El 12 de octubre, el CEO de la empresa Satellogic, el argentino Emiliano Kargieman, compareció ante la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados, que tiene a su estudio el proyecto de ley enviado por el Poder Ejecutivo por el que se crea la Agencia Espacial Uruguaya.
El proyecto prevé la creación de un consejo directivo integrado por un representante de Presidencia y otros cuatro del Poder Ejecutivo; además, la agencia contaría con un consejo asesor de empresas integrado por representantes de compañías nacionales e internacionales instaladas en el país, pertenecientes al sector de las tecnologías espaciales. Hoy en día la única empresa que se dedica a esto es Satellogic, que ya tiene 35 nanosatélites con bandera uruguaya, lo cual generó críticas del Frente Amplio (FA), por la forma en la que el gobierno plantea la gobernanza de la agencia.
En su comparecencia, Kargieman hizo explícitas las políticas de Satellogic –empresa dedicada a la fabricación de productos espaciales–: por un lado, indicó que la empresa se atiene a las regulaciones previstas por la legislación estadounidense, porque da “la posibilidad de brindarles más seguridad y más tranquilidad [a sus clientes]”, y también “un marco de operación más seguro” para “las decisiones que tomemos en cuanto a quién brindar los datos, quién puede ser nuestro cliente y quién no”.
En este sentido, marcó que “en el mundo en que vivimos en estos días, el hecho de no estar alineado es cada vez más complejo, sobre todo para una empresa que pretende vender en el mercado de defensa e inteligencia”, por eso la empresa “tomó la decisión de alinearse bajo Estados Unidos y los países aliados de Estados Unidos, la OTAN [Organización del Tratado del Atlántico Norte], etcétera”.
La comisión citó para el miércoles 8 de noviembre a una delegación de la cancillería, que asistió encabezada por el director general para Asuntos Políticos de la cartera, Luis Bermúdez. Luego de una introducción en la que repasó los acuerdos a los que suscribe Uruguay en materia espacial, Bermúdez fue consultado por los vínculos de Satellogic tanto con el gobierno uruguayo como con la OTAN, y sobre qué implica que tenga satélites con bandera uruguaya y participe recopilando imágenes e información en un conflicto bélico.
“Más allá de que actúe bajo bandera uruguaya o de que el satélite que preferentemente utiliza tenga cierta pertenencia o vinculación con Uruguay, esto no deja de ser una empresa; es una iniciativa privada”, zanjó Bermúdez, y explicó que se debe “distinguir bien el tema de la bandera del de la naturaleza jurídica” porque “a una iniciativa privada que tiene un fin eminentemente comercial” el gobierno no le puede “mandatar o negar que se le cierren determinadas oportunidades comerciales o de negocios”.
“Entonces, ellos van a responder y hacer el trabajo al que los contrate. Por ese lado, no hay ninguna duda”, continuó, aunque reconoció que “podría hacerse más claro el tema de la identificación de la empresa y el vínculo con las transmisiones y la órbita satelital en la que está trabajando y cómo se vincula eso con la bandera uruguaya”.