La inflación de setiembre es la más baja de los últimos 17 años: el Instituto Nacional de Estadística (INE) registró un aumento del índice de precios del consumo (IPC) de 0,61%, en el acumulado del año de 4,21% y en los últimos 12 meses de 3,87%. Este último dato es el más bajo desde 2005 y la inflación se ubicó nuevamente dentro del rango meta establecido por el Banco Central del Uruguay (BCU), entre 3% y 6%.

Nicolás Cichevski, economista y gerente en CPA Ferrere, dijo a la diaria que el último dato de la inflación “no fue sorpresa” y “estuvo dentro de lo esperado”. Con respecto al dato interanual de 3,87%, señaló que la comparación es “contra meses de 2022 en los que la inflación era relativamente alta por el impacto del conflicto entre Rusia y Ucrania, sobre todo en alimentos y combustibles”.

Cichevski también mencionó el impacto de “la estabilidad en el tipo de cambio”, que en parte ha ocasionado que “la caída de la inflación sea más rápida de lo previsto, porque meses atrás nadie esperaba un dólar planchado en 38 pesos”.

Martín Alesina, economista e investigador en el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres), coincidió en que el último dato “era lo esperado” y en que “el nivel del dólar” es “uno de los factores más importantes”. En diálogo con la diaria, sostuvo que el tipo de cambio actual “hace que todos los productos importados sigan valiendo más o menos lo mismo, porque el dólar está estable hace tiempo”.

No obstante, Alesina indicó que también existe una incidencia de los precios de los alimentos a nivel global, los cuales “están bastante estables desde hace tiempo”. “Se normalizaron después de los precios que hubo con la guerra [entre Rusia y Ucrania]; eso también colabora para que no haya un aumento fuerte de la inflación”, explicó.

Según el reporte del INE, en el incremento mensual de 0,61% influyó fuertemente la suba del agua embotellada (33,15%), que dejó de tener exoneración impositiva, y también las subas de algunas verduras, como el morrón (35,08%) y el tomate (6,93%), y de los combustibles, principalmente el gasoil (5,94%) y la nafta (4,55%).

Luego de la publicación del reporte del INE, el Comité de Política Monetaria del BCU resolvió, este jueves, reducir la tasa de interés de política monetaria de 10% a 9,5%, “manteniendo la fase contractiva de la política monetaria”, según informó el banco en un comunicado.

Para Alesina, la medida supone que, una vez cumplido “al menos transitoriamente” el objetivo de bajar la inflación, el BCU “sigue bajando la tasa para llegar a una política no tan contractiva” y así “poder incentivar el consumo por sobre el ahorro”.

Cichevski señaló que el BCU “también anunció que, en la medida en que las expectativas de los agentes no se corrijan a la baja, la tasa de política monetaria no va a bajar y va a continuar siendo contractiva”.

Al respecto, el BCU valora en el comunicado que, en setiembre, el promedio de las expectativas de inflación para los próximos dos años se ubicó por debajo del trimestre anterior: disminuyó de 7,09% a 6,87%. Con todo, las proyecciones del banco sitúan la inflación “dentro del rango meta durante todo el horizonte de política monetaria” en los siguientes 24 meses.

Instituto Cuesta Duarte: “Bienvenida que la inflación baje”, pero no va a “permanecer”

Diferente es el análisis que hacen desde el Instituto Cuesta Duarte (PIT-CNT). La economista Alejandra Picco dijo a la diaria que la caída de la inflación que se ha observado en el último tiempo responde a “factores más puntuales”. “Bienvenida que la inflación baje”, expresó, pero “no lo estamos viendo como algo que vaya a permanecer”.

Picco estimó que la inflación se ubicará “por arriba del rango” meta a fines de 2024, cerca del 7%. Sin embargo, aclaró que esto sería una cifra “por debajo del 8%” histórico de los años anteriores. “No la veo de vuelta en 8%, pero sí por arriba del rango para el año que viene”, subrayó. La consolidación de un nivel de inflación más bajo del habitual es un objetivo declarado de las actuales autoridades del BCU.

Cichevski señaló que la evolución de la inflación en el mediano plazo dependerá en parte de “la fijación de salarios” en el marco de la décima ronda de los Consejos de Salarios. Picco dijo que podría registrarse una suba desde mediados del año que viene, “que es cuando se darían los correctivos” por inflación en varios sectores de actividad, aunque apuntó que “seguramente tampoco va a ser tan alta” como marcan algunas estimaciones empresariales. También señaló que es probable que “el gobierno incremente el tipo de cambio”, lo que implicará “un poquito más de inflación”.

Por su parte, Alesina afirmó que en la coyuntura actual “el salario rinde más”, lo cual contribuye al proceso de recuperación salarial en curso. “A la inflación se le dice impuesto a los pobres, porque son quienes gastan la mayor parte de sus ingresos y quienes ahorran menos; entonces, cuando esos ingresos les rinden más, son quienes proporcionalmente se benefician más”, explicó.