A principios de diciembre trascendió que el presidente de la República, Yamandú Orsi, había mantenido una reunión en junio con el presidente de la Suprema Corte de Justicia (SCJ), John Pérez, en la que hablaron sobre la situación de represores presos en Domingo Arena. El presidente confirmó el encuentro, pero negó haber expresado “ni preocupación ni nada”; sin embargo, el encuentro ameritó un pronunciamiento crítico desde organizaciones sociales. Finalmente, sobre el cierre del año, resurgieron proyectos de ley de la oposición para otorgar prisión domiciliaria a condenados por delitos de lesa humanidad.

“El procedimiento no lo entendí mucho”, dijo Lucía Topolansky en una entrevista con el semanario Búsqueda. En su visión, si el Hospital Militar elaboró y remitió un informe sobre la salud de los prisioneros al Ministerio de Defensa Nacional (MDN) y desde ahí se llevó a la Torre Ejecutiva, Presidencia “lo podría haber enviado a la jerarquía del Poder Judicial como un trámite y la SCJ haría con eso lo que correspondiera”.

“Creo que se complicó gratuitamente el trámite, porque no era ir a consultar qué hacer; capaz que en eso [a Orsi] le faltó experiencia o asesoramiento. Si yo hubiera estado en ese lugar, lo hubiera remitido. Porque todos sabemos que eso depende de la Justicia, no del Poder Ejecutivo. Entonces desató una discusión y tampoco vamos a tapar el sol con el dedo, las organizaciones sociales se pronunciaron y eso está bien”, aseveró al respecto.

Sobre los proyectos, uno del senador colorado Pedro Bordaberry y otro del diputado blanco Rodrigo Goñi, Topolansky dijo que “para llegar a la información se precisa la colaboración” y exhortó a “esa gente que propone proyectos de ley” a ir a Domingo Arena para “tratar de convencerlos”. “Algunos ya se murieron y se habrán llevado sus verdades a la tumba”, opinó en la misma línea. Por otro lado, descartó que la reunión de Orsi pueda estar vinculada a la relación entre el Frente Amplio y Cabildo Abierto –partido que apoyó el presupuesto en la Cámara de Diputados– y dijo que “no tiene nada que ver” y que es preciso “respetar” a esa fuerza política porque tiene votantes que eligieron a sus legisladores “en forma directa”.

“Errores discursivos”

En un almuerzo que organizó la Administración de Dirigentes de Marketing (ADM), el presidente de la República, Yamandú Orsi, se refirió a sus propios “tropiezos discursivos”, como los definió, y adelantó que continuará siendo su tónica a la hora de hacer declaraciones: “Si ‘tropiezo’ es decir lo que uno piensa, lo voy a seguir haciendo”, comentó en ese momento. Las declaraciones llegaron luego de una semana en la que había tenido que aclarar sus dichos sobre distintas cosas, entre otras, la mención al modelo de seguridad que impulsa Nayib Bukele en El Salvador.

“Cuando lo escuché, yo aplaudía sola acá. Me quedé contenta porque saldó la discusión”, dijo Topolansky sobre la reflexión del máximo mandatario respecto de su oratoria, y agregó que “cada presidente tiene su impronta, su personalidad y su período histórico”. “La trayectoria, el perfil, la idiosincrasia y la comunicación con la que ganó con un margen amplio el balotaje Yamandú Orsi no era desconocida para nadie. Por lo tanto, me parece leal que diga: ¿qué pasa, no se dieron cuenta?”, dijo.

Topolansky también reflexionó sobre la mención a Bukele: dijo que si se les coloca “la lupa” a todos los presidentes probablemente se encuentre “una declaración que no fue la más feliz”, porque “somos seres humanos”, pero afirmó que está en contra de que exista un “prototipo presidencial”, ya que “otra manera de comunicación hubiera sido impostada”. Por último, dijo que los cercanos a Orsi pueden notar “que no ha cambiado”, así como “no cambió en toda la campaña electoral”, a pesar de ser “ferozmente atacado”: “Él nunca cambió su tono y su discurso, y mantuvo la consigna de ‘la revolución de las cosas simples’. Hay un Uruguay más silencioso que vota, que piensa, que le llega esa impronta”, planteó.

Mayorías parlamentarias: “faltó militancia” y “convencer”

Topolansky opinó que “lo mejor” de 2025 fue aprobar el Presupuesto “en una circunstancia nueva, por lo menos desde la salida de la dictadura, con un gobierno que no tiene mayoría propia”. En ese sentido, dijo que ante esa limitación “no cayó parte de la sociedad uruguaya” y que, cuando se dice que el gobierno ‘va lento’, quien lo afirma “no se da cuenta de eso”, un problema que atribuyó a la “falta de militancia”.

“Se aprobó el Presupuesto luchando los 700 artículos por dos votos. Hay que problematizar, informar a las personas, que se hagan cargo de lo que pasó, porque capaz –esto va para los frenteamplistas– militamos poco. Nos faltó militancia porque nos faltaron votos para lograr esa mayoría, nos faltó convencer”, comentó.