El gobierno de Yamandú Orsi negocia con las autoridades de Venezuela para restablecer “algún tipo” de “mecanismo consular”, anunció este martes el canciller, Mario Lubetkin, en rueda de prensa. De esta forma, Uruguay busca encauzar el relacionamiento entre ambos países luego de la ruptura del vínculo diplomático que se dio en 2024, tras las últimas elecciones presidenciales venezolanas, y luego de varios años de idas, vueltas, tensiones y desencuentros entre ambos estados.

En rueda de prensa, Lubetkin habló sobre dos episodios que involucran a dos ciudadanos uruguayos en territorio venezolano. El primero tiene que ver con el uruguayo que fue detenido en aquel país cuando llegó desde Estados Unidos a visitar a su pareja. El gobierno no tiene información sobre su paradero ni tampoco sobre las razones que llevaron al gobierno venezolano a detenerlo. El otro caso es el de un uruguayo que estaba de vacaciones en ese país y falleció.

Estas situaciones son puntuales, dijo el jerarca, pero aseguró que como estas pueden suceder otras, y subrayó que se hace complejo realizar gestiones al no tener ningún tipo de oficina diplomática ni consular. “Tanto acá como allá”, apuntó el ministro, en el sentido de que hay miles de uruguayos viviendo en Venezuela y miles de venezolanos viviendo en nuestro país.

“El hecho de no tener un mínimo relacionamiento consular con Venezuela [hace que] todo se nos esté complicando con ese país. Estamos tratando de buscar caminos, no para restablecer las relaciones diplomáticas, pero sí algún mecanismo consular”, dijo Lubetkin en declaraciones a los medios.

Para el jerarca “ya no se sostiene más” que Uruguay y Venezuela no tengan ningún tipo de relacionamiento. “Tenemos que encontrar una solución”, señaló, aunque dejó en claro que la negociación con el gobierno de Nicolás Maduro no se dará sobre la base de “cambiar” por ese establecimiento un reconocimiento a las últimas elecciones presidenciales. “Está claro que no reconocemos los resultados de las últimas elecciones presidenciales y mantenemos esa posición, pero eso no va de la mano de ayudar a los ciudadanos”, dijo.

Idas y vueltas del relacionamiento entre Uruguay y Venezuela

En 2024 se rompió oficialmente el vínculo diplomático tras las elecciones presidenciales en Venezuela, en las que se proclamó como ganador al presidente Maduro. El gobierno uruguayo, liderado entonces por Luis Lacalle Pou, no reconoció el resultado y señaló al candidato opositor Edmundo González Urrutia como el vencedor de dichos comicios. Esa definición uruguaya hizo tensionar aún más las relaciones bilaterales, al punto de que Venezuela exigió el retiro de los funcionarios diplomáticos de nuestro país en julio del año pasado. En ese momento, Uruguay tildó la medida de “injustificada” y “desproporcionada”.

Pero las relaciones entre Uruguay y Venezuela han tenido varias idas y vueltas en lo que va del siglo XXI. En el primer lustro del siglo, en Uruguay gobernaba Jorge Batlle y en Venezuela lo hacía Hugo Chávez, y el vínculo entre ambos países fue cordial y diplomático, pero Uruguay no poseía una sede diplomática en aquel país y no tuvo embajador hasta 2010, mientras que Venezuela había designado a Julio Ramón Chirinos como embajador en nuestro país.

A partir de 2005, cuando en nuestro país el Frente Amplio asumió el gobierno por primera vez, comenzó a generarse un acercamiento político, ideológico y económico entre ambos países. El llamado “giro a la izquierda” de los países de América del Sur acentuó las relaciones diplomáticas entre el gobierno de Tabaré Vázquez y el de Chávez.

Algunos de los hitos que marcaron este posicionamiento fueron el ingreso de Venezuela como miembro pleno del Mercosur en 2005, en la cumbre del bloque realizada en Montevideo, y la firma de un acuerdo energético por el que la petrolera venezolana PDVSA abasteció de petróleo a Uruguay en condiciones favorables, mientras Uruguay vendía lácteos y medicinas a Venezuela.

En el período 2010-2015, si bien continuaron los acuerdos económicos y se nombró a un embajador (Óscar Ramos) por primera vez en el siglo, la muerte de Chávez (2013), el ingreso de Maduro al poder y el incremento de las denuncias de violaciones a los derechos humanos y políticos cambiaron el relacionamiento. En esos años cobró particular relevancia el canciller Luis Almagro, quien abandonó el ministerio en 2015 y casi inmediatamente se postuló y fue electo secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), mostrando una postura radicalmente opuesta a la de sus años como jerarca de la cancillería: desde ese cargo fue un acérrimo opositor al gobierno de Maduro.

En 2015 comenzó definitivamente un cambio en las relaciones diplomáticas. Este viraje se cristalizó, por ejemplo, en un cruce entre el por entonces vicepresidente uruguayo, Raúl Sendic, y el presidente Maduro. En ese entonces, Sendic había puntualizado que Uruguay “no tenía elementos” para asegurar que, tal como había dicho el presidente venezolano, había una “injerencia” de Estados Unidos en apoyo a la oposición al gobierno. Maduro tildó de “cobarde” a Sendic, sin nombrarlo directamente, mientras el gobierno de Vázquez ya hablaba de que existían episodios políticos que no coincidían con el Estado de derecho; sin embargo, siguió reconociendo a Maduro como presidente y apostando al diálogo. De hecho, en 2019 se instaló el Mecanismo de Montevideo, promovido por Uruguay y México para acercar posiciones.

Todos estos episodios llevaron a que Vázquez no renovara el cargo de embajador en Venezuela, que estuvo acéfalo hasta 2023, cuando el gobierno de Lacalle Pou nombró a Eber da Rosa. A pesar de ese nombramiento, Lacalle Pou marcó con profundidad sus discrepancias con el devenir político de Venezuela, tanto a nivel nacional como en diferentes ámbitos, como la OEA y las Naciones Unidas. El mandatario desconoció a Maduro como presidente legítimo y Uruguay se alineó a Estados Unidos y el Grupo de Lima.

Luego de la renuncia de Da Rosa, a principios de 2024, el gobierno anterior designó a la diplomática Silvana Montes de Oca como embajadora en el país bolivariano, pero pocos meses después, en julio del año pasado, Venezuela exigió el retiro de su territorio de los embajadores de Uruguay y otros seis países, y desde entonces no se restauró la relación diplomática, que es lo que Orsi busca remendar. “Es lo que más precisa la gente”, aseguró en una entrevista con El Observador el domingo.