La decisión dividida del PIT-CNT de recolectar firmas para impulsar un plebiscito para derogar las AFAP, que la edad de jubilación se mantenga en 60 años y establecer que los montos de las jubilaciones y pensiones mínimas estén por encima de la línea de pobreza, es decir, por arriba del salario mínimo nacional, pone ahora el foco en el Frente Amplio (FA), que deberá optar por acompañar o no el camino que tomó la central sindical para tirar abajo uno de los buques insignia del gobierno liderado por Luis Lacalle Pou como fue la reforma jubilatoria.

El politólogo Antonio Cardarello opinó que en el PIT-CNT, a la hora de tomar esta postura, primó lo que fue la recolección de firmas para derogar los 135 artículos de la ley de urgente consideración (LUC), que fue un “éxito”, pese a no lograr el objetivo final por un escaso margen. Para el académico, en este plebiscito el movimiento sindical ve una posibilidad de actuar “contra el gobierno”. La postura que ganó, que era la que promovió desde un principio la Asociación de Trabajadores de la Seguridad Social (ATSS), es la “más radical”, según opinó, puesto que “va más allá” y propone derogar las AFAP, por ejemplo.

Por su parte, el también politólogo Mauro Casa expresó que triunfó la opción “maximalista”. En diálogo con la diaria, opinó que si se aprueba el plebiscito a la Constitución se le imprimirá “una enorme rigidez a las políticas públicas, porque el día de mañana puede haber consideraciones por las cuales el país entendiera que sería mejor cambiar alguno de estos aspectos”.

A modo de ejemplo, expresó que se está en un momento de “enorme cambio” en materia del empleo y las condiciones de trabajo: “Hay un enorme cambio en el mundo laboral por el avance de la tecnología, entonces podría ser perfectamente que de aquí a pocos años cambiase todo el paradigma de cómo entendemos el retiro del mundo del trabajo, y eso en Uruguay, con esta reforma, no se podría hacer porque queda escrito de manera rígida en la Constitución”, siempre y cuando se llegue a las firmas y, posteriormente, se apruebe en los comicios nacionales.

Diego Luján, también politólogo y docente e investigador, remarcó a la diaria que al ser una decisión “bastante ajustada” en términos de la votación dentro del movimiento sindical, quiere decir que entre aquellos sindicatos que querían discutirlo más y quienes no estaban afín de promover el plebiscito hubo una “descoordinación”.

“No sé si es una muestra de debilidad. En todo caso, no es una posición que sea mayoritaria dentro del movimiento sindical. Lo que pasa es que quienes propusieron alternativas estuvieron descoordinados y esa descoordinación es la que permitió que emerja esta decisión como la mayoría simple que es. Ahora, una vez establecida esa decisión, mandata al resto, porque de pronto, sin estar muy convencido el movimiento sindical como tal, si no media otra decisión, se va a embarcar en este mecanismo de democracia directa, al cual todavía le quedan un montón de cosas por definir”, reflexionó.

Luján cree que se abre una puerta de negociaciones, sobre todo, a dos niveles. Por un lado, a la interna del FA, y por otro, entre esa fuerza política y el PIT-CNT, “tratando de ver cómo se procesan esas decisiones”.

Rumbo a la campaña

Según Cardarello, la vía que tomó el PIT-CNT “va a contaminar la campaña electoral” y va a obligar al FA a pronunciarse; algunos sectores ya habían manifestado su inconveniencia de avanzar en un mecanismo de democracia directa de este tipo. Entre esos grupos, están el Movimiento de Participación Popular (MPP), la Vertiente Artiguista y Convocatoria Seregnista Progresistas, liderada por el precandidato el senador Mario Bergara.

En cambio, hubo otros que se manifestaron a favor, entre ellos, el conglomerado de sectores Izquierda y Libertad, donde se encuentran, por ejemplo, el Partido Socialista (PS), el Partido por la Victoria del Pueblo (PVP) y Casa Grande. El Partido Comunista, por el momento, no oficializó una postura, pero todo indica que apoyarán a la central sindical.

Cardarello expresó que parte del debate de la campaña, en lugar de centrarse en aspectos que el FA preferiría, por ejemplo, en lo que refiere a la conducción económica, la seguridad, la desigualdad, se basará en el plebiscito, “y sobre todo en la conveniencia o no de que una reforma de este tipo, que tenga que ver con la seguridad social, esté en la Constitución”. “Creo que el que sale favorecido con esto es el gobierno”, agregó.

Esto parece concluir en que el propio presidente tendrá un rol importante, puesto que se meterá de lleno en la campaña para defender la reforma de su administración. “Me parece que también le está dando la posibilidad de actuar más libremente en la campaña electoral, y se sabe que la figura del presidente es la más importante con la cual el gobierno de coalición cuenta. Por todas esas razones, me parece que es una mala noticia para el FA”, apuntó al respecto Cardarello.

En síntesis, la postura del PIT-CNT compromete al FA “más de lo que lo favorece”, opinó. “La idea que manejaron los sectores que se pusieron en contra es que esto era una cuestión de gobierno, que lo mejor era luchar por acceder al gobierno nacional, y después desde ahí plantear reformar los aspectos que ellos consideran más negativos. Ir contra todo, incluso más allá, contra el régimen de las AFAP, y suponer plebiscitarlo, probablemente votantes del FA no estén de acuerdo en ese aspecto”, añadió.

Por su lado, Luján indicó que más allá de que el FA luego pueda tomar una decisión de “tipo unitario” y así mandatar a los sectores, “en principio, no parece ser fácil el camino de conseguir una coalición como la que se consiguió a los efectos de promover el referéndum contra la LUC”. “Parece que ahí hay otros intereses que en aquel momento no estaban y que hoy en día sí están, que son claramente los intereses electorales, que no necesariamente van a llevar al mismo desenlace”, expresó, y sostuvo que habrá una campaña paralela, por lo que “va a ser muy difícil” que una carrera “no contamine a la otra”.

Mientras tanto, Casa opinó que para los sectores del FA que están en contra “hay una consideración mucho más táctica electoral”, dado que se está en un contexto en el que la hoy oposición tiene chances de recuperar el gobierno, con base en las últimas encuestas de opinión pública. “Meter en medio de la campaña esta discusión desvía la discusión del cambio de gobierno y cuáles quieren ser los puntos que el FA ataque de esta gestión”. En resumen, lo obligará a discutir en torno a la reforma de la seguridad social, por lo que la campaña quedará teñida por el plebiscito.

Asimismo, el politólogo sostuvo que la posición del PS, el PVP y los demás sectores que apoyan el plebiscito coincide con que estos promueven la precandidatura de Carolina Cosse, por lo que se espera que se la ponga en un “brete” a la intendenta de Montevideo a la hora de marcar una postura, que al momento no ha expresado, a diferencia de otros dos postulantes, como Yamandú Orsi y Bergara, que se manifestaron contrarios al plebiscito.

En tanto, la historiadora especializada en el sindicalismo uruguayo Sabrina Álvarez indicó a la diaria que el PIT-CNT goza de autonomía respecto del partido político, lo que le permite “hacer sus propias estrategias, sus propias tácticas y hacer énfasis en distintas cuestiones y tomar los caminos que le parezca”.

Para Álvarez, “eso no es una novedad para nada, sino más bien una regularidad”. Recordó que la mayoría de estos procesos plebiscitarios no tuvieron inicialmente el apoyo del FA, sino que fueron iniciativas de organizaciones sociales, en especial, sindicales, y que luego “se fueron plegando”, algunos sectores al inicio, y el conjunto de la fuerza política por último.