El precandidato a la presidencia por el Partido Nacional (PN) Álvaro Delgado recorrió este jueves el departamento de Florida, en el marco de una gira a lo largo de 100 localidades del interior del país, que esta semana comenzó en Tacuarembó.

En esta ocasión, el precandidato nacionalista se detuvo en Sarandí Grande, Fray Marcos y Casupá, tres localidades que guardan sus similitudes: en primer lugar, son sede de los únicos tres municipios del departamento, presididos por alcaldes nacionalistas que acompañan la precandidatura de Delgado junto con el intendente Guillermo López. Asimismo, las tres se encuentran atravesadas por las vías del antiguo tren de pasajeros, cuya reactivación es un anhelo del precandidato, según manifestó.

Guillermo López. Álvaro Delgado en Casupá.

Guillermo López. Álvaro Delgado en Casupá.

Foto: Camilo dos Santos

Por último, todas estas localidades guardan un vínculo con el arte ecuestre, al ser sedes de diferentes clubes de raid hípico, dos de los que fueron los sitios en torno a los que se congregaron los militantes nacionalistas en la tarde del jueves.

Uno de ellos es el Club Social Sarandí Grande, al que Delgado arribó un poco pasadas las 16.30. Luego de saludar uno por uno a los militantes que aguardaban por él fuera del recinto, el precandidato nacionalista dio un rápido inicio al primer acto de la jornada y cantó su jingle de campaña junto a los presentes –algo que repetiría en cada localidad–, e incluso bailó con una señora mayor allí presente, pirueta incluida.

Casupá.

Casupá.

Foto: Camilo dos Santos

La ciudad de Sarandí se encuentra en el extremo norte del departamento, nació junto a las vías del ferrocarril, que creció para volverse grande y luego lo vio morir. Poco queda de dicho pasado: la estación está deteriorada, mientras que sobre las vías, engullidas por el césped, reposan una serie de vagones abandonados, varios de ellos carcomidos por el óxido.

Por eso, puede resultar extraño el hecho de que algunos de sus habitantes se ufanan de ser el único centro poblado en haber logrado un bypass del Ferrocarril Central, que corre unos kilómetros al oeste, encasillando al poblado junto con la ruta 5.

De todas formas, hay quienes no ven con malos ojos el retorno de un tren de pasajeros. Víctor Hugo, quien dijo a la diaria residir allí desde hace 59 años, no comprende por qué Uruguay es “el único país donde no hay tren”, y consideró que sería beneficioso para el pueblo, porque “es [un] bien para los pobres”.

Estación de AFE en Sarandí Grande, Florida.

Estación de AFE en Sarandí Grande, Florida.

Foto: Camilo dos Santos

También puede extrañar el hecho de que Delgado no aludiera a la localidad ni al departamento de Florida en su conjunto durante el acto, según explicó, para que “nadie pueda sentir” que se refería “a tal o cual zona”.

En su lugar, el precandidato remitió a una serie de otras localidades del interior profundo del país que recorrió durante los últimos años, ya sea cuando las visitó como precandidato como cuando debió hacerlo en el cumplimiento de sus funciones como secretario de Presidencia.

Valeria Ripoll y Álvaro Delgado en Casupá.

Valeria Ripoll y Álvaro Delgado en Casupá.

Foto: Camilo dos Santos

Según admitió, dichos encuentros “mano a mano” lo vuelven un candidato “mejor preparado” y demuestran que “hay mucha plata invertida [...] en la necesidad de la gente” y que el gobierno “no se olvidó nunca de los pueblos chicos”.

Es así que cargó contra quienes “hacen presupuesto y toman decisiones por Google Maps”, lejos de ellos, y manifestó su intención de volverse un presidente “que siga cuidando a la gente”. “Quiero seguir siendo el presidente de los pagos chicos”, remató.

Una vez finalizado el discurso, el precandidato accedió a sacarse fotos con algunos de los presentes en tanto su equipo desmontaba el pequeño stand que lo acompaña de lugar en lugar. Minutos más tarde, emprendió marcha hacia el segundo destino del día: Fray Marcos.

Fray Marcos, Florida.

Fray Marcos, Florida.

Foto: Camilo dos Santos

Fray Marcos es una ciudad fundada a los márgenes del río Santa Lucía, en el extremo opuesto del departamento. Para llegar a ella uno debe transitar por lo menos por dos rutas departamentales –9 y 14–, así como pasar por Chamizo y Chamizo Chico, dos poblados que en esta oportunidad no fueron incluidos en la hoja de ruta de Delgado.

La porción final del camino, que bordea la frontera con Canelones, es por momentos temperamental: aunque indudablemente de pavimento, es angosta y de relieve irregular, con una textura áspera a los ojos. Asimismo, la oscuridad engulle a quienes se atreven a transitar por la noche –las luces de un vehículo son la única forma de discernir el trayecto–.

Eso no pareció representar ningún impedimento para el precandidato, quien arribó en tiempo y forma a su mitin, donde, acompañado la expresidenta de Adeom Montevideo Valeria Ripoll, solicitó a la audiencia que le dé un “voto confianza” para continuar el “rumbo” del actual gobierno. De todas formas, reparó que eso no implica hacer todo “igual de lo mismo”, sino “mejor de lo mismo”, con “las correcciones que hay que hacer” y “reafirmando lo que hay que reafirmar”.

Sarandí Grande, Florida.

Sarandí Grande, Florida.

Foto: Camilo dos Santos

Todo ello apoyado sobre los “pilares más firmes que hizo este gobierno”, que “ordenó la economía” y logró una cifra “récord” de oportunidades laborales junto con “el mejor y mayor salario real de los últimos 50 años”, el crecimiento de las inversiones en un 20% y, “sobre todo, el orgullo [de] que el mundo ve al Uruguay como referencia”.

Según sintetizó el precandidato nacionalista, esta “verdad que cuesta” demuestra que el gobierno “tuvo sensibilidad social”, algo que “no tiene ideología ni tiene dueño”, y forma parte del “spot que al Frente Amplio le molesta tanto”, en alusión a la denuncia extendida ante la Corte Electoral por el presidente del partido, Fernando Pereira, por un spot de cinco minutos emitido a través de televisión abierta a principios de esta semana.

Sin embargo, su viaje no finalizó allí, sino en la ciudad de Casupá, a unos 116 kilómetros de su punto de partida –poco menos de la distancia que separa este último de Montevideo–, donde lo aguardaba una caravana de militantes.

Foto del artículo 'Álvaro Delgado en Florida: “Quiero seguir siendo el presidente de los pagos chicos”'

Foto: Camilo dos Santos

Liderados por una camioneta cargada con estandartes nacionalistas y al compás de su bocina, los escoltas de Delgado blandían bengalas celestes y blancas, que se calaron en el firmamento casupense y lo impregnaron de cierto olor a quemado.

Una vez concluido el desfile, el precandidato ingresó al club local y optó por ignorar el aroma dulzón de un guiso preparado en la cantina del recinto para en su lugar detenerse en el bar, donde no sólo saludó a los presentes, sino también probó suerte en una mesa de billar que estaba cerca de él.

Su discurso, mientras tanto, mantuvo el tono de los anteriores en mayor o menor medida. Es así que el precandidato nacionalista reivindicó la necesidad de consolidar en torno a él un voto de confianza a la gestión de gobierno; y lo comparó con la propuesta del Frente Amplio, que aseveró carece de alternativas y viene “llena de incertidumbre”.

En esta línea, y luego de hacerse con una copia de sus bases programáticas, Delgado ahondó sobre el “segundo piso de transformaciones” y prometió, entre otros, la inversión de “casi 200 millones de dólares para combatir la pobreza infantil”, así como “trabajar en discapacidad” y “con adultos mayores”, una serie de “compromisos que se fueron postergando” con las diferentes crisis que tuvo que afrontar el gobierno, reconoció.

También se comprometió a concretar la construcción de una represa en Casupá, un proyecto que fue objeto de polémica durante las sequías que asolaron al país durante gran parte del año pasado. “¿Hay que agiornarlo? De alguna forma sí, pero el proyecto sigue vigente”, dijo el precandidato nacionalista, quien se ganó un gustoso aplauso del auditorio.

Por ello, y ya cerrando la jornada, Delgado exhortó a los presentes a votarlo durante las próximas elecciones internas, sin importar su no obligatoriedad, para que una vez más el PN sea el más votado y, eventualmente, logre alcanzar nuevamente la presidencia de la República, como “palo de la carpa” de la coalición. “Ahí dejamos de ser militantes de gobierno para transformarnos en militantes de la esperanza”, sentenció.