La Administración Federal de Aviación (FAA) de Estados Unidos ordenó el sábado 6 una revisión de aproximadamente 171 aviones Boeing 737 MAX 9 en todo el mundo, después de que explotara una de las ventanillas de un avión de Alaska Airlines que despegaba de Portland, Estados Unidos, lo que causó que la cabina perdiera presión y tuviera que hacer un aterrizaje de emergencia.
Copa Airlines, empresa que opera en Uruguay, sometió a inspección 21 aviones Boeing 737 MAX 9, por lo que la medida tomada por la FAA afectó los viajes de los uruguayos que estaban por tomar un avión en el aeropuerto de Carrasco. Este miércoles la aerolínea informó a través de un comunicado que la medida sigue vigente mientras “las autoridades y el fabricante definen las instrucciones de inspección necesarias para la evaluación y retorno a operación de forma segura y confiable de dichas aeronaves”
la diaria conversó con dos pasajeras que estaban por viajar a Cancún la madrugada del 8 de enero. Ambas mujeres, que prefirieron no revelar sus nombres, relataron que hicieron el check in y quedaron a la espera de que saliera el vuelo. A última hora, dice una de ellas, las llaman junto a otras personas para decirles que el viaje de Montevideo a Panamá -donde tenían que hacer escala- no salía.
Relató que Copa Airlines “no daba respuestas lógicas”, ya que primero les habían dicho que les iban a reprogramar el vuelo y después les dijeron que el vuelo no iba a salir. Cuando les comunicaron esto, les dijeron que tenían que “desenmigrar” y que tenían que retirarse de la puerta de embarque.
En el momento en que los pasajeros empiezan a hablar de lo sucedido y exigen explicaciones, según la pasajera, irrumpen tres aeroportuarios -la policía del aeropuerto-. “Se abrieron en abanico y tenían en la cintura armas Glock 9 mm”, dijo, y agregó: “Nos venían a sacar”. “A mí me impresionaron los policías”, expresó. Sin embargo, la pasajera contó que la situación no pasó a mayores y un funcionario de Copa Airlines los hizo pasar a lo que llamaron una “oficina comercial”, aunque en realidad era sólo una mesa, donde les pidieron los números de teléfonos y los mails, “a efectos de no sé qué”, cuestionó.
Otra de las pasajeras consultadas relató que, cuando ya habían embarcado las valijas, se dio cuenta que la de ella no estaba y tampoco la de las otras personas. Comenzó los reclamos por la página de la aerolínea para recuperar la valija; la llamaron desde Cancún y le dijeron que allí no estaba y en Montevideo tampoco. Dijo que al parecer “alguien se apiadó” de ella, vio su caso y le comunicó que la valija estaba en Panamá. Le mandaron la valija a Montevideo y dijo que, si bien no le faltaba nada, todas sus cosas estaban “revueltas”.
Por medio del comunicado, la aerolínea lamentó “profundamente” las cancelaciones y atrasos de los vuelos producto de la situación, “fuera de su control”. Manifestaron que “todo el equipo humano” de la aerolínea “trabaja incansablemente para mitigar dichas disrupciones de la mejor forma posible” y expresaron “sus más sinceras disculpas a los pasajeros por los inconvenientes causados”.
Dicen que la empresa seguirá “brindando toda la asistencia posible a los pasajeros afectados incluyendo comunicación proactiva, prioridad en reacomodación en otros vuelos según disponibilidad, cambios de itinerario sin penalidad y reembolsos -así como alojamientos, comida y gastos varios cuando sea necesario-”.
Sin embargo, las pasajeras dijeron a la diaria que, si bien ellas son de Montevideo, entre las personas que iban a viajar había gente del interior, y que se preguntaban dónde se iban a quedar esa noche en la que cancelaron el vuelo. Les comunicaron que no había hoteles en Montevideo, lo que para la fuente “era una barbaridad”, porque “¿cómo no hay hoteles si está todo vacío Montevideo?”, a lo que la respuesta fue que no había hoteles de los que tenían contratados. “Era todo mentira, la fueron llevando”, dijo una de ellas.
Relataron que en principio se negaron a darles comida, aun cuando estaban hacía cuatro horas en el aeropuerto, y después les dieron a elegir entre quedarse en un hotel o proporcionarles transporte. Al final, los pasajeros pagaron de su bolsillo la comida y usaron el transporte que les proporcionaron.
La agencia en la que ellas viajaron culpa a Copa Airlines por lo sucedido y Copa Airlines culpa a Boeing. Las pasajeras explican que la agencia tiene unos términos y condiciones que indican que si el viaje se cancela ellos no son responsables. “Al final nosotros somos rehenes, porque fuimos nosotros los que perdimos las vacaciones, perdimos el dinero, pasamos un mal momento, no tenemos idea si nos van a devolver el dinero”, expresó la pasajera.
En el comunicado, Copa Airlines reiteró que “su máxima prioridad” es la seguridad de los pasajeros y tripulaciones, y que “agradece” la comprensión mientras se trabaja con las autoridades competentes “para asegurar que las aeronaves suspendidas puedan retornar a volar de manera totalmente segura y confiable”.
Una de las pasajeras dijo que el viaje lo pagaron al contado en noviembre y que supuestamente les dijeron que les devolverán el dinero en 60 días, pero que en realidad no les dieron una fecha posible de pago. Destacó que les enviaron una multa del hotel de Cancún ya que nunca llegaron.
Las mujeres dijeron que están pensando en juntarse con otras de las personas afectadas que conocieron para iniciar acciones legales, al no tener certeza de cuándo les van a devolver el dinero.