Las afirmaciones de la senadora nacionalista Graciela Bianchi –vicepresidenta en ejercicio por la salida del país de Beatriz Argimón– sobre el proceso electoral en España llevaron a Argimón y al canciller, Francisco Bustillo, a pedir disculpas al gobierno español, y generaron una oleada de críticas desde la oposición hacia la legisladora, por el tenor de sus declaraciones.

En una publicación de Twitter, Bianchi vinculó al PSOE, partido del actual presidente español, Pedro Sánchez, con las “narcodictaduras cubana, venezolana, nicaragüense, iraní, el terrorismo de la ETA, y el separatismo catalán que quiere terminar con España”.

Para la bancada de senadores del Frente Amplio (FA) no alcanza con que Bustillo haya pedido disculpas al embajador de España en Uruguay, Santiago Jiménez Martín. En un comunicado pidió que “el gobierno uruguayo, a través de su cancillería, se exprese al respecto y exija la rectificación de sus dichos a la señora legisladora, que, de acuerdo con su actual investidura, revisten gravedad”.

Los senadores del FA remarcaron el hecho de que Bianchi agravió al partido del jefe de gobierno del Estado español, y que por este motivo la cancillería española citó a la embajadora uruguaya en Madrid, Ana Teresa Ayala. “Rechazamos tales expresiones por considerar que horadan la tradición que el Estado uruguayo ha mantenido en materia de relaciones internacionales”, culmina el comunicado.

“Es increíble que estas cosas sucedan y que haya senadores que se crean en libertad de decir cualquier cosa en representación del conjunto del país”, opinó el senador del FA Enrique Rubio. Además, en este caso, Bianchi “no es simplemente un senador que da determinadas opiniones con las cuales uno puede discrepar radicalmente, sino que está ejerciendo un cargo que nos representa a todos y creando un incidente internacional”, agregó. De acuerdo al senador, al haber sido convocada la representante del Estado uruguayo en España, se evidencia que “esto genera un incidente diplomático” y por lo tanto el ministro de Relaciones Exteriores, Francisco Bustillo, debe hacer “un pedido de disculpa”.

En diálogo con la diaria, el legislador José Carlos Mahía destacó que lo compartido por Bianchi responde a “una forma de hacer política que se basa en denostar al adversario o utilizar la mentira como herramienta”. Aunque “utiliza muy frecuentemente, sobre diversos temas”, esos modos, “el problema está cuando trasciende a nivel internacional”, y más en este caso, en el que se “refiere a un país tan importante como España, a su gobierno y a su pueblo”.

“No sólo avergonzó al sistema político una vez más, sino que deja mal parado al país”, lamentó Mahía. Por esa razón, desde el FA “estamos esperando que la cancillería emita un comunicado y deje claro en un texto que condena y rechaza ese tipo de afirmaciones”, resaltó.

“Realmente nos genera una enorme preocupación porque nos parece una gran irresponsabilidad el accionar”, contó el senador frenteamplista Mario Bergara, en conversación con la diaria. Al igual que sus colegas, el legislador destacó el hecho de que la senadora nacionalista estuviese ejerciendo una investidura institucional “de otro porte”, y consideró que el gobierno debe compartir su posicionamiento en este tema, “con una comunicación inequívoca”.

“Un país pequeño, que tiene que estar inserto saludablemente en el mundo, depende en buena medida de su credibilidad, de su reputación, y este tipo de cosas nos desprestigia” y “erosiona de un plumazo todo eso que tenemos que cuidar”, reflexionó Bergara. “Este tipo de actitud es realmente vergonzante”, subrayó.

Por su parte, el senador frenteamplista Charles Carrera tuiteó: “No se puede ser tan irresponsable representando a todo el Poder Legislativo, actuando como vicepresidenta de la República. Con sus actitudes daña al país”. En la publicación compartida Carrera consideró que Bianchi, además de “promover el odio y las noticias falsas a través de las redes”, realizó “un acto de injerencia en asuntos internos de otra nación”. Por último, el senador manifestó que “por el bien del país” espera “que el presidente tome cartas en el asunto”.

Otro de los que se expresaron al respecto a través de su cuenta de Twitter fue el intendente de Canelones, Yamandú Orsi, quien planteó que se puede “opinar, disentir o discrepar”, pero cuando se ocupan espacios de responsabilidad institucional “relevantes para nuestro país” corresponde “darles el valor que merecen”. “Si no lo hacemos y si “jugamos a la política”, se instala uno de los peores venenos, la frivolidad”, concluyó.

Desde la coalición

Dentro de la coalición, la diputada del Partido Colorado María Eugenia Roselló también utilizó la plataforma Twitter para manifestarse ante lo sucedido y decir que no se siente representada. “Apelamos a la humildad de la senadora y al reconocimiento del error por lo expresado y de la forma en que lo expresó. Le haría bien a la política que quienes se equivocan lo reconozcan y pidan perdón”, escribió.

“Ningún vicepresidente representa la opinión del Estado uruguayo”, aseguró el senador del Partido Nacional (PN) Sebastián da Silva. Sobre la convocatoria del embajador español, Da Silva dijo que “es una consulta tradicional, pero en el derecho diplomático las ofensas las generan teóricamente los representantes del Estado”. Asimismo, en referencia a la solicitud de los senadores del FA, afirmó: “Vamos a dejarnos de cosas, porque esto es una declaración política, como la que todos los días escuchamos”.

Reacciones blancas

A todo esto, en nuestro país las reacciones no demoraron en llegar. El diputado blanco Juan Martín Rodríguez dijo en rueda de prensa que las explicaciones dadas por Cancillería “son las correctas” y subrayó que los legisladores tienen que saber el “rol” que cumplen. “Naturalmente, cuando uno es parlamentario y representa a un partido político, tiene absoluta libertad en sus expresiones, compartiéndolas o no; ahora, en el caso de la senadora Bianchi, se encontraba ocupando la vicepresidencia de la República, eso obliga a la persona que ejerce esa responsabilidad a actuar de otra manera. Por lo tanto, entendemos que no debería haberse emitido ese tuit, porque, en definitiva, no deja de ser quien en ese momento ejercía la vicepresidencia de la República de nuestro país”, sostuvo, e insistió con que el tuit fue “innecesario”.

En tanto, otro legislador blanco dijo a la diaria que, “obviamente, no debe de haber caído bien” el comentario de Bianchi dentro del PN, pero “como es quien es”, en el grupo de WhatsApp de senadores de la bancada blanca “nadie se animó a comentar nada”. Bianchi es la actual coordinadora de bancada del PN en el Senado, y algunos de sus pares habían expresado “malestar” y “preocupación” por la forma en la que lleva adelante la coordinación. El legislador blanco subrayó que puertas adentro Bianchi “cuida todos los detalles”, al punto de que a veces los reta por algunas cosas, por lo tanto, subrayó que lo que la senadora expresó en el polémico tuit no es coherente con lo que “pregona” en la interna. “El silencio rotundo habla mucho más que cualquier enojo, nadie va a decir nada porque es quien es”, insistió.

Otra fuente blanca, en diálogo con la diaria, le bajó el perfil al asunto y subrayó que lo que escribió Bianchi no es muy distinto a lo que ya ha comentado muchas veces, incluso en el Parlamento, usando expresiones similares, como “narcoestados” (Bianchi llegó a decirles a los legisladores de la oposición, en una sesión de la cámara alta: “Ustedes son los amigos de los narcoestados, nosotros no”).

“En el PN nadie piensa que Graciela vaya a cambiar”, señaló la fuente blanca, y resaltó que la senadora siempre apunta sus dardos hacia las mismas personas, colectividades políticas o instituciones, llámese kirchnerismo, el fiscal de Corte, Juan Gómez, la Universidad de la República o algunos periodistas. “¿Hay alguien, en su sano juicio, que pueda imaginar que Bianchi va a temperar sus opiniones?”, preguntó, retóricamente, la fuente blanca. Subrayó que la senadora “va a seguir siendo así” y puso como ejemplo a Sebastián da Silva, otro legislador nacionalista que suele ser beligerante y al que no imagina que un día no le “pegue” al presidente del Frente Amplio (FA), Fernando Pereira.