El ministro de Educación y Cultura, Pablo da Silveira, dijo que aún “es demasiado temprano” para hacer una evaluación de su gestión frente al ministerio; sin embargo, calificó lo que hizo esta administración como una “revolución”.

En una entrevista con el semanario Búsqueda, Da Silveira planteó que la gestión del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) se divide en dos etapas “distintas”. La primera, que abarca los dos primeros años “absolutamente centrados en la pandemia”, y la segunda, que comprende los años posteriores, en los que “hubo que reprogramar todo y tratar de hacer en tres años lo que inicialmente teníamos pensado hacer en cinco”.

“Todo lo que fue el cambio de gobernanza se hizo sin problemas y de una sola vez con la ley de urgente consideración. El haberlo hecho una vez simplificó muchas cosas, pero tambien hizo difícil ver todo lo que cambiamos de golpe. Si hubiéramos hecho todos los cambios de la LUC, pero uno cada cuatro meses hubiera parecido lo que es: una revolución”, expresó.

Da Silveira sostuvo que “felizmente todo funcionó, pese a muchas resistencias y pronósticos negros que no se cumplieron”. “Cuando tenés una situación compleja, con muchos problemas y muchas causas, tenés que hacer muchos cambios en muchos frentes”, agregó. A modo de ejemplo, mencionó la transformación curricular.

Ante el planteo del periodista de que ese cambio fue implementado por la Administración Nacional de Educación Pública, el ministro dijo que el MEC tuvo un rol central”. “La gobernanza la impulsó el MEC, y en la transformación docente el MEC tiene un protagonismo muy grande, es el que otorga el reconocimiento universitario”.

Sobre la reforma educativa, Da Silveira aseguró que debe continuar y lo “peor” que podría pasar es caer en la “autocomplacencia” y decir que “ya hicimos la gran transformación educativa que Uruguay necesita”. “Hicimos la primera generación de transformaciones que era indispensable hacer. Pero hay que seguir trabajando para alcanzar los objetivos”, enfatizó.