La Cámara de Senadores discutió este jueves las modificaciones al proyecto de reforma jubilatoria que aprobó la cámara baja el martes. Como el Senado aprobó la iniciativa el 28 de diciembre del año pasado, ahora los senadores solamente debían aprobar o rechazar los cambios que le hicieron los diputados durante el trámite parlamentario en ese ámbito.

El Frente Amplio (FA) cuestionó al comienzo de la sesión el poco tiempo para analizar las modificaciones y la falta de un comparativo entre el proyecto original y el que se aprobó esta semana, incluyendo los cambios en el plenario de Diputados. “Es muy difícil poder hacer una discusión seria en estas condiciones”, sentenció la senadora Liliam Kechichian, coordinadora de la bancada frenteamplista.

“La reforma va a ser realidad en pocas horas, para alegría de los que han hablado a favor y también de los que han hablado en contra”, empezó diciendo este jueves de tarde el senador blanco Sergio Botana, cuando inició el tratamiento del proyecto de seguridad social en la cámara alta, que se acaba de aprobar con 17 votos en 28 (todos del oficialismo). Si bien la iniciativa ya había pasado por ese cuerpo, tuvo que volver a raíz de los cambios que implementaron los diputados.

Botana sostuvo que en este país “no hay un solo ciudadano mínimamente informado que no sepa que hay que hacer una reforma”, a tal punto que el argumento en contra ya no es “no a la reforma”, sino “queremos otra reforma”. “Todos sabemos que si no hay reforma, no hay jubilación para los muchachos que comienzan su vida laboral. Mucho menos para los que hoy son niños, y ni que hablar de los que aún no han nacido: esos no tendrán ni siquiera alimentación en su infancia, no tendrán acceso a recursos para una buena educación; esa es la realidad”, sostuvo.

El senador agregó que en Uruguay “no hay dirigentes políticos mal nacidos, que quieran hacerle mal ni a Uruguay ni a las generaciones futuras”. Por esa razón, se animó a afirmar “que esta reforma no se va a tocar, sea cual sea el gobierno y los gobiernos que vengan”, porque “el problema” no es la reforma, “sino las elecciones”. “El gobierno viene bien, y cuando un gobierno viene bien, no es tan fácil ganarle una elección; alguna patadita hay que dar, aunque cueste una amarilla. Está bien, lo entendemos, pero también sabemos que los líderes viejos no van a dejar que se hagan locuras”, aseguró.

“Estamos legislando de la peor manera posible”, dijo, por su parte, el senador de la oposición Óscar Andrade. Subrayó que la comisión de expertos que empezó tratando el tema tuvo tiempo para poder intercambiar información, procesar datos, comparar escenarios, hacer un diagnóstico y elaborar propuestas. Mientras, el Senado contó con “poco más de 40 días para tratar un proyecto de esta importancia”. “O sea, se decidió priorizar el intercambio técnico, subordinando la importancia del intercambio político. Tanto es así, que terminamos votando cambios en el Senado al proyecto original, sin saber cuánto costaban”, expresó.

Óscar Andrade.

Óscar Andrade.

Foto: Camilo dos Santos

Sobre el fondo del proyecto, Andrade dijo que “el endurecimiento de las condiciones jubilatorias es al barrer”, porque todos saben que “el trabajador no se jubila a los 60 años en Uruguay”, y no porque “sea amante del trabajo”, sino porque “el mínimo jubilatorio al que alcanzás con 60 años de edad es muy bajo, de apenas 45%”. Entonces, se trabaja hasta los 63, 64, para subir el porcentaje de haberes, pero con la reforma planteada “muchos trabajadores van a llegar a 45% a los 65 años, y van a tener que tener la opción de jubilarse con una miseria o tratar de jubilarse más cerca de los 68, 69, y para algunas ramas de actividad esto es terrible”, finalizó.

FA: “Una nueva falta a la verdad”

Más tarde, la oposición brindó una conferencia de prensa en el Parlamento, en la que la senadora Silvia Nane llevó la voz cantante. Dijo que la reforma que se estaba por votar, y que no apoyan, es “un nuevo incumplimiento del gobierno hacia toda la ciudadanía, una nueva falta a la verdad, un cambio radical a unas reglas de juego que el presidente” Luis Lacalle Pou “dijo que no iba a cambiar”.

“Sin embargo, si esto se aprueba hoy, la semana que viene a muchas personas les van a estar cambiando muchas de las reglas de juego. Les van a cambiar a todos los trabajadores que comiencen su actividad y sean clientes obligados de una AFAP, les van a cambiar a algunas mujeres que tengan la desgracia de enviudar, y a personas que se vayan a jubilar por incapacidad total, en algunos casos, cobrando casi hasta 44% menos”, sostuvo.

Luego, subrayó, como lo viene haciendo la oposición desde que se presentó el proyecto, que la reforma es “injusta” porque “hace que tengamos que trabajar más y que, definitivamente, tengamos que cobrar menos, porque solamente hace énfasis en disminuir el gasto de previsión social y no incrementa ni uno solo de los ingresos de la seguridad social”.

“El gobierno no explica ni uno solo de los números, que no cierran. El gobierno no tiene impacto de ninguno de los cambios que ha analizado, pero, sin embargo, se encarga de atacar las movilizaciones populares, muchas de ellas que han sido protagonistas de algunos de los cambios que se hicieron y que solamente dejan un poquitito menos peor este proyecto”, finalizó. 

Lacalle Pou: “Es una reforma con sensibilidad social” 

Pasadas las 21.00, apenas se aprobó la reforma, el presidente Lacalle Pou compartió un mensaje grabado en su despacho, de ocho minutos, a través de sus redes sociales. El mandatario dijo que se trata de una “reforma justa y solidaria”.

Sostuvo que “hace varios años, quizás más de 15, que todo el sistema político entendió que la reforma era urgente”, porque, “por suerte, la humanidad va a tender a vivir más y mejor”, con lo cual, “seguramente se extienda su vida laboral, de actividad plena”.

“Por otro lado, y como contrapartida de esto, tenemos una tasa de natalidad muy baja. Para ser claros: la relación activo-pasivo ha ido disminuyendo y generando riesgos. Obviamente, a veces cuesta imaginar el futuro, pero los números que hoy tenemos claramente indican que cada vez más los impuestos de los uruguayos se necesitan para solventar el sistema jubilatorio. No alcanza con los aportes directamente involucrados a la seguridad social para sostener el sistema”, subrayó.

El mandatario destacó que le da “mucha importancia” al trabajo de proyecto en el Parlamento, porque “allí reside la totalidad de los partidos políticos, allí está la representación total y general de todos los votantes del país”. “Y por eso avanzamos en una reforma que tiene un período de transición larguísimo, a diferencia de la última reforma [2008] que se hizo de este sistema en nuestro país. Es una reforma con sensibilidad social, que tiene un tratamiento diferencial especial para la discapacidad. Que además trata de universalizar las jubilaciones y las pensiones”, indicó.

Lacalle Pou también destacó que la reforma habilita a seguir trabajando luego de la jubilación. Dijo que era un reclamo de “mucha gente que se jubilaba, por tener los años suficientes, pero que aún se sentía con fuerza y ganas, además de necesitar algún peso más para llegar a fin de mes”. “Hasta esta reforma, esa persona no podía volver a trabajar, no podía hacer changas, no podía hacer un jornal, y si lo hacía, sabemos que no lo hacía dentro de la ley. Este reclamo hoy se va a poder cumplir”, destacó. 

Por último, el presidente dijo que, “claramente, las jubilaciones más bajas van a ser más altas”. “Hay reforma, y estén tranquilos, que si hay reforma, hay futuro”, finalizó.