Francisco Legnani es el candidato único del Frente Amplio (FA) para competir por la Intendencia de Canelones. Actual secretario general de la comuna canaria, ingresó a la intendencia en 2008 cuando el jefe comunal era Marcos Carámbula, y casi 20 años después y sin proponérselo –dice en esta entrevista con la diaria– representa sin competencia a la fuerza política de izquierda en el departamento.

Dice que está encarando la campaña electoral como si el partido “estuviera cero a cero”, a pesar de que las encuestas conocidas lo dan con ventaja frente a los tres candidatos de la Coalición Republicana. Pone al saneamiento como su prioridad número uno y asegura que hay una “cantidad de proyectos” que “no se pueden desarrollar” por la falta de ese servicio. También manifiesta estar de acuerdo con la iniciativa para regular el acceso a las intendencias, pero acota que hay “situaciones” que “ese proyecto va a tener que contemplar”.

El FA definió que en Canelones se vaya con una única candidatura, de unidad. ¿Por qué creés que se decidió eso justamente en ese departamento?

No me lo propuse ni tenía la potestad de proponérmelo. Fue un proceso que se dio de manera natural. El Frente decidió enfocar todas las baterías de Canelones en la elección nacional y discutir las candidaturas para mayo después del balotaje. Entonces cada sector empezó a hacer su proceso de discusión interno y los apoyos fueron decantando para acá, por eso se dio la candidatura única. Es una responsabilidad representar al Frente en el departamento de donde salió el presidente. Y es un desafío hermoso. Venimos encontrando muy buena receptividad en las recorridas. Hay una energía muy especial que atribuyo, en parte, a un sentimiento de orgullo de que Yamandú [Orsi] haya salido de la gestión de Canelones y haya llegado a la presidencia de la República.

¿Creés que vas con el caballo del comisario?

Como en Uruguay solemos comparar todo con fútbol, esto me lo estoy tomando como si estuviésemos cero a cero. Es verdad que las encuestas conocidas hasta ahora nos dan una ventaja sobre la coalición, [pero] las tomo como una foto del momento, como un insumo más. Repito en cada oportunidad que tengo que no las tenemos que tomar como otra cosa, como motivación para seguir trabajando. Tenemos que disputar cada voto en cada municipio con mucho sacrificio, con mucho trabajo y con mucha humildad plantear todo lo que se ha hecho en estos 20 años, que ha sido mucho. No es un gesto de soberbia decir todo lo que se ha hecho, es mostrar una realidad. Canelones era uno en 2005 y es otro en 2025.

En el lanzamiento de la campaña dijiste que el saneamiento es la prioridad, pero que OSE estaba con problemas de financiamiento. ¿Cómo pensás abordar eso?

Nosotros llegamos a 30% en el departamento. Es muy bajo. La situación con la que se va a encontrar Ferreri [Pablo, próximo presidente de la empresa] en OSE no es la óptima como para que Canelones tenga el resultado que pretendemos en función del aumento de población que tuvo. 20% de la población en 20 años es mucho. Tenemos que levantar ese número que no llega a 30%. Tuvimos una reunión con la CAF [Banco de Desarrollo de América Latina] hace unos días, están dispuestos a financiarlo.

¿Cuál es el objetivo? ¿Llegar a qué número?

Más que a qué número, a qué localidades. Nosotros tenemos que terminar el saneamiento de la Costa. Atlántida es clave porque es nuestro principal balneario y tenemos una cantidad de proyectos que no se pueden desarrollar y que están en el papel por la falta de saneamiento. La Paz y Las Piedras, también. Y ahí lo vamos a cuantificar. Vamos a ver nosotros qué podemos aportar en términos de recursos. Todo esto le corresponde a la OSE por ley, pero nosotros tenemos el antecedente de un consorcio formado por la intendencia y la OSE para el saneamiento de Ciudad de la Costa, en el que OSE ponía los recursos para el saneamiento, que fueron 60 millones de dólares, y nosotros pavimentábamos arriba.

¿A qué atribuís que, mirando los números de los censos de 2011 y de 2023, Canelones haya recibido una migración importante?

En parte es porque Canelones ha crecido mucho en infraestructura. Si miramos [lo que ocurre] en la Costa, por ejemplo, es otra. Hicimos una rambla preciosa. Este año vamos a terminar de conectar Canelones con Montevideo por la rambla y dentro del quinquenio vamos a llevar el paseo costero hasta la centralidad de El Pinar. Quiere decir que al final de este período vamos a estar conectando la Ciudad Vieja con El Pinar, todo por rambla. De alguna manera, hemos recibido mucha cantidad de vecinos y vecinas de Montevideo en la Costa.

¿El eje ruta 5 quedó solucionado con el tren, o creés que falta algo más?

Si uno va al mediodía a la 5 parece Bulevar Artigas. Yo creo que ahí hay que aprovechar la vía del tren, y vamos a tener que sentarnos a pensar en un tren de pasajeros. Pasa en todo el mundo.

El único proyecto de transporte metropolitano que tiene la intendencia ahora es el Tren Tram. ¿En qué está eso?

Se está estudiando el impacto del tránsito y la potencialidad del usuario. Nos consta que, no sé si formal o informalmente, desde el Ministerio de Transporte [y Obras Públicas, MTOP] ya se están manejando otras alternativas al Tren Tram. Yo siempre soy de la idea de que cuantas más alternativas haya, mejor.

¿Te parece una buena solución ese proyecto?

Yo quiero la solución; después hay técnicos que conocen mejor que yo las condiciones, qué es lo que conviene, si un tren, si un aéreo, y ahí los dejo a ellos opinar.

Quizá Canelones sea el único departamento con costa que no tiene infraestructura marítima. ¿Creés que debería pensarse en eso?

Sí, entendemos que hay un estudio que fue dispuesto por Rossi [Víctor, titular del MTOP durante la primera administración de Tabaré Vázquez], cuando fue ministro, para evaluar la posibilidad de un puerto deportivo en Atlántida. Entendemos que eso está en la órbita del MTOP, que lo tiene que evaluar en materia de costos y demás. Es de los temas que tenemos para conversar con [la ministra] Lucía [Etcheverry].

Francisco Legnani.

Francisco Legnani.

Foto: Alessandro Maradei

En la pasada administración se votaron algunos fideicomisos que llevaron a algún que otro chisporroteo entre las bancadas de los partidos de oposición. ¿Cómo te llevás vos con los partidos de oposición? ¿Cómo te definís como negociador?

Me defino como una persona de diálogo. Participé en todo el proceso de Yamandú de negociación con las bancadas de oposición para obtener los dos fideicomisos. Los fideicomisos los instrumentamos en diálogo con todos los consejos, todos los alcaldes, independientemente del partido político que fueran. De alguna manera, entendemos que la Junta Departamental, en la medida en que los referentes territoriales, el alcalde, el primer eslabón de diálogo con las vecinas y vecinos, está de acuerdo con las obras que va a llevar la Intendencia de Canelones y que sea beneficioso para todos, independientemente del gobierno político… Porque es así como se tiene que gobernar.

En la asunción de Orsi, Carámbula destacaba que Yamandú es un líder que surgió de un proceso colectivo, de la formación de equipo. ¿Por qué creés que se llegó a eso? ¿Por qué creés que desde ese grupo político colectivo se llegó a liderazgos que continúan?

En Canelones tenemos un proceso de acumulación positiva que lleva 20 años. De alguna manera, participé en todo ese proceso, la viví toda. Cuando no había un mango, había ingenio e ideas, pero no podíamos plasmarlas en el territorio; cuando sacamos la cabeza, en 2012... Aprendí siempre de los dos [Carámbula y Orsi]. Hay experiencia y hay equipo.

¿No se desarmó el equipo con el armado del gobierno nacional?

Claro. Pero hay un recambio de piezas. Hay memoria institucional, hay un equipo que funciona, entonces hay reposición. No tenemos la menor duda de eso. Los dos tenían dos grandes virtudes, por lo menos para mí: ser líderes que no presumen todo el tiempo de su cualidad, y la capacidad de formar equipo y confiar en el trabajo del equipo. Confiar en el equipo allana mucho el camino, y es una característica que los dos tienen.

¿Y cuáles son tus características?

Más allá de las características, yo tengo una obsesión: qué es lo que necesita el gobierno de Canelones hoy. Por eso es que trazo mis prioridades de acuerdo con los datos que tenemos. Hoy tenemos esta población y tenemos estas prioridades; tal vez hace diez, 15, cinco años, no había necesidad de abordar de manera inmediata el tema de la movilidad y el saneamiento. Hoy son mis prioridades.

¿Este es tu buque insignia?

Y bajar los tiempos de gestión. Eso para mí es clave.

¿Qué quiere decir eso?

Que del otro lado tengo un contribuyente o una persona que quiere poner un kiosco o una inversión que se me puede volar a Chile mañana si no somos rápidos. Entonces tengo que bajar los tiempos de gestión. Hicimos mucho, fuimos el primer organismo del Estado en implementar el expediente electrónico, en 2007. Fue una cuestión de necesidad. No podíamos firmar un expediente en Canelones y que tuviera que viajar en auto hacia Pando para que lo oficiara el alcalde de Pando. En aquel momento fue realmente revolucionario.

¿Estás de acuerdo con el proyecto de ingreso de funcionarios a las intendencias?

Sí, claro. El único que no votó fue el Partido Nacional. Tenés algunas situaciones que ese proyecto va a tener que contemplar. Porque en año electoral no puedo ingresar por concurso, tengo que hacerlo directamente. Tenemos 150 bajas por año: jubilados, fallecimientos, rescisiones de contratos y demás, y si tenés que contratar de apuro porque se te va un ingeniero, lo tenés que contratar. Ahí hay un tema dentro de la coalición porque lo impulsó Adrián Peña [exsenador del Partido Colorado], el Partido Nacional se opuso y ahí conviven.

Si tuvieras que decir por qué el Partido Nacional se opuso, ¿qué evaluación harías?

Habría que preguntárselo al Partido Nacional... [Toma café y sonríe].

¿Hay espacio en Canelones para más barrios privados?

Tenemos nueve barrios privados. Tenemos un ordenamiento territorial, y lo que es rural es rural, lo que es urbano es urbano. Tenemos estas urbanizaciones localizadas en determinados lugares del departamento. En los últimos diez años se aprobaron tres. Entre los nueve barrios privados viven 4.500 personas. Trabajan 3.000 en dos municipios donde viven 128.000 personas. Ocupan 500 hectáreas de las 453.600 que tiene Canelones. Por lo tanto, en la medida en que se cumple la normativa, es decir, que estén dentro de las zonas que la Intendencia de Canelones considera o considerará para la instalación de barrios privados, no tengo ningún problema en considerarlo o aprobarlo.

¿Y en qué zona se puede pensar?

En función de las propuestas que vayamos teniendo a estudio, veremos de habilitar o no habilitar. Nosotros tenemos un área de planificación que es la que evalúa los criterios. Hay que buscar los porqués de los barrios privados. ¿Por qué el barrio privado busca, de alguna manera, encerrarse? ¿Por qué las cooperativas buscan encerrarse también?

¿Y por qué creés que parte de la izquierda expone que los barrios privados generan un montón de problemas sociales, como la segregación?

Es que de repente sí, pero hay que buscar los porqués. Porque si vos querés ir a un edificio en Montevideo, tenés que tocar timbre para subir y si no, no te abren. O en una cooperativa. Entonces, está bien, los barrios privados los habita gente con otro poder adquisitivo y busca esas urbanizaciones para ir. Pero todos, de alguna manera, en estos ejemplos que yo estoy poniendo, buscan seguridad. Pensemos que el que vive en un barrio privado no desarrolla toda su vida ahí adentro. No es como Nordelta [Argentina] o como otros barrios privados que se ven. Ahí no hay supermercados, no hay escuelas metidas adentro. Ahí viven, pero salen a hacer su vida fuera de ahí. Yo creo que hay que pensar en los porqués.

¿Ya se está pensando en quién va a suceder a Legnani dentro de diez años?

[Ríe] Primero tengo que ganar las elecciones y hacer una buena gestión. Eso es lo único que tengo como objetivo ahora. Entregar un Canelones en 2030 mejor aún de lo que está en 2025. Pero la carrera en la que estoy ahora es la de ganar la elección. No pienso más allá de mayo. Y si ganamos mayo, pensar en los próximos cinco años. Hasta ahí llego.