La Cámara de Diputados empezó a tratar en la mañana de este martes el presupuesto quinquenal como tercera y última cámara. El proyecto de ley, que fue enviado al Parlamento por el Poder Ejecutivo a fines de agosto, recibió media sanción en la cámara baja el 16 de octubre y posteriormente fue aprobado en el Senado, con un conjunto de modificaciones, el pasado 28 de noviembre. Según establece la normativa vigente, en esta última instancia los diputados sólo pueden aprobar o rechazar los cambios introducidos en la cámara alta. Se prevé que el presupuesto se termine aprobando con los votos del Frente Amplio (FA), Cabildo Abierto (CA) y con algunos apoyos de legisladores del Partido Nacional (PN) y el Partido Colorado (PC), que votarán divididos.

El encargado de abrir el debate este martes en el plenario fue el diputado del FA Mariano Tucci, quien, en primer lugar, sostuvo que el presupuesto es “una hoja de ruta para conducir a Uruguay en el marco de un contexto de perplejidad internacional y de complejos desafíos internos que la política no ha podido resolver hasta el momento”.

Al igual que en la primera votación en la cámara baja, Tucci destacó que el proyecto tiene como cometido central “encarar tareas impostergables en materia de pobreza infantil, desigualdad, inseguridad y empleo”.

A modo de ejemplo, el diputado del FA mencionó el incremento de 50% en el Bono Crianza de la Tarjeta Uruguay Social, la creación del Instituto Nacional de Discapacidad y el refuerzo de las becas Butiá para estudiantes de secundaria, que pasarán “de 14.000 a 70.000 beneficiarios al final del quinquenio y de 13.000 a 25.000 pesos en forma escalonada”.

En materia de educación, Tucci destacó que la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) recibirá un incremento de 8.800 millones de pesos en el transcurso de los próximos cinco años, mientras que la Universidad de la República (Udelar) tendrá un aumento de 640 millones de pesos por año, “dirigidos al refuerzo de la oferta académica, la expansión por el interior del país, la ampliación del sistema de becas, retribuciones personales, programas de salud mental y teleclínica, mejoras edilicias y la modernización del Hospital de Clínicas”.

Según el legislador del FA, el presupuesto elaborado por el Poder Ejecutivo “rompe con la inercia en la distribución de los recursos en solitario y se erige como un instrumento de transformación nacional”. El proyecto, sostuvo, “reafirma el compromiso del Estado con la justicia social, poniendo a la gente en el centro de la acción política, transformando las cosas simples en ejercicios metódicos y permanentes”.

En cuanto a los últimos cambios aprobados en el Senado, Tucci indicó que se reasignaron “unos 320 millones de pesos” en “áreas claves”, como “la educación pública, el funcionamiento del sistema de justicia y políticas culturales y de discapacidad”. La mayoría de los recursos redireccionados –alrededor de 250 millones– fueron para la educación.

“Queda de manifiesto entonces el compromiso del gobierno con el impulso de una política orientada al fortalecimiento de las bases de bienestar y la inclusión de nuestra población, especialmente de sus sectores más vulnerables, responsabilidades ineludibles asumidas en la campaña electoral ante la población nacional”, sentenció el diputado frenteamplista.

Abdala dijo que en el oficialismo hubo “ausencia de lealtad política”

Luego de Tucci, el diputado nacionalista Pablo Abdala afirmó en el plenario que el PN “está muy molesto” con el resultado de la votación en el Senado. En la cámara alta, el FA reincorporó algunos artículos que habían sido rechazados por la Cámara de Diputados. Abdala mencionó, por ejemplo, la inclusión de la perspectiva de género en las contrataciones de los organismos públicos, así como la consagración de mayores potestades para la Dirección General Impositiva.

Para Abdala, “es por lo menos imprudente, por no decir bastante grave, que cuando cinco partidos políticos, conformando una mayoría parlamentaria de 51 legisladores, se manifiestan en contra de determinada solución en la Cámara de Diputados, eso no sea lo suficientemente contundente en términos de la connotación política a la hora de replantear ese asunto en la Cámara de Senadores”, en referencia a la mayoría que conformaron en determinados casos la Coalición Republicana, CA e Identidad Soberana.

Si bien reconoció que el Senado modificó el proyecto “en el ejercicio más pleno y absoluto de la legitimidad formal que le cabe como cámara autónoma”, el diputado del PN sostuvo que la alteración del presupuesto en el Senado no contribuye al “clima de armonía entre todas las bancadas parlamentarias”, sobre todo, en un escenario sin mayorías en la cámara baja.

“Todos hemos advertido de que aquí ha habido una falta de reciprocidad política muy importante de parte del oficialismo, falta de reciprocidad que me atrevería a catalogar de ausencia de lealtad política”, afirmó Abdala, quien de todos modos anunció que votará a favor de los cambios aprobados en el Senado.

El legislador nacionalista destacó el hecho de que en las votaciones anteriores, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado, el PN haya acompañado en general el presupuesto, “con todo el costo político que eso pudiera llegar a conllevar”. Y por eso mismo criticó la postura del oficialismo en la cámara alta: “Hubiéramos esperado un mínimo de respeto elemental”.

Para Gurméndez, se trata de un presupuesto “malo” que “traerá consecuencias”

A su turno, el diputado del PC Gabriel Gurméndez sostuvo que el proyecto presentado por el gobierno es “malo” e “inconveniente” para Uruguay “en términos de sus consecuencias sobre la actividad económica y la sociedad en el mediano plazo”.

El expresidente de Antel dijo que el proyecto “va por un camino de seguir aumentando el gasto público”, sin abordar “las necesarias reasignaciones que permitan atender los reclamos que plantea la sociedad uruguaya en materia de salud, de pobreza y, particularmente, de seguridad”.

Gurméndez también cuestionó los cambios tributarios que fueron sancionados gracias a los votos del FA y CA. Dijo que constituyen “nuevas cargas sobre la economía” que, “al final del día”, recaerán sobre “los uruguayos de a pie”, porque “es falaz la quimera de que se termina gravando el capital o las grandes corporaciones”. “La extracción de los recursos al final del día surge del trabajador y de la realidad económica”, afirmó.

Con respecto a las modificaciones que hizo el Senado, el legislador del PC rechazó el intercambio de información “entre las empresas emisoras de dinero electrónico” sobre “el gasto de las personas, los movimientos económicos de las personas, datos íntimos de la privacidad de las familias”, sin la supervisión “no solamente de un juez, ni siquiera del Banco Central”. A su entender, se trata de algo “mucho más grave que aquel artículo del secreto bancario, que afortunadamente no forma parte de este presupuesto”.

Gurméndez también lamentó que el oficialismo haya “borrado” en la cámara alta “algunas asignaciones relevantes” que el PC había impulsado en la Cámara de Diputados, como “el apoyo a los maestros para la educación para personas con discapacidad”.

Acerca de los recursos asignados en el Senado a la educación, el diputado del PC expresó: “Las reasignaciones que se han hecho son bienintencionadas, sí, son buenas, tienen buenos propósitos, las compartimos, pero estamos hablando de un monto de 17 millones de dólares en un presupuesto de 23.000 millones de dólares”.

En definitiva, Gurméndez sostuvo que el presupuesto “es malo para los uruguayos” y estimó que, “más tarde o más temprano, traerá consecuencias”.