Daniel Radío, director de la Junta Nacional de Drogas (JND) en el período pasado, perteneciente al Partido Independiente, se desempeña desde este mes como vicepresidente del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa). El Senado aprobó por unanimidad la venia enviada por el Poder Ejecutivo para su designación en el cargo, que había quedado vacante luego de la renuncia de Eugenio Acosta, quien mantenía discrepancias con el presidente del organismo, Jaime Saavedra. Entrevistado por la diaria Radio, el jerarca habló sobre su nuevo rol, el pedido presupuestal del organismo y su estado.

En primer lugar, Radío valoró que su designación, proviniendo de otro partido, “es una actitud particularmente generosa de parte del gobierno, y en particular del presidente de la República”, que a su vez le obliga a “corresponder con un nivel de generosidad igual”. El vicepresidente del Inisa señaló que siempre tuvo una relación fluida con Orsi, a quien considera “un gran tipo”. En tanto, el vínculo con Saavedra es “de larga data”, probablemente “desde la época en que yo era legislador y él iba al Parlamento”, y se afianzó en el período pasado durante su gestión en la JND: “Más de una vez nos reunimos a conversar, y yo sentía que tenía mucha afinidad con su forma de pensar el tema”, aseguró.

El Inisa atiende alrededor de 800 adolescentes actualmente, de los cuales 350 están en condiciones de privación de libertad. De los adolescentes con privación de libertad, sólo ocho son mujeres, y dos de ellas están embarazadas, indicó Radío. El jerarca consideró que son “datos esperanzadores”, ya que no sólo se han reducido en el último tiempo, sino que “es una cifra –por decirlo de alguna manera– manejable”, a diferencia de lo que ocurre en el sistema de privación de libertad de adultos, donde “la realidad de superpoblación, de hacinamiento y de condiciones de reclusión hacen muy difícil los esfuerzos de rehabilitación”, señaló. En cambio, en el Inisa, acotó, “uno tiene la chance, con estos números, de manejar con una lógica no carcelaria, no de encierro”. En ese sentido, consideró que se debe buscar que la privación de libertad “sea lo menos posible encierro”, y que los adolescentes con privación de libertad también tengan oportunidad de acceder a medidas socioeducativas.

“Yo siempre digo: no podemos hablar de que alguien no es rehabilitable si no hacemos el intento de rehabilitar. Y hacer el intento de rehabilitar no es ‘vamos a probar hoy’, no; es todos los días que están en contacto con nosotros, es cada minuto que están en contacto con nosotros”, afirmó.

Radío apuntó que “el populismo punitivo, la inflación penal, está en la base de que tengamos superpoblación carcelaria, hacinamiento”, en el sistema adulto, ya que “si uno mira cómo ha venido creciendo eso y, paralelamente, cuál ha sido la evolución de la cantidad de delitos, uno se encuentra que cuanto más presos tenemos, más delitos tenemos”. Sostuvo, además, que “el sistema carcelario está pensado para que, en cualquier caso, no se pueda rehabilitar, todo está hecho para fracasar”.

Infraestructura: “Hay construcciones bastante nuevas y que no están bien”

A propósito, el jerarca consideró que la creación del Inisa en 2015 “fue un gran acierto”, ya que permitió que el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU) se enfoque en “lo que tiene que hacer” y tener “un porcentaje menor de personas que tienen que estar en conflicto con la ley penal”. Destacó que los niveles de reincidencia en el Inisa “son mucho menores que en adultos”. Según evaluaciones primarias, indicó que el nivel de adolescentes que reinciden en el delito es la mitad que los adultos: un tercio frente a dos tercios. Con respecto al funcionariado del Inisa, el vicepresidente mencionó que, “contrariamente a lo que hay en el imaginario colectivo”, personalmente se ha “asombrado” por el nivel de compromiso y de capacitación de los trabajadores. “Es otra cosa muy buena que tiene el Inisa; me parece que ahí hay chance de trabajar con personal que tiene ganas de hacer las cosas bien”, afirmó.

El instituto, que compareció este martes ante la Comisión de Presupuestos integrada con Hacienda de la Cámara de Diputados, no solicitó aumento presupuestal para el quinquenio. Saavedra ha defendido desde el comienzo de su gestión que los recursos ya asignados son suficientes. Radío sostuvo que coincide “mayormente” con lo expuesto en la comisión, sin embargo: “A mí me parece que hay algunas cosas para las que vamos a precisar algunos recursos”, afirmó. Sin perjuicio de que “hay que demostrar que somos eficientes en el manejo de lo que tenemos”, consideró que “hay cuestiones” para las que se necesitarían recursos.

Radío sostuvo que el principal aspecto a atender son las condiciones edilicias y de infraestructura. Al respecto, mencionó que el Inisa cuenta con un fondo de dinero “que se puede utilizar para mejorar la infraestructura”, y aclaró que no son “partidarios de las grandes obras faraónicas y de las nuevas construcciones, sino que hay que tratar de hacer vivible lo que hay”. El vicepresidente del Inisa sostuvo que, en lo que lleva de gestión, vio cosas “que no me gustaron desde el punto de vista de la infraestructura”. “No me interesa hacer una crítica a quienes nos precedieron, porque a veces se hacen cosas que se puede y a veces la dinámica te lleva a que no estés mirando algunas cuestiones, pero sí es verdad que hay construcciones bastante nuevas y que no están bien, que a mí me parece que no son aceptables y que tenemos que modificarlas”, afirmó.

Ante la comisión, Saavedra apuntó que existen centros de detención del Inisa en “condiciones inaceptables”. “Basta de normalizar que haya funcionarios y funcionarias trabajando cuando llueve con agua hasta los tobillos o chiquilines que están muertos de frío en una celda cuando el invierno se pone un poquito crudo de más”, señaló. Dijo que los centros que vio “peor” son los ubicados en la calle Cufré y Bulevar Artigas, y en Belloni y Aparicio Saravia, sobre todo el primero.

Otro aspecto para el que “también se pueden precisar recursos”, acotó, es el del personal. Radío cuestionó que, normalmente, cuando se piensa en dónde hay que reforzar con personal, se apunta a “ver dónde funciona mal” para reforzar, cuando se debería “pensar en dónde funciona bien, y decir ‘bueno, vamos a premiar esto y vamos a fortalecer esto que está funcionando bien’”, consideró.

El vicepresidente del Inisa también apuntó a “pensar en la articulación interinstitucional” con la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), el INAU, el Ministerio de Desarrollo Social o la Administración de los Servicios de Salud del Estado. Saavedra adelantó en la comisión que se está en “coordinación” con la ANEP para llegar a un “modelo propio” en lo educativo, y detalló que se va a firmar un convenio con el Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed) para que haga “una medición exacta” sobre “el aprendizaje de los chiquilines y las chiquilinas” bajo la responsabilidad del Inisa.

“Necesitamos tener un buen diagnóstico para pensar bien sobre qué hay que hacer, y ni hablar que tenemos que hacer convenios con la educación formal”, sostuvo Radío, quien indicó que ya han tenido conversaciones con el Ineed.