La tendencia es irreversible: desde 2017 las empresas de televisión por cable pierden clientes. Se cuentan de a miles, y el año pasado fue el peor: desaparecieron 77.619 servicios de televisión para abonados, según el último informe de la Unidad Reguladora de Servicios de Comunicaciones (Ursec). Por el avance del streaming y múltiples factores, los cableoperadores apuntan a migrar hacia el mercado de transmisión de datos, amparados en que en 2022 el Poder Ejecutivo rompió el monopolio que tenía Antel y empezó a otorgar licencias que permiten prestar servicios de banda ancha y acceso a internet.
En ese marco, los tres principales cables de Montevideo (TCC, Nuevo Siglo y Montecable), que fueron los primeros en obtener el permiso, solicitaron recientemente fusionarse en un consorcio para vender internet y televisión para abonados. Según informó la radio M24, argumentaron que se ha producido “la obsolescencia de las estructuras” a través de la cuales desarrollan su actividad, por lo que “resulta imperioso” aplicar un nuevo esquema que permita “optimizar recursos” y “unificar ofertas”. El presidente Luis Lacalle Pou ya aprobó la solicitud.
Este pedido trastocó el eje de la exposición que realizó días atrás en un conversatorio sobre la ley de medios el director de la Ursec en representación del Frente Amplio (FA), Pablo Siris. Si bien reconoció la pérdida constante de clientes por parte de los cableoperadores, sostuvo que “hay otra manera de ver esta información”.
“Si consideramos que en nuestro país existen 1.163.748 hogares y 496.127 servicios de televisión para abonados, con una facturación promedio de 1.936 pesos, son casi 24 millones de dólares por mes que recaudan solamente los tres cables de Montevideo”, apuntó Siris, y puntualizó que este número no tiene en cuenta los ingresos por publicidad. En total, “son 288 millones de dólares al año en todo el mercado de la televisión para abonados; creo que es difícil plantear que un mercado de esas características es un mercado inexistente o a punto de destruirse”, afirmó.
De acuerdo a la información disponible de la Ursec, en los últimos cinco años los ingresos de la televisión para abonados tuvieron un crecimiento de 7%, mientras que, en el mismo período, la cantidad de clientes disminuyó 30%.
Asimismo, Siris apuntó que, teóricamente, los tres principales cables de Montevideo -vinculados a los tres principales canales de televisión abierta- “deberían competir entre sí”, sin embargo, “instalaron de forma conjunta el cable con el que operan, tienen prácticamente la misma oferta de señales y cobran prácticamente los mismos precios”.
Siris estimó que, a partir de la creación del consorcio, Monte Cable, TCC y Nuevo Siglo “captarán entre el 50% y el 60% de toda la televisión para abonados en Montevideo” y “consolidarán una posición de dominio en el mercado”.
Del otro lado, los ingresos por transmisión de datos e internet crecieron 67% en los últimos cinco años, y actualmente la cantidad de servicios de banda ancha fija prácticamente duplica al número de servicios de televisión para abonados. Según datos oficiales de Antel, el servicio de acceso a internet residencial supone un ingreso anual de 400 millones de dólares para la empresa estatal. “Precisamente esos ingresos serán los que estarán en disputa con el consorcio que se estaría formando ahora”, advirtió Siris.
Una época de cooperación
Además de quebrar el monopolio de Antel y otorgar licencias al sector privado, el Poder Ejecutivo está dispuesto a negociar con las empresas de cable que “sean agentes de venta de Antel”, indicó Annabela Suburú, presidenta de la empresa estatal, la semana pasada en la Comisión de Industria de la Cámara de Diputados.
Suburú, quien durante la comparecencia mencionó varias veces su trayectoria de 43 años en el ente público, resaltó que, dada la normativa vigente, “el mercado actual de internet fijo se va a componer de cableoperadores con licencias”. Señaló que el Poder Ejecutivo ya otorgó “más de 60 licencias” en todo el país y apuntó que algunos cables “ya están comercializando con fibra [óptica] propia”, otros “están tendiendo su fibra” y otros “acordaron contratar servicios con terceros que, básicamente, son Claro, Movistar y Dedicado”.
A los cableoperadores que todavía no arreglaron, Antel les está ofreciendo que sean agentes de venta del servicio de acceso a internet de la empresa estatal. Suburú reconoció que, en caso de concretarse, “posiblemente perdamos algunos clientes”, pero sostuvo que el ente público podrá recuperar una parte de los ingresos “vendiéndoles servicios para que a su vez ellos den servicios”. “Nosotros no estamos vendiendo infraestructura; nosotros estamos vendiendo servicios basados en la infraestructura que tiene Antel”, afirmó.
En el medio, el diputado del FA Gabriel Tinaglini señaló que Antel realizó una inversión de “casi 1.000 millones de dólares” en la instalación de la fibra óptica, mediante la cual tiene actualmente 95% del mercado. “¿Por qué abrir esto?”, preguntó.
“Estamos en una época en la que las competencias, en muchos casos, son de cooperación”, contestó la ministra de Industria, Elisa Facio. Afirmó que “ofrecer” la infraestructura pública a los cableoperadores privados “es bueno para Antel porque está, de alguna manera, siendo un negocio”. “De lo contrario, [Antel] se queda fuera del negocio y los cableoperadores igual van a hacer sus tendidos o a contratar con terceras personas”, como Claro, Movistar o Dedicado, “o con el que sea, pero con alguien lo van a contratar”.
Dicho esto, Facio recurrió al ejemplo de Ricky Martin. Dijo que al Antel Arena han venido cientos de espectáculos internacionales que “cobran entradas muy caras y se llevan grandes ganancias”, pagándole a la empresa estatal “un fee por utilizar la infraestructura”, y “a nadie se le ocurre decir que nosotros estamos regalando una infraestructura que se construyó con el dinero de los uruguayos para que venga Ricky Martin y se lleve su pedazo de plata”. El cantante puertorriqueño, sostuvo, “no vino acá a hacer beneficencia”.
“Nosotros no estamos regalando nada; nosotros estamos haciendo un negocio”, subrayó Facio, y dijo que el Poder Ejecutivo no puede detener “la evolución de un mercado”. “Lo que podemos es adecuarnos y, sumándonos a ese mercado, hacer que los precios sean más convenientes para los consumidores”, expresó.
Sobre el precio opinó el director de Antel en representación del FA, Daniel Larrosa, que, junto a Suburú y Facio, participó en la sesión de la Comisión de Industria de la Cámara de Diputados. Larrosa apuntó que hasta ahora cualquier cliente podía acceder a internet de “alta calidad” por un mínimo de 1.400 pesos, porque había “una tarifa única a nivel nacional”, que “ahora la podemos llegar a romper”.
Según Larrosa, dado que “estamos en el capitalismo y es por plata”, la competencia en el mercado de transmisión de datos “va a entrar en los lugares más pudientes y más densamente poblados”, en los cuales los costos de los cableoperadores “son mucho más bajos”, y por lo tanto, “van a tener capacidad de competir con Antel y Antel va a tener que bajar los precios en esos lugares”.
El modelo previo, sostuvo, “repartía y establecía un precio único a nivel nacional que lo que hacía era llegar a algunos lugares no rentables, pero extraía ganancias de los lugares rentables para volcar hacia ahí las inversiones”. Pero este criterio “se rompió” y “el precio a nivel único a nivel nacional se va a romper, entre otras consecuencias”, afirmó.