El expresidente José Mujica informó que el cáncer de esófago, diagnosticado en abril de 2024 y por el que finalizó un tratamiento de radioterapia en junio, se ha extendido al hígado, y anunció que decidió no someterse a más procedimientos médicos.

“El cáncer en el esófago me está colonizando el hígado. No lo paro con nada. ¿Por qué? Porque soy un anciano y porque tengo dos enfermedades crónicas. No me cabe ni un tratamiento bioquímico ni la cirugía porque mi cuerpo no lo aguanta”, dijo Mujica al semanario Búsqueda.

El 27 de diciembre, el expresidente fue sometido a una intervención médica para la colocación de un stent en el esófago, lo que le permitiría comer mejor, ya que ese órgano había quedado muy comprometido debido a la enfermedad.

En su charla con el medio citado, Mujica anunció que no daría más entrevistas y que quiere dedicar el tiempo que le quede a trabajar en su chacra. “Lo que pido es que me dejen tranquilo. Que no me pidan más entrevistas ni nada más. Ya terminó mi ciclo. Sinceramente, me estoy muriendo. Y el guerrero tiene derecho a su descanso”, dijo el expresidente.

Mujica afirmó que está “totalmente tranquilo y agradecido”, y desmintió la idea de que está detrás de las decisiones políticas de su sector y su partido, el Frente Amplio. “Lo que me revienta es que inventan teorías de que yo estoy atrás de cada movida de [Yamandú] Orsi. No es cierto. A Orsi no lo veo desde el otro día que ganó las elecciones. Me vino a ver esa mañana y nunca más hablé con él”, insistió.

Sobre las enseñanzas que quiere dejar, el expresidente hizo hincapié en la necesidad de renovación generacional en la política. Sostuvo que su “barra” “tiene que entender que el tiempo es inexorable y que hay un momento que hay que abrir la puerta a otras generaciones y no estar estorbando”. Al respecto, nuevamente citó ejemplos de líderes latinoamericanos que no dan espacio a las nuevas generaciones y se refirió a la polémica sobre sus declaraciones acerca de la expresidenta argentina Cristina Fernández.

“Por más que se enojen, Cristina tendría que darle manija a lo nuevo. Tiene gente atrás, que los deje vivir. Nunca se quieren retirar. Siempre quieren ocupar los primeros cargos. Se creen insustituibles. ¿Quién mierda es insustituible? Vos te morís y el mundo sigue dando vueltas”, aseveró, e insistió: “tienen a [Axel] Kicillof, dejalo vivir”, en referencia al gobernador de la provincia de Buenos Aires.

Por último, el expresidente agradeció a su esposa, la exvicepresidenta Lucía Topolansky: “es un ser superior y estoy aquí todavía gracias a ella”, dijo con la voz entrecortada y los ojos llenos de lágrimas, según detalla el semanario.

También se refirió a los planes que tiene para su sepultura, que desea que sea en su chacra, junto a su perra: “Yo me voy a morir acá. Ahí afuera hay un sequoia grande. Está Manuela enterrada ahí. Estoy haciendo los papeles para que ahí también me entierren a mí. Y ya está”.