Una integrante de La Casa de Óscar, un colectivo de derechos humanos, volvió a recibir una bolsa de huesos con amenazas y la firma de la Juventud Uruguaya de a Pie (JUP). Uno de los mensajes decía: “Giles, acá hay huesos, no hay cuarteles. Sigan escarbando, ojo, pueden repetir el plato”. El otro decía: “Topolansky asesina susia” (sic).
Por medio de un comunicado, el centro cultural La Casa de Óscar planteó que “este nuevo hecho violento, fascista y amenazante, busca amedrentar la lucha por la memoria en San Ramón”. Además de recordar que los hechos se dieron luego de que se aprobara la declaración como sitio de memoria al cuartel de la localidad, el documento le exige al Ministerio del Interior que “investigue sin demora” y “encuentre a los responsables, para que la Justicia pueda actuar y juzgarlos como corresponda”.
“Estos sucesos no pueden estar archivados, esta es una clara expresión de la impunidad y de la búsqueda de mantener el silencio de los sectores fascistas que aún persisten en nuestra sociedad”, asegura el texto. En ese sentido, “hoy más que nunca reivindicamos la memoria sobre los hechos del pasado reciente, denunciamos enfáticamente los acontecimientos que buscan generar miedo y odio”, concluye.
Hace unas semanas, la misma militante del colectivo había recibido una bolsa de huesos con el mensaje: “Acá hay huesos. No en los cuarteles, sigan buscando, giles”, y la firma de la JUP.
En esa oportunidad la organización Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos emitió un comunicado en el que exigió que “se tomen todas las acciones necesarias” para identificar a las personas que hicieron las amenazas, y manifesaron que estás prácticas se asemejan a acciones del pasado, “que buscan amedrentar a las compañeras y compañeros que dedican su tiempo a sentar las bases para que el ‘nunca más terrorismo de Estado’ deje de ser un mero proyecto político y se materialice en la realidad de un país que debe ser democrático, justo y cargado de memoria”.
Por su parte, el presidente de Crysol, Gastón Grisoni, condenó las amenazas y dijo a la diaria que ya se hizo la denuncia policial. Además, mencionó que el colectivo envió una solicitud de entrevista al nuevo ministro del Interior, Nicolás Martinelli, para manifestarle la “preocupación” que tienen por estas amenazas.
En su solicitud, a la que accedió la diaria, Crysol manifestó su “preocupación por las reiteradas amenazas” que recibió la activista. A la vez, el colectivo expresó su intención de informar al ministro sobre otros hechos “de hostigamiento velado a potenciales denunciantes y testigos de causas judiciales”.
“La dictadura fue una gran tragedia nacional. Para que no vuelva a ocurrir, los responsables de las graves violaciones a los derechos humanos deben ser juzgados y condenados con todas las garantías del debido proceso”, subrayó Crysol.