En el marco del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) realizó una conferencia para brindar cifras y reflexiones respecto al tema. Según lo anunciado, en 2022 se realizaron 2.070 inspecciones y 48 denuncias, de las que 21 estuvieron vinculadas a niños y 27 a adolescentes. Además se contabilizaron 21 accidentes y se otorgaron 1.666 permisos de trabajo. Aunque la instancia estaba prevista para el lunes, fecha original de la conmemoración, se pospuso para el martes por los festejos tras el campeonato de la selección sub 20 de Uruguay.
“Nos parecía razonable que todo el país se sumara a la actividad de celebración y de festejo”, pues “el propósito de este acto es que tenga la mayor trascendencia posible”, dijo Pablo Abdala, presidente del INAU, al comenzar. Según expresó, en relación a la situación del trabajo infantil, “todo lo que atañe a la información, a la difusión y a la sensibilización” es “muy importante”, y en ese sentido son valiosas las jornadas de encuentro que invitan a “reflexionar”.
Además de “integrar el tema a la agenda”, para Abdala lo fundamental es “reafirmar el compromiso del país con los compromisos internacionales” que ya se han asumido. La eliminación del trabajo infantil forma parte de los objetivos de desarrollo sostenible planteados en la Agenda 2030, recordó, y manifestó que para lograrlo debe establecerse “el compromiso de actuar con la mayor eficiencia y profesionalidad en lo que refiere a la regulación y fiscalización”.
“Es bueno que reflexionemos sobre cuál es la situación en la que nos encontramos y cuál el contexto uruguayo”, señaló Abdala. En materia normativa se “ha actuado más que a tiempo”, pues “nuestro marco jurídico dice lo que tiene que decir, y de lo que se trata, por lo tanto, es de hacerlo cumplir”, opinó. Aun así, reconoció que siempre es pertinente “mejorar continuamente la respuesta” y “perfeccionar la gestión”. Por otro lado, consideró que hay que ponerle atención a la articulación entre las diferentes instituciones vinculadas al área, desde la Inspección General de Trabajo y Seguridad Social (IGTSS) hasta el Banco de Previsión Social y el Banco de Seguros del Estado. “Hay un sistema que está vigente, que es eficaz, que es eficiente y que funciona”, agregó Abdala. “Por supuesto” que también se incumple la ley “con relativa frecuencia”, pero “de lo que se trata es de estar preparado y de ser cada vez más eficientes a la hora de combatir y de perseguir esas ilegalidades”, aseguró.
Por otro lado, Abdala se refirió a lo expresado por la relatora de las Naciones Unidas sobre la venta y la explotación de niños, niñas y adolescentes, Mama Fatima Singhateh, durante su estadía en Uruguay, quien dijo que aquí existen “las peores prácticas” de trabajo infantil. “Creo que esa fue una afirmación desafortunada, que en todo caso implicó una especie de cliché”, opinó, y destacó que “lo que importa es que la OIT [Organización Internacional del Trabajo] ha reconocido que nuestro país está dando pasos en la dirección correcta”. A la vez, subrayó que el contexto regional acompaña, pues en “los últimos diez años” el continente ha avanzado en la reducción del trabajo infantil, algo que debe verse como “una noticia alentadora”. Aunque “no nos debe llevar a la autocomplacencia o a creer que está todo resuelto”, sí es posible confirmar que se está transitando “en el sentido de lo correcto”.
En relación a la toma de nuevas medidas, el presidente del INAU informó que dentro de uno o dos meses se sumarán cinco personas al equipo de inspección, que actualmente está integrado sólo por siete. También se piensa realizar un estudio para ver “cuál es la verdadera situación del mercado de trabajo” infantil, y “definir una encuesta en base a los datos que arroje el censo”.
“Lo que no se mide no existe”
“En 2021 la OIT y Unicef hicieron un estudio a nivel global sobre los primeros impactos de la pandemia en el trabajo infantil, y tristemente se confirmó que el descenso en el trabajo infantil en el mundo paró”, contó Franciso Benavides, representante de Unicef Uruguay. Se trata de “la primera vez en 20 años” que no se logra reducir el trabajo infantil a nivel global. Si bien “la situación de Uruguay no es la peor de América Latina”, lo que sucede en nuestro país es valioso para ilustrar a otros territorios de la región, agregó.
“En Uruguay el trabajo infantil afecta de manera diferente a niños y niñas”, y tiene mayor lugar “en zonas rurales” y de más pobreza, dijo Benavides. A partir de los datos arrojados por la Encuesta Continua de Hogares también se sabe que la mayoría de los adolescentes que trabajan se encuentra por debajo de la línea de la pobreza. “Es muy probable que los adolescentes que estén trabajando sean aquellos que requieren más cuidado y más protección”, explicó, y agregó: “En ese sentido aplaudimos la decisión del INAU y del ministerio de buscar tener datos más actualizados y más finos, que les permitan tomar mejores decisiones”.
Por su parte, el titular de la IGTSS, Tomás Teijeiro, habló del Comité Nacional para la Erradicación del Trabajo Infantil (CETI), al que definió como “un instrumento eficaz y eficiente para trabajar en esta línea sin importar cuáles son los políticos de turno”. Teijeiro manifestó que el CETI desempeña una tarea que debe mantenerse, porque “esta es una guerra que nunca se termina de ganar”. Asimismo se refirió a la “preocupación” que existe por parte del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social por “medir” la situación, y opinó que la encuesta otorgará elementos para “seguir transitando en este camino de lucha”. “En el siglo XXI lo que no se mide no existe, y si no tenemos métricas para saber dónde estamos parados, estamos navegando a ciegas”, concluyó.