Este lunes fue la última sesión del año del directorio de Partido Nacional (PN), que tuvo como tema fundamental el informe que elaboró la mesa del directorio tomando como insumo la gira de autocrítica que realizaron en las últimas semanas en cinco regionales de todo el país, en las que participaron más de 1.000 personas en total, según subrayó en una conferencia de prensa Álvaro Delgado, presidente del directorio blanco.

Delgado sostuvo que este proceso, a su juicio, es “histórico” por la forma en la que se hace, “que habla de un partido maduro, que analiza lo que pasó pero mira para adelante, con mucha humildad, escuchando”. Resaltó que este proceso tiene una parte “fundamental”, que es el final, “un plan de acción política vinculado a oportunidades de mejora 2026-2029”. Señaló que la Comisión de Asuntos Políticos del PN quedó encargada de desarrollar “un plan de trabajo profesional y político”, con algunas líneas de trabajo que tienen que ver con la mejora en la comunicación y la utilización de nuevas metodologías”, por ejemplo.

Delgado consignó que las líneas de trabajo también irán por el lado de la descentralización, “de escucha y cercanía, para ensanchar la base del partido y vincularse a las organizaciones sociales de todo el país”. Dijo que tienen previsto hacerlo a lo largo de los próximos cuatro años y que el plan se aprobará en las próximas sesiones del directorio.

Consultado por la prensa sobre el contenido de la autocrítica y sobre cuáles son los principales temas que se nombran en el informe como causa de la derrota en las elecciones de 2024, Delgado dijo que son temas “multicausales” y subrayó que en el informe dieron una opinión que se basó en “escuchar a toda la estructura partidaria en todo el país”.

“Es multicausal, tiene que ver con temas de comunicación, demográficos, un partido que en realidad no pudo –porque el gobierno lo absorbió en gran medida– traccionar gran parte de la adhesión del gobierno. Y en esto no importa hablar de las responsabilidades, porque quien habla fue candidato único del partido, y en los procesos electorales, que son colectivos, cuando se gana, ganamos todos, y cuando el resultado es otro, hay que asumir las responsabilidades, que son varias. Yo soy el primero de la fila”, sostuvo. De todos modos, Delgado señaló que lo que importa, más que las responsabilidades, “son las causas”, porque le importa “empezar a volver y volver mejor”. Por último, Delgado señaló que el objetivo de este proceso es “generar ilusión y esperanza, y ser merecedores nuevamente de la confianza de la gente”.

Las claves del documento

En el informe presentado este lunes por Delgado, al que tuvo acceso la diaria, se sostiene que aquellos partidos políticos que acceden al gobierno deberían “evitar ser absorbidos por la lógica del Poder Ejecutivo”. “No lo logramos. El partido, pese al esfuerzo de sus autoridades, fue relegado como actor político autónomo y como replicador territorial del discurso”, se señala.

Con relación al aspecto comunicacional, en el documento se sostiene que “el ‘poder de fuego’ comunicacional de los adversarios” fue “muy fuerte” y se marca que, “quizás, [este] necesitó ser enfrentado de una manera más directa y contundente”. Esto “hubiera requerido un diseño comunicacional liderado por el partido, con vocerías coordinadas, elaboración de material especialmente segmentado y un trabajo a nivel de bases, que no tuvimos”.

En la autocrítica del PN se afirma que la administración de Luis Lacalle Pou “fue un gobierno valiente”, porque “se animó a hacer reformas de fondo”, aunque “quizás no todas las que el electorado coalicionista exigía”. “En ese sentido nos faltó pedagogía política para comunicar los motivos de las velocidades de los cambios, condicionados por la pandemia de covid-19 y la sequía extrema, entre otras razones”, se apunta en el informe.

De todos modos, en el documento también se señala que durante la última campaña electoral el partido no fue capaz de “escuchar con la profundidad necesaria” y “faltó sintonía con algunas preocupaciones que fueron creciendo”, como, por ejemplo, “las dificultades de la clase media, la situación de los jubilados y especialmente las políticas de las fronteras, donde, si bien hubo avances, no supimos interpretar el sentir profundo de cómo seguir”.

“Nos costó sintetizar el rumbo, narrarlo con claridad y comunicar propuestas concretas. Teníamos un gran programa de gobierno y un equipo técnico sólido, pero sin una traducción política que conectara emocionalmente con la ciudadanía. Escuchar no es sólo oír: es comprender el estado de ánimo del país”, se resalta en la autocrítica.

Ya en la campaña electoral, en el informe se sostiene que “hubo decisiones ambiguas y fallos de diagnóstico”. En particular, se apunta que “el uso del tiempo y el acercamiento territorial fueron deficientes”, mientras que “la comunicación se centró, fundamentalmente al inicio, en medios tradicionales” y “la innovación llegó tarde y no logró consolidarse”.

Con respecto a la fórmula presidencial, se señala que la elección de Valeria Ripoll como candidata a la vicepresidencia intentó “hacer una propuesta más amplia y abarcativa”, basada en la “llegada” de la exdirigente sindical con los “sectores postergados”. “El error estuvo en que no supimos construir correctamente el proceso de esa elección. Faltó preparación política interna, faltó escucha hacia los sectores y dirigentes. El anuncio se sintió sorpresivo y sin tiempo para madurar su significado dentro del partido”, se señala.