Mediante un decreto del 19 de diciembre, Presidencia de la República modificó la integración de la Junta Nacional de Drogas (JND), el organismo interinstitucional que evalúa y coordina las políticas en esa materia. El cambio en la redacción, aunque mínimo, dice mucho: desde siempre, la JND estuvo presidida por el prosecretario de Presidencia; sin embargo, a partir de este decreto la presidencia del organismo pasa a ser ocupada por “un representante de Presidencia de la República”.
Dos días después, el 21 de diciembre, fue una jornada particularmente movida para Presidencia. Ese día, el entonces secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, renunció para dedicarse a su campaña como precandidato a la interna del Partido Nacional y su lugar pasó a ser ocupado por Rodrigo Ferrés, que hasta ese momento se desempeñaba como prosecretario; el lugar de Ferrés fue ocupado por Mariana Cabrera.
El mismo día y apoyándose en el decreto anterior, Presidencia designó a Ferrés como el presidente de la JND, probablemente con la idea de dar continuidad al trabajo que desarrolló mientras era prosecretario. Este nombramiento también coincide con la asunción de Ferrés, el 13 de diciembre, de la presidencia de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (Cicad) de la Organización de los Estados Americanos (OEA).
Al asumir, Ferrés destacó que “la prevención, el tratamiento y la reinserción social” son “pilares fundamentales de nuestras políticas” y que es necesario construir “un camino que respete los derechos fundamentales de cada persona, promoviendo sociedades más seguras y justas para todos, tomando como premisa la libertad responsable y solidaria”. También hizo hincapié en el combate al tráfico ilícito, según recogió la web de Presidencia.
Por una modificación similar en la Rendición de Cuentas del año pasado, Ferrés había dejado la presidencia de la Comisión Coordinadora contra el Lavado de Activos y el Financiamiento del Terrorismo, que hasta ese momento también era encabezada por el prosecretario.
Esto trajo críticas, por ejemplo, del exprosecretario Leonardo Costa, quien en ese momento, durante una entrevista con M24, entendió que “la señal no es positiva” porque significó “un paso al costado de la persona que tradicionalmente tiene esta responsabilidad”. Además, dijo tener “la percepción” de que se decía desde el gobierno “‘en estos temas no me quiero meter’ y ‘se lo dejamos a otros’”.
Olivera: la JND “en este gobierno perdió mucho peso”
Consultado por la diaria sobre estos cambios, el ex secretario nacional de Drogas, Diego Olivera, entendió que, más allá de los motivos, lo cierto es que la JND “durante este gobierno perdió mucho peso”, lo que “se vio reflejado en distintos énfasis de la política pública en drogas que, por momentos, parecían hasta contradictorios”.
“Quizás el ejemplo más claro fue con respecto a la regulación de la marihuana, cuando el Ministerio del Interior estaba enviando proyectos de ley al Parlamento para modificar la participación de la Policía en los controles y en el acceso a los registros”, al tiempo que la Secretaría Nacional de Drogas indicaba “que no se quería ir en ese sentido”, lo que hablaba de la “poca coordinación” en temas “que se terminaban dirimiendo en el Parlamento”.
“Para ese tipo de diferencias es que uno espera que Presidencia y la JND armonicen las distintas posiciones, para que el gobierno tenga una mirada unificada sobre los temas”, señaló.
Otro ejemplo que mencionó Olivera está en la última Rendición de Cuentas enviada por el gobierno, que incluyó “un plan de salud mental con una cantidad de recursos asignados, en donde el vocero principal y el articulador fue el ministro de Desarrollo Social, Martín Lema”, cuando se podría haber “esperado” que la JND “tuviera un papel protagónico”, con el propio Ferrés “articulando la participación de los distintos organismos”, porque “es lo que corresponde”.
Así, para Olivera, “ni en regulación de los mercados ni en atención y tratamiento la JND aparece cumpliendo ese rol de coordinación y armonización de posiciones y recursos que debería cumplir”, pero “ha quedado, de alguna manera, desmembrada”.