analizado por partidos de la coalición de gobierno y el Frente Amplio (FA).

En una rueda de prensa a la salida de la reunión, Argimón aseguró que el PN le trasladó al presidente la opinión de sus integrantes sobre el anteproyecto, que es favorable y tendiente a darle velocidad a su tratamiento parlamentario. Para ello se requiere que los otros partidos de la coalición de gobierno propongan los cambios que consideren. En esta línea, la vicepresidenta contó que Lacalle Pou “está esperando la respuesta”.

Según dijo, días atrás el directorio del PN analizó el tema y, en opinión de los dirigentes blancos, “es bueno que se inicie el tratamiento este año”. Además, agregó que “hay que enviar un proyecto sobre la reforma” al Parlamento más allá de si los otros partidos aseguran o no sus votos.

En el mismo sentido dialogó con la diaria el senador Gandini, quien dijo que los legisladores transmitieron las “primeras impresiones de la bancada” al presidente, que espera tener las visiones del resto de los partidos de la coalición antes de que termine el mes. Aseguró que la intención es enviar el proyecto al Parlamento “en el mes de setiembre”, teniendo en cuenta “algunos cambios” que probablemente se recojan de los socios de la coalición.

Gandini planteó que dentro del PN hay “una visión muy positiva” sobre el anteproyecto y que el diagnóstico “implica el consenso de que algo hay que hacer”. Consultado acerca de si están dispuestos a votarlo sin los votos del FA, el senador dijo que “la decisión es avanzar”, lo que implica “buscar la mayor cantidad de acuerdos”, pero, si no los hay, hacerlo de todas formas.

Precisamente, Gandini fue uno de los que tiempo atrás plantearon que no era lo ideal avanzar en una reforma que implicara costos electorales y hacerlo sin los votos del FA. A grandes rasgos, su planteo era el siguiente: “El sueño del pibe del FA es que votemos una ley antipática”, que eso influya electoralmente en 2024, y después “disfrutar” de los beneficios de la reforma en términos de las finanzas públicas. Pero, consultado al respecto, dijo haber cambiado de opinión luego de leer el anteproyecto, que entiende que es bueno y que no traerá mayores costos políticos aprobarlo.

“Viendo el proyecto me parece que los costos políticos los va a tener quien se ponga en contra”, dijo, y apuntó que “es muy difícil oponerse a una solución de estas sin poner otras razonables sobre la mesa”. “Me parece que el camino es el de la responsabilidad y el costo lo puede pagar el que no sea lo suficientemente responsable para abordar este asunto”, agregó.

También hizo referencia a “la interna del FA”, ya que percibe que hay sectores con “opiniones coincidentes con la generalidad” del anteproyecto, y dijo que “hay que dialogar mucho” con ellos. “Hay que sacarse el balde, dejar de pensar con preconceptos de lo que se supone que íbamos a mandar y mirar el proyecto que hay”, sentenció.

“Es un proyecto que integra a todas las cajas y las hace converger en un plazo de 20 años, que es gradual, que no afecta a los jubilados, que no afecta a los que están por jubilarse, que es muy igualitario en la base y genera mejoras para los que tienen las peores jubilaciones y pensiones”, señaló, y agregó que “ese es un punto de partida que vale la pena trabajar”.