El aumento del sodio, los cloruros y los trihalometanos en el agua que provee OSE a raíz de la crisis hídrica genera que no sea posible “producir hormigón en masa o armado de forma convencional, utilizando para el amasado y el curado del hormigón, el agua suministrada en la actualidad por OSE”, según un informe elaborado por el docente de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo Fernando Tomeo para la Sociedad de Arquitectos del Uruguay (SAU).

De acuerdo a las conclusiones del informe, “los datos suministrados por OSE con respecto a la calidad del agua son tan variables que no son confiables”. Recuerda que “la Presidencia de la República ya anunció que autorizará a OSE continuar con este proceso de suministro, incluso, tomando el agua más cerca del Río de la Plata, incrementado la presencia de cloruros y materia orgánica en la red”.

Al mismo tiempo, llama a los arquitectos a “involucrarse con la gestión del agua, no solamente para la producción de hormigón y morteros, sino para asegurar un derecho humano irrenunciable”, y a distanciarse “de la actitud, ignorante, irresponsable y paralizante que significa dejar pasar el tiempo y ‘esperar que llueva’”.

“La complejidad para la producción del hormigón radica, esencialmente, en construir confianza sobre la certeza de los datos, que varían en forma constante, no solamente entre las líneas de bombeo que trasladan el agua desde la planta potabilizadora, sino en los valores, no siempre coincidentes, que se comunican a la población desde los diferentes espacios del Estado”, insiste el informe.

Asimismo, recuerda que la industria de la construcción uruguaya “incorporó el uso del hormigón premezclado de plantas especializadas” instaladas en “predios periféricos de la ciudad” y que “utilizan el agua de pozos perforados semisurgentes para la elaboración de hormigón”, lo que no eliminó “la producción de hormigón en obra, especialmente porque, por razones de costo, la unidad de medida para la contratación de la empresa premezcladora está asociada al volumen de traslado de los camiones mixer de las empresas”. Esta producción en obra se suele hacer con el agua de OSE.

“La presencia de cloruros incorporados en el agua de amasado”, en conjunción con las condiciones climatológicas de Montevideo, “provocará la destrucción de las barras” incluidas en las estructuras de hormigón armado, explica el informe, que además realiza recomendaciones técnicas a la hora de producir hormigón, como “disminuir el volumen de vacíos” puesto que “la reacción de hidratación del cemento con agua con alto contenido de cloruros es más intensa, produce más calor y una microestructura más porosa”, que la vuelve menos resistente.

También recomienda “planificar la obra nuevamente a partir del cambio en las condiciones del agua” y recuerda que, “independiente [de] que comience a llover en cantidades adecuadas, esta situación requerirá de meses para retornar a la normalidad” y pensar el “subsistema estructural mediante el uso de otras tecnologías”, como elementos prefabricados o estructuras metálicas o de madera.

“Cuando los voceros de la empresa estatal OSE reconocieron públicamente que el agua de la red no era potable por razones asociadas a la ausencia de lluvias y, sin asumirlo, dejando en evidencia la ineptitud de quienes dirigen el organismo frente a la crisis hídrica”, continúa en otro pasaje, donde recuerda las recomendaciones de la Universidad de la República y lamenta que se instale “una discusión sobre los conceptos de ‘agua potable’ o ‘agua bebible’”, lo que considera una “reflexión estéril frente a la gravedad del problema”.