Una mezcla de “expectativa” y “bronca”. Así describió Ignacio Errandonea, integrante de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos, lo que sienten por estas horas, luego de que se encontraran nuevos restos óseos humanos en el Batallón de Infantería 14, en Toledo, Canelones. Los integrantes de Familiares podrán ingresar este jueves a las 9.00 al batallón. Errandonea explicó que la bronca se debe a que los militares “saben que están ahí”, y que si hubieran aportado la información, se podría haber avanzado más rápidamente desde el último hallazgo.

También tienen “incertidumbre” porque esto significa que parte de lo que dijeron los militares es “verdad”, ya que efectivamente se han encontrado restos en el Batallón de Infantería 14, pero también “mintieron” cuando dijeron que habían desenterrado los cuerpos. “Entonces, todo hace suponer que hay más enterramientos en el 14, pero como es un predio enorme, si tenés una distancia de 170 metros entre una tumba y la otra, hay que excavar y excavar para encontrar a otro”, expresó.

Javier Tassino, integrante de Madres y Familiares, también cree que hay que seguir buscando en esa zona. “Ese pedazo [de tierra] está dando sus frutos, hay que buscarlos, debe haber muchos ahí. Siempre pensé eso, que ahí tenía que haber más, por el hecho de haber encontrado [otros restos]”.

El de este martes es el cuarto hallazgo en el Batallón 14. En 2011 se encontraron los restos del maestro Julio Castro, que estaba a pocos metros de los de Ricardo Blanco Valiente, que fueron encontrados en 2012, y el año pasado se encontró el cuerpo de Amelia Sanjurjo, que a su vez estaba a 90 metros del lugar en donde estaban los restos de Castro

Para Errandonea, con este nuevo hallazgo se puede ver que los militares tenían como “un patrón” de enterramiento, donde los “van juntando”, aunque no saben “bien cuál es”, pero “indudablemente eso está referenciado, tienen un mapa”. Por ese motivo, hay “un montón de interrogantes que, una vez que se identifique a la persona, se podrá “saber un poquito más de lo que pasó en el predio”.

De todas maneras, señaló que cada vez está más convencido de “que están todos, y en predios militares, y que la famosa Operación Zanahoria fue la mentira que tiraron para decir ‘no vale la pena buscarlos’”. La Operación Zanahoria es una hipótesis, a partir del testimonio de militares, que sostiene que previo al retorno de la democracia las Fuerzas Armadas buscaron destruir los enterramientos clandestinos.

Errandonea valoró el trabajo de la Institución Nacional de Derechos Humanos y Defensoría del Pueblo (INDDHH) y destacó el hecho de “que haya un equipo de investigación que le dé continuidad a la búsqueda, que no dependa de un gobierno, porque cada gobierno fue generando un equipo diferente y eso le quita continuidad, le quita acumulación de información”.

No obstante, resaltó que lo “que le falta a la institución es la información oficial”, porque “las Fuerzas Armadas tienen la información”. En ese sentido, sostuvo que si los mandos militares “dejaran de lado la cobardía que tienen para dar la información”, y “si tuvieran un poco de valentía”, la búsqueda “sería tan fácil, en pocos días encontraríamos a todos y podrían empezar a reconciliarse con toda la sociedad”.

Errandonea expresó, una vez más, que lo que falta es “voluntad política, la decisión y el coraje de nuestro gobernantes de exigir a las Fuerzas Armadas que brinden la información, porque la información está, cada vez se corrobora más que están en los predios militares”.

Para Tassino, esto demuestra que, después de “50 años, buscarlos es el camino”. En ese sentido, puntualizó que estos hallazgos no son “fruto del trabajo de este gobierno”, sino de “todo un trabajo anterior, de la ubicación de Blanco, de la ubicación del maestro, de todo dato que se está trabajando de lo anterior, y la forma de buscar ha dado un resultado”.

“El hecho de buscar es una instancia muy democrática, y ayudamos a la democracia. Donde hay alguna enfermedad, hay que ir a atacarla, curarla y extirparla de alguna forma. Es alentador”, opinó. También destacó el “acompañamiento” de la sociedad en la búsqueda por verdad, memoria y justicia. “La gente con el correr del tiempo nos fue entendiendo, nos fue comprendiendo, nos fue apoyando, y sin esa gente no somos nada”.