El gobierno anunció el cierre de las negociaciones con el consorcio Aguas de Montevideo, con el que el Estado uruguayo había firmado, en enero de este año, un contrato para construir una planta potabilizadora en Arazatí para abastecer de agua potable al área metropolitana, bajo el nombre de proyecto Neptuno. Dicho contrato fue descartado oficialmente por el Poder Ejecutivo en julio de este año tras una negociación con el consorcio, y en su lugar se anunció que se construiría una planta potabilizadora en la cuenca del río Santa Lucía en la zona de Aguas Corrientes.

El cambio de planes requirió hacer modificaciones a las cláusulas del contrato, que tuvo como primer plazo el 31 de agosto y se prorrogó hasta el 31 de octubre. El miércoles el presidente de la República, Yamandú Orsi, y el secretario de Presidencia, Alejandro Sánchez, se reunieron con el ministro de Ambiente, Edgardo Ortuño, y con el presidente de OSE, Pablo Ferreri, para acordar el “rediseño del proyecto Neptuno con un enfoque integral”, según informó Presidencia.

En su momento, además del anuncio de la planta potabilizadora en la cuenca del río Santa Lucía, el gobierno también había informado que se construirían y repararían cañerías existentes, y que se instalaría una reserva de agua bruta y una potabilizadora en la zona del Solís Chico.

Este jueves, en una conferencia de prensa en las oficinas de OSE, Ortuño apuntó que el acuerdo alcanzado, que se remitirá al Tribunal de Cuentas, “tiene tres fortalezas”. La primera es que “permite completar obras fundamentales muy importantes para el país y el abastecimiento de agua”; la segunda está vinculada a la “ecuación económica alcanzada”, ya que las obras se harán “con un ahorro significativo de recursos”, y la tercera es que “todo esto se ha logrado en el marco del objeto del contrato original y cuenta con un fuerte respaldo jurídico, con informes jurídicos no sólo de los servicios técnicos de OSE, sino también de las jurídicas tanto del consorcio como de quienes financian el proyecto”.

A su turno, el presidente de OSE destacó que “nunca OSE tuvo un plan de inversiones tan ambicioso como el que tendrá en este período de gobierno”. Ferreri subrayó que la renegociación del proyecto Neptuno “llevó, entre otras cosas, a que el monto del capital que se iba a invertir, que en el proyecto original era de 294 millones de dólares –pero que además requería 67 millones de dólares adicionales de infraestructura para poder quedar operativo en un 100% –, lo estamos pasando a un proyecto cuya inversión de capital será de un monto exacto de 212,6 millones de dólares”.

“Esta renegociación –que obviamente tiene aspectos técnicos que nos llevaron a tomar esta decisión– también tenía este componente económico, porque al rediseñarlo y liberar espacio, nos permite acometer otras grandes obras que queremos llevar adelante, que tienen que ver con la represa de Casupá, que estamos estimando en 130 millones de dólares, más las obras para abastecer el este de la Costa de Oro”, señaló.

Ferreri advirtió que en el nuevo plan de obras “hay algunos cambios” con respecto a lo anunciado en julio, ya que “los equipos técnicos siguieron trabajando y siguieron avanzando”. Resaltó que el conjunto de obras, junto con la futura represa de Casupá y la solución para el este de la Costa de Oro, “dejan un sistema muy robusto para el área metropolitana”.

En ese marco, detalló que las obras que se realizarán son una nueva toma de agua bruta, una planta potabilizadora que podrá producir 200.000 m³ de agua, una subestación eléctrica y de tratamiento de los lodos en Aguas Corrientes, así como una nueva línea de bombeo –la séptima–, la rehabilitación del recalque de la cuarta línea de bombeo, la instalación de troncales y tuberías de distribución del recalque de unión.

Ferreri aseguró que con la planta que se construirá, junto con la capacidad de la planta actual –que tiene 700.000 m³–, será posible “llegar a la demanda prevista para 2045, que se ubica en los 840.000 m³”. “Por lo tanto, estaremos solucionando en este período de gobierno los problemas por décadas de suministro y producción de agua potable en el área metropolitana”, afirmó.

Por otro lado, la iniciativa en el arroyo Solís Chico para abastecer a la Costa de Oro quedó por fuera del contrato original y se abrirá una licitación pública, para lo que, según adelantó el presidente de OSE, se está trabajando con el Ministerio de Economía y Finanzas para financiar el proyecto a través del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Esta obra consiste en “una represa de seis millones de m³ al norte de la ruta 8 y una planta potabilizadora de 24.000 m³ diarios”. “Estimamos que [estas obras] tendrán un costo en el entorno de los 40 millones de dólares y unos cinco millones de dólares que financiaremos con fondos propios de la extensión de redes en Balneario Argentino y Jaureguiberry”.

Nuevas obras comenzarán en abril de 2026, según Ferreri

El proyecto Neptuno, que el gobierno anterior pensaba llevar adelante, consistía en tomar agua del Río de la Plata, que implica una diferencia con la actual toma de agua en Aguas Corrientes. En ese marco, Ferreri fue consultado sobre los cambios que podría significar la nueva planta que se va a construir en el río Santa Lucía para afrontar una nueva crisis hídrica como la de 2023, teniendo en cuenta que en esa cuenca ya existe una planta.

Ferreri respondió que “si Neptuno estuviese o no estuviese frente a una sequía como la de 2023, no es una solución suficiente”. Contó que basados en un informe financiado por el BID y elaborado por “una consultora de primer nivel internacional”, en el que se hicieron “simulaciones de eventos de sequía similares a los de 2023 o incluso un 10% peor”, se constató que “Neptuno no hubiera sido capaz de asimilar el abastecimiento de Aguas Corrientes en eventos de este tipo”. “Por eso nosotros hablamos de enfoque sistémico, y por eso no alcanza con una planta de agua potable”, afirmó.

En cuanto a los plazos de las obras, Ferreri dijo que para las obras que surgieron a partir de la renegociación se está trabajando con el Ministerio de Ambiente para la Autorización Ambiental Previa, y estima que los trabajos comenzarán en abril de 2026, con un programa de obras de 30 meses.

Con respecto a la represa de Casupá, el jerarca dijo que la licitación pública internacional se lanzará entre marzo y abril de 2026, y la expectativa es adjudicarla a fines de ese año, para que las obras comiencen a principios de 2027. “El programa de obras es de unos 30 meses; estarían terminando en el tercer trimestre de 2029”, finalizó.