La hoja de ruta para la construcción de vivienda social en madera tenía previsto entre sus primeros hitos la construcción del primer edificio de madera en Durazno, el cual, según se anunció, también sería el más alto de ese material en Latinoamérica. Pero, pasada la fecha prevista de su inauguración, la obra todavía no comenzó y está en “etapa de ajustes”, lo cual generó malestar en el Instituto Cuesta Duarte, que, en coordinación con el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop) y la empresa Enkel Group (Arboreal), adjudicataria del proyecto, participó en la capacitación de 120 personas.

Durante el segundo semestre de 2023, 120 duraznenses se formaron en este nuevo modo de construcción, señaló a la diaria Eduardo Burgos, responsable de Proyectos Respuestas Innovadoras a Desafíos Estratégicos (RIDE) del Cuesta Duarte. Si bien desde 2019 el instituto sigue de cerca el tema, a partir de un “estudio sectorial” que determinó el potencial de la madera para “resolver” el problema de la vivienda social, no fue hasta que se reunió con la exministra de Vivienda Irene Moreira -en 2020- que se embarcó en este proceso de formación.

La propuesta formativa se extendió por Tacuarembó, Durazno, Maldonado y Canelones. “Primero hicimos una experiencia en Tacuarembó, pero en Durazno explotó la cantidad de participantes”, recordó Burgos. Según los datos que divulgó el instituto, se le entregó a la empresa Enkel Group un listado de 300 personas especializadas en este modelo constructivo, 120 de ellas oriundas de Durazno.

En paralelo a la formación seguía avanzando la licitación, que, finalmente, se adjudicó a la mencionada empresa. Según Burgos, en ese momento se logró un “acuerdo con la empresa”, que se “comprometió” a tomar a gran parte de la gente formada en Durazno, en el entendido de que la construcción de una obra de tal envergadura era algo beneficioso para ambas partes. “Estábamos todos comprometidos a que una parte de los capacitados iban a entrar a trabajar en la construcción de este edificio, que tenía que arrancar después de la licencia de la construcción”, comentó el encargado de Proyectos del Cuesta Duarte, pasados 11 meses de ese momento. “Capacitamos a una cantidad de gente y lamentablemente quedamos en medio de la burocracia”, cuestionó.

Burgos señaló que durante “los primeros meses”, “todo el mundo” llamaba al instituto: “Nosotros tuvimos que salir a la prensa en Durazno diciendo que esto no es un problema del Cuesta Duarte, nosotros hicimos todo lo que teníamos que hacer; lamentablemente hay una tranca que nos supera a nosotros”, recordó.

Burgos vinculó este proyecto con el fin de la obra de UPM, puesto que “una vez que terminó dejó a muchos trabajadores de la construcción sin empleo y esto era una changa por uno o dos años más”. “Estaba todo para arrancar y lamentablemente la salida de Irene Moreira y los cambios en la Dirección de Vivienda trancaron todo”, reflexionó, en referencia a la renuncia de la jerarca y el ingreso de Raúl Lozano como titular de la cartera. “Estamos como en un limbo, la gente quedó en el medio, con su expectativa de poder conseguir un trabajo de calidad”, insistió.

Para Burgos “se originó ruido donde no tendría que haber, porque si vos estuviste tres años formando gente, no podés no haberte dado cuenta de que no estaban dadas las condiciones para avanzar”, criticó con relación a la decisión de la cartera de frenar el avance de la obra ya adjudicada por cuestiones técnicas.