Este martes, tres autoridades del Ministerio de Ambiente (MA) fueron recibidas por la comisión de Ambiente de la Cámara de Representantes para intercambiar sobre el último derrame que hubo en la segunda planta de UPM, que tuvo lugar en la madrugada del 11 de noviembre. El director nacional de Evaluación y Calidad Ambiental, Eduardo Andrés, la gerente de Área de Impacto Ambiental, Rosario Lucas, y el director de la división de Control Ambiental, Eugenio Lorenzo, fueron los protagonistas de la comparecencia, que dejó insatisfechos a legisladores de Cabildo Abierto (CA) y el Frente Amplio (FA).
Para empezar, “hay que considerar el contexto”, dijo la diputada frenteamplista Lucía Etcheverry, en diálogo con la diaria. Las autoridades del MA se hicieron presentes tras lo que UPM calificó como “la rotura de una cañería que contenía celulosa”, que generó un derrame en la planta industrial. Aunque este hecho no fue tomado como una falta, se dio en el marco de varios debates por el accionar de la empresa, cuya planta en Durazno cuenta con 11 procesos sancionatorios. El último incidente antes del de este mes fue el derrame de un millón de litros de soda cáustica sobre un curso de agua, que afectó la biodiversidad del ecosistema.
El día de la rotura de la cañería, UPM emitió un comunicado en el que anunciaba que “a raíz de tareas de mantenimiento” existía la posibilidad de que se generaran “episodios de olor de forma eventual en las cercanías de la planta”. Sin embargo, lo que sucedió “no fueron tareas de mantenimiento”, señaló la legisladora. Si bien “el ministerio planteó que la situación no tuvo afectación al ambiente y que estuvo bien manejada”, para Etcheverry “la mala comunicación levanta suspicacia”.
“Nosotros entendemos que pueden suceder eventos” como los que se han desarrollado, afirmó Etcheverry. El problema es que “cuando se reiteran en tan poco tiempo, queremos saber qué medidas va a tomar el Ministerio para monitorear más de cerca”, añadió. Además, la diputada indicó que aún quedan pendientes solicitudes que se le realizaron a Bouvier cuando compareció ante la Comisión de Ambiente por el derrame de la soda cáustica. De acuerdo con Etcheverry, el ministro se comprometió no sólo a definir nuevas medidas para garantizar que la empresa se haga cargo de la afectación del derrame sobre el medio ambiente, sino también a pensar “si eso implica otro tipo de sanciones”.
Mentira
“Parece que nos tenemos que acostumbrar a este tipo de episodios, porque en dos meses ya tuvimos dos veces al MA tratando de explicar lo que pasa en UPM”, planteó, por su parte, el diputado cabildante Rafael Menéndez. En conversación con la diaria, el legislador evaluó que el MA “viene de atrás, actuando sobre hechos consumados” y demuestra que “no tiene capacidades para controlar a esta mega empresa”.
Asimismo, Menéndez se refirió a las explicaciones de la empresa y criticó que su gerente de Comunicación, Matías Martínez, realizara una publicación en X “pocas horas después” del hecho, asegurando que la rotura no generaría un daño para el medio ambiente, ni consecuencias sobre la salud humana. La misma discrepancia expresó el legislador hacia el MA por reiterar en su comunicado las afirmaciones de Martínez, incluso cuando había planteado que estaban evaluando la situación y que no contaban con el informe final.
En la misma línea que Etcheverry, destacó que UPM “mintió” porque “dijo que paraba por mantenimiento y eso es una media verdad, y una media verdad es una mentira”. De esta manera, “la empresa sigue ocultando fallas gravísimas”, mientras “el ministerio se alinea” a ella.
“Me consta que a otros legisladores también les llamó la atención el nivel de confianza que se maneja” desde el MA ante el accionar de UPM, declaró el frenteamplista Daniel Gerhard ante la diaria. Luego de contar que el personal de la cartera visitó la planta de Durazno tres días después de que se generara la rotura, Gerhard observó que en ese tiempo la empresa pudo haber “alterado el espacio para minimizar el accidente”.
A la vez, relató que en el Parlamento, las autoridades del MA narraron “con una transparencia brutal” que fueron a la planta casi que de casualidad: “Estaba yendo a la otra (planta de) UPM y decidió a medio camino ir a esta”.