Pérdidas de agua, cañerías que sobresalen, inundaciones, montañas de barro que derivan en basurales, escombros para tapar pozos que se generan con los vehículos y calles aún más angostas son algunos de los reclamos de los vecinos de Casabó. Hasta el momento no han tenido respuesta de las autoridades de OSE y esperan que haya un diálogo más fluido y un aviso previo de cuándo se van a realizar cortes de calle. El estado de las calles afecta a todo el barrio, desde niños hasta adultos mayores y personas con discapacidad, al imposibilitar una circulación adecuada.

“Es un barrio que es un asentamiento, no está pensado para que haya obras de tanta magnitud”, dijo a la diaria Darío Yamandú López, de la comisión Estrella del Cerro, y añadió que esto conlleva a que “el barrio quede en un caos”.

Asimismo, Andrea Núñez, vecina del barrio, comentó que sucede que se trabaja en etapas, sin culminar la cañería de una manzana, por lo tanto, hay “caños que están para afuera y pozos por todos lados”. En su caso decidió mandar un correo electrónico a OSE y adjuntar fotos de las condiciones de las calles, pero “todavía no me han respondido. ¡Queremos una solución, tenemos derecho!”, exclamó.

Estas obras pertenecen al proyecto Agua para Todos, uno de cuyos creadores es el secretario del directorio de OSE, Guillermo Dati. Según se lee en el folleto que OSE les entregó a las intercomisiones Casabó (Nuevo Amanecer, Villa Celeste, 4 de Marzo, Estrella del Cerro, Asina II y Villa Esperanza), significa que van a tener acceso al servicio de agua potable, que implica “una presión adecuada” y “evitar pérdidas de agua en las calles que puedan surgir por conexiones irregulares”. A su vez, la regularización de OSE supone “estabilizar el agua consumida en el mes, recibir una factura, la descripción de la cuenta y el monto a pagar”.

Primero comenzaron a trabajar sobre la comisión del barrio Ansina con el plan ABC de Saneamiento de la Intendencia de Montevideo (IM), y luego se extendió a Casabó, a pedido de las comisiones barriales, para lograr la conexión total de saneamiento. Si bien han solicitado tener calles con bitumen y no de balasto, el Municipio A y la IM exigen tener las conexiones de saneamiento y de OSE para tener las condiciones para hacer las calles.

Las intercomisiones Casabó van a juntar firmas para presentar ante la nueva administración de la IM para que se construyan las calles. “Hace 45 años vivo acá, con la misma calle de tierra. Es lamentable”, aseguró Núñez a la diaria; lo mismo opinó Jurandi da Silva, que es vecino del barrio hace 60 años e integra la comisión Villa Esperanza. Desde la IM informaron a la diaria que cuando estén resueltas las obras de OSE, procederán con las calles, “probablemente el año que viene”.

En referencia a las obras en curso, Da Silva contó que “hay tres camiones de tierra que están hace bastante tiempo”, y Núñez añadió que hay vecinos que por causa de los montículos de tierra y la combinación de la lluvia tienen humedad en sus paredes. En este sentido, López añadió que algunos vecinos tiran residuos en los montículos de tierra y forman un basural, lo que produce que “el problema lo traslademos a la IM cuando en realidad el problema es de OSE por dejar una montaña de tierra”.

Barrio Casabó.

Barrio Casabó.

Foto: Mara Quintero

López considera que “hay muchas fallas y la respuesta no llega en tiempo y forma”, y que si bien no hay una fecha de finalización de las obras notificada a las comisiones barriales, considera que debe existir, razón por la cual trabajan de forma acelerada y “van dejando trabajo para atrás que genera la problemática en el barrio”. Por ejemplo, se produce un barrial a causa de las lluvias prolongadas, y cuando no llueve, las montañas de tierra y los caños hacia afuera en espacios que son angostos complican el tránsito de vehículos y personas.

En diálogo con la diaria, Claudio Pérez, de la comisión Villa Celeste, explicó que “la tierra tiene que compactarse”, pero no se planifica y está durante “más de tres días o una semana”, y al pasar camiones “se genera una canaleta”, o las conexiones definitivas quedan con pérdidas de agua. Además, las calles principales no se han acondicionado, no colocan un balasto para tapar el caño para que luego otra cuadrilla ponga el asfalto, sino que “lo dejan con barro”, por eso se forman “pozos” cuando los vehículos pasan, explicó López.

Otro asunto son las volquetas sin tapas, que, según comentó Jorge Zapata, vecino del barrio, hacen que se acumule basura que tiran vehículos, personas o perros que transitan por la zona, se tapen las cañerías y en consecuencia se inunden las casas. Respecto a esto, López aseguró que “lo vienen retirando esporádicamente, desde el barrio Bajo Valencia hacia arriba”, y que “la volqueta se la van a sacar”.

Zapata hizo un reclamo hace más de cuatro meses para que arreglen la tapa y evitar que se tape la cañería, pero la respuesta fue que “en breve están cambiando y sacando”. La solución que encontró fue ir a la cámara que se encuentra en la esquina de su casa y, bajo lluvia y con un palo largo, revolver y quitar los residuos para desagotar. Según explicó, es un problema que se da cada vez que hay inundaciones.

Por otra parte, Da Silva declaró a la diaria que cuando llueve no pueden salir de sus casas y que los trabajadores de OSE les han llegado a pedir herramientas (llave de apriete, balde). A su vez, López agregó que tampoco “tienen un disco para cortarte un hormigón”, sin embargo comprende que no hay que tomar represalias con ellos, porque “no tienen la culpa”, sino que están expuestos a condiciones laborales precarias: poca preparación, sin carpas y baños.

Las 40 cooperativas sociales y de trabajo que trabajan actualmente en las obras de OSE fueron contratadas por la empresa estatal mediante un convenio firmado con el Instituto Nacional del Cooperativismo (Inacoop) en 2020 y se dedican a las “conexiones de saneamiento, de agua, tareas de mantenimiento y reparaciones de redes”, según declaró en conferencia de prensa en setiembre de 2020 el presidente de OSE, Raúl Montero. Sin embargo, en 2023 la Federación de Funcionarios de OSE (FFOSE) denunció irregularidades en la contratación de estas cooperativas y solicitó la intervención del Ministerio de Ambiente en OSE.

Las intercomisiones Casabó, además de trabajar con este plan de OSE, también se encargan de modificar la recolección de la basura, la conexión de saneamiento y realizar talleres en pos de mejorar la calidad de vida de los y las vecinas. “Se han mejorado las calles y el Municipio A y la IM han actuado en distintos lugares. Entendemos que hay obras, pero también tenemos derecho a vivir dignamente”, concluyó López.

“No hemos tenido la respuesta correcta o que sea visible”

Pese a los inconvenientes que surgen, los y las vecinas están agradecidos y contentos con que se regularice el servicio de OSE, según informó López, ya que permite que tengan un recibo con una cuota mínima de 185 pesos, por tratarse de un asentamiento, y, además, una constancia de domicilio que suelen solicitar para los trámites administrativos. A su vez, Da Silva agregó que significa “otra limpieza, otra higiene”, ya que antes el agua contaminada y el saneamiento deficiente reproducían los mosquitos en las cunetas y causaban olor, así como también la transmisión de enfermedades como diarrea, gastroenterocolitis y hepatitis A.

Sin embargo, las intercomisiones Casabó proponen tener instancias de diálogo; de hecho, según mencionó López a la diaria, ya han mantenido reuniones con el área social de OSE y los ingenieros, y les han mostrado el barrio y explicado lo ocurrido, pero “no hemos tenido la respuesta correcta o que sea visible”, a pesar de que “hemos tratado de todas las formas, pero no nos han escuchado”, y no sucede sólo en Casabó, sino también en el barrio Ansina, aclaró. Lo importante es que haya una “mirada total y no específica de un lugar”.

Barrio Casabó.

Barrio Casabó.

Foto: Mara Quintero

Por su parte, el alcalde del Municipio A, Juan Carlos Planchot, declaró a la diaria que desde el municipio no pueden intervenir, más allá de haber conversado con las intercomisiones Casabó, debido a que OSE es el que retira los permisos en la IM para hacer las reparaciones, y lo que firman es que “tienen que dejar las cosas en las condiciones en que estaban”. Según explicó, “lo más grave es que OSE está cortando las calles, rompiendo y demorando en las reparaciones”.

Cabe aclarar que la diaria intentó comunicarse con Montero y el gerente general de OSE, Arturo Castagnino, pero no hubo respuesta. Sin embargo, el secretario del directorio de OSE, Guillermo Dati, dijo a la diaria que si bien no está al tanto de la situación de Casabó, se comprometió a ir el lunes a recorrer el barrio y hablar con los vecinos. “Regularizamos el 100% de los asentamientos, llevamos 60 asentamientos con 100% de agua”, con la colocación de “redes nuevas, medidores nuevos”. De hecho, “gracias al trabajo de OSE las personas se han sacado cédula, porque el Estado no las tenía en cuenta porque robaban agua y luz”.

A su vez, Dati informó que actualmente, con el plan Agua para Todos Montevideo 1 y 2, han instalado “casi 65.000 metros de redes de agua en Montevideo”, y en referencia a las disconformidades de los vecinos aclaró que cuando se realizan obras de este tipo “se rompe, se arregla, se tira red nueva, se pone medidor, se conecta la gente y después se limpia y se arregla la calle”. Sin embargo, puede que “haya algo puntual que hemos corregido”, pero especificó que “no es parejo en todos los asentamientos”, ya que los recorre con frecuencia. Sobre los caños hacia afuera, explicó que es porque primero realizan pruebas hidráulicas para probar que “tenga el caudal adecuado, luego se pone el medidor y se le conecta a la gente”. “Es fundamental que toda institución que venga a trabajar al barrio respete la organización de los vecinos y no haga oídos sordos a lo que los vecinos plantean”, debido a que “somos nosotros los que vivimos acá, los que damos la cara”, en referencia al trabajo de las comisiones barriales, aludió López. Por eso, considera que necesitan “la responsabilidad de las instituciones de tener un diálogo con los vecinos para tener la cercanía que se merece el vecino y tener las cosas encaminadas”. Por último, Pérez comentó que no están “en contra del progreso”, pero también “queremos que se nos respete como ciudadanos, que lo que se venga a hacer se haga en condiciones y en tiempo, que haya una planificación y tengamos respuesta”.

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