Este martes la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) realizó un encuentro virtual para actualizar los avances realizados por los países de América Latina y el Caribe en torno a las metas fijadas hace un año en la Cumbre de Sistemas Alimentarios. Tales avances implican una transformación en los sistemas de alimentación de los países, con el objetivo de ser más saludables, sostenibles e inclusivos.

Del encuentro participó la vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón, y destacó que Uruguay se comprometió a asumir esta causa a futuro. Según dijo, este asunto trajo un desafío para el país y comprometió a todos los partidos políticos a tenerlo en agenda. “Es un tema que tiene que formar parte de una política de Estado. Es importante que desde el Poder Legislativo se hable de la necesidad de esta transformación y haya principios de acuerdos para que sea una política sostenida en el tiempo”, señaló.

Para la vicepresidenta, el sistema educativo cumple “un rol muy importante” para el futuro de las transformaciones y aseguró que el gobierno nacional “se acercó” a este sistema para explicarle a la ciudadanía lo que significa dicha transformación, y concientizar en que todos formamos parte del proceso. En setiembre de 2021, nuestro país presentó ante Naciones Unidas un documento en el que especificaba el compromiso de transformar sus sistemas alimentarios, no sólo para erradicar el hambre, sino también para “reducir la incidencia de enfermedades relacionadas con la alimentación y para lograr la optimización en el uso de los recursos ambientales mundiales”. Tanto en aquel momento, como en el encuentro virtual de este martes, Argimón acentuó que no es una tarea sólo de los parlamentarios, y que se trabaja permanentemente con la sociedad civil organizada y con todos aquellos que se vinculan con la cadena de producción.

A su vez, advirtió que tanto en América Latina como el Caribe no habrá una rápida transformación en el tema si no se incluye a las mujeres en estos asuntos. “Cuantos más seamos concientizando y llevando adelante esta transformación, más rápido vamos a obtener los resultados que queremos respecto a este proceso. El rol de las mujeres es fundamental para esa transformación, y para mí forma parte de una estrategia indispensable”, concluyó.

Los gobiernos de los países participantes trabajaron en conjunto con el Grupo Técnico Regional integrado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la FAO, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), y el Programa Mundial de Alimentos (PMA). Según la FAO, el aumento de los precios de los alimentos y los fertilizantes, consecuencia de la guerra en Ucrania, y el panorama económico y fiscal de la región, impactaron en los sistemas alimentarios.

El panorama para 2023

En su intervención durante el encuentro, la directora de la División de Recursos Naturales de CEPAL, Jeannette Sánchez, mencionó que los sistemas alimenticios regionales experimentan “una situación de gran vulnerabilidad”. El último informe de CEPAL sobre la economía de América Latina y el Caribe indica que para 2023 se espera una desaceleración de la tasa de crecimiento de las naciones. A su vez, Sánchez explicó que la deuda pública sigue elevada en estos países lo que “reduce el uso de las políticas fiscales”. El contexto es más negativo si se suman las consecuencias climáticas, producto de las sequías que azotan a las producciones. Esto en una región donde, según la Cepal, viven 201 millones de personas en situación de pobreza, de los cuales 82 millones se encuentran en pobreza extrema.

La directora también contó que el incremento de los precios en los combustibles, fertilizantes y alimentos afectaron los “términos de intercambio de los países de la región”. Algunos de estos países mantienen números altos de consumo mundial de fertilizantes, lo que produce una dependencia del producto, y tras su aumento se espera que el rendimiento de las próximas temporadas agrícolas sea afectado.

“Tal como FAO probó, en la región la suba de la inflación y la inseguridad alimentaria aumentó más que en el resto del mundo. Esto aúna un contexto desafiante, donde es urgente sostener el bienestar, sobre todo de los más vulnerables”, finalizó Sánchez.

Por su parte Mario Lubetkin, subdirector General y Representante Regional de la FAO, tildó a la realidad regional como crítica, y dijo que necesariamente implica “acciones sin precedentes” no sólo de los gobiernos, sino de múltiples actores. “La cooperación internacional e integración regional es fundamental para una mayor capacidad de resiliencia y responder a nuevos desafíos”, sostuvo.