Cuando decretó la “emergencia hídrica” en Montevideo y la zona metropolitana, el lunes 19 de junio, el presidente, Luis Lacalle Pou, dijo que el gobierno mantendría informada a la población sobre “la calidad del agua y el suministro”, el cual “está asegurado”. Subrayó que “el peor escenario es con suministro de agua, no se va a cortar el suministro de agua”.

El sábado a la tarde, y después también este domingo a la tarde, OSE informó a través de un comunicado que están realizándose “una serie de maniobras” sobre la red aductora de agua “potable” del sistema metropolitano con el objetivo de “administrar de manera más eficiente los recursos disponibles”, que siguen disminuyendo ante la falta de precipitaciones significativas. “Durante las próximas horas se llevarán a cabo diversos trabajos y ajustes en la distribución de agua, los cuales podrán ocasionar faltas de agua en algunas zonas del área metropolitana”, avisa el comunicado. Respecto a la fecha de finalización de estas “maniobras”, desde la empresa estatal señalaron a la diaria que “por ahora” el comunicado “está vigente”.

OSE sostiene en el comunicado que las posibles interrupciones del suministro “serán acotadas”, y recomienda a sus clientes “restringir el consumo de agua”, conforme a la situación de emergencia hídrica. Alerta además que, “como es usual”, las intervenciones en la red aductora de agua del sistema metropolitano pueden ocasionar “fenómenos puntuales de turbiedad”.

Consultado por la diaria, el director de OSE en representación del Frente Amplio, Edgardo Ortuño, afirmó que el comunicado del fin de semana “se emitió luego del directorio y no se trató allí”. Estimó que debe referirse a “manejos de las presiones en las redes”.

El presidente de la Federación de Funcionarios de OSE (FFOSE), Federico Kreimerman, dijo a la diaria que “lo que están haciendo es cerrando y abriendo válvulas para consumir menos agua, básicamente para que la exigencia hacia la planta de Aguas Corrientes sea menor”, aunque aclaró que en el sindicato no tienen información “exacta” de las últimas acciones de la empresa pública.

“Es una forma de mantener la proporción de la mezcla, [porque] les está quedando poca agua dulce”, señaló. Si no se disminuye la presión en el sistema, “tienen que incrementar más la parte salada; básicamente es eso; al bajar el total pueden seguir mezclando como estaban mezclando”.

Se registró el consumo más bajo

Si no llueve, próximamente las reservas de Paso Severino se agotarán y, para mantener el suministro, el gobierno aumentará los niveles de sodio y cloruros del agua de OSE. Esto, que empeorará la calidad del agua al punto de que ya no será “bebible”, se mantendría hasta que termine la construcción de un embalse en el río San José que a través de unos 13 kilómetros de cañerías aportaría agua para abastecer a la planta de Aguas Corrientes.

En su reporte diario, Presidencia informó este domingo que dos líneas de bombeo del sistema metropolitano superaron los valores excepcionales máximos permitidos de cloruros y sodio. La línea 4 -que abastece a la zona centro de Montevideo y el área metropolitana- tuvo un promedio diario de 779 mg/l en cloruros y 465 mg/l en sodio; la línea 6 -que abastece a la zona oeste de la capital y la zona metropolitana- tuvo un promedio diario de 730 mg/l en cloruros. Lo máximo permitido es 720 mg/l y 440 mg/l, respectivamente.

Asimismo, el informe de Presidencia marca que este domingo el consumo total de agua en Montevideo y la zona metropolitana fue de 506.775 metros cúbicos, esto es, el número más bajo desde que empezó la emergencia hídrica y el primero tras la “serie de maniobras” anunciadas por OSE. Sin embargo, las reservas de Paso Severino siguen bajando: quedan los últimos 1.255.326 metros cúbicos.

“Todo el mundo sabe ya que no queda casi nada en Paso Severino”, dijo Kreimerman. Consultado por la cantidad de días, calculó “cuatro o cinco”, aunque aclaró que “como están haciendo estas maniobras es muy difícil de prever”. “El dato que tengo es que el caño que permite pasar de un lado al otro de la presa, que está a determinada profundidad, ya está descubierto; el agua está pasando por la mitad del caño, y al pasar eso la presión pasa a ser la presión de la atmósfera y el agua pasa muy lento, es como una lenta agonía”, expresó.

Para Kreimerman, si no llueve, el gobierno tendrá que “ser más estricto en qué se puede usar el agua y en qué no”. Ante un nuevo aumento de la salinidad, sostuvo, el agua de OSE será simplemente “corriente”, “ni potable ni bebible ni nada de eso”, lo cual podría implicar inconvenientes para la higiene personal, por ejemplo. “Hay jabones que no pueden funcionar directamente. Los jabones de tocador comunes no funcionan con agua salada”, mencionó el presidente de FFOSE.

Por el momento, Presidencia le recomienda a la población “general”, sin diagnóstico de hipertensión arterial, que “mantenga el consumo habitual de agua diario que puede ser en su totalidad agua de OSE”.

PIT-CNT: “No debemos pagar el agua para beber mientras trabajamos”

Por otra parte, el PIT-CNT acusó al gobierno mediante un comunicado de “faltarle el respeto al ámbito de diálogo social tripartito”, dado que un mes después de que se reuniera el Consejo Nacional de Salud y Seguridad en el Trabajo, instancia en la que la central sindical planteó que “se provea de agua apta para el consumo” en los lugares de trabajo, “el ministro de Trabajo [Pablo Mieres] sale a la prensa a pronunciarse como si fuese representante de los empresarios diciendo que no comparte que los empleadores deban proveer de agua embotellada a sus trabajadores”.

Según el PIT-CNT, hay una “normativa técnica de seguridad en el trabajo” que establece que “se debe disponer de agua potable para las y los trabajadores” en cantidad y calidad suficiente y sin que su costo recaiga sobre los trabajadores. “No debemos pagar el agua para beber mientras trabajamos”, subraya la central sindical, que exige que “en cada lugar de trabajo” se asegure “el suministro de agua embotellada para todo el personal, en cantidad suficiente y con especial énfasis en la población de riesgo”.