“Es la hora del peso”, afirmó el presidente del Banco Central del Uruguay (BCU), Guillermo Tolosa, en un encuentro con empresarios convocado por la organización Somos Uruguay, donde reflexionó sobre las decisiones financieras de los uruguayos, explicó los riesgos de ahorrar en dólares –en tiempos en los que esta moneda “ya no ofrece refugio en momentos de volatilidad e incertidumbre global”– y anunció un “plan nacional de destete del chupete” del dólar.
Tolosa afirmó que “esta vez la baja inflación llegó para quedarse”, ya que ha demostrado que, ante shocks externos, “se mantiene dentro de la banda y es más robusta, más resiliente frente a los shocks del tipo de cambio”. Sin embargo, a pesar de que “cuando los vientos globales soplan con furia” el país no se desmorona, “seguimos viendo el derrumbe de nuestra moneda como algo inminente”, sostuvo.
El economista apuntó que ese cambio en el comportamiento de la inflación se explica por el uso de la tasa de interés como instrumento de política monetaria. A modo de ejemplo, recordó que cuando, producto del conflicto entre Rusia y Ucrania, “subió el precio de las commodities, en Uruguay la inflación llegó a 10% y el BCU tuvo una reacción muy agresiva de aumento de la tasa de política monetaria, que pasó de 4% a 11%”, lo que “se tradujo en mayores tasas para todo el sistema bancario de la economía y en una caída importante de la inflación”.
“Es un hito que el régimen finalmente maduró y se consolidó con la inflación en torno a la meta”, señaló el presidente del BCU, quien también resaltó el “compromiso gubernamental con la inflación”, algo inédito en el país, dijo. En esa línea, remarcó que el proyecto de ley de presupuesto, por primera vez, incorporó la meta del BCU y parte del supuesto de que la inflación será del 4,5% durante todo el período.
Tolosa también destacó el apoyo del gobierno a la labor independiente del BCU. “Que el presidente mismo ha salido públicamente a decir que el Banco Central tiene que tener la fortaleza técnica y la independencia… nunca un presidente había dicho esto en 40 años de democracia, ni una vez”, aseguró.
También sostuvo que el atraso cambiario “va a ser bastante difícil de corregir”, porque la evolución del tipo de cambio refleja tendencias globales asociadas a la situación de Estados Unidos: “Cualquier reclamo les pido que lo depositen en la casilla de reclamos de la Casa Blanca y no del Banco Central; esto no es un fenómeno que tenga que ver con las acciones del Banco Central”, expresó.
Uno de los pasajes de su discurso que le valieron la crítica del senador del Partido Nacional Sebastián da Silva fue cuando señaló que Uruguay podría encarecerse aún más en dólares. De hecho, afirmó: “Ojalá que Uruguay se encarezca mucho más, porque eso quiere decir que el país está creciendo, que está sosteniendo mayores salarios en dólares”.
“Ahorrar en pesos es una declaración de fe en nuestro país”
Pese a las fortalezas del peso, “Uruguay ahorra casi 70% de su depósito bancario local en dólares; si incluimos los depósitos globales fuera del sistema bancario local, esta cifra es 80-90%”, precisó Tolosa, y acotó que sólo en Nicaragua la población ahorra en mayor proporción en dólares. El presidente del BCU explicó que “el uruguayo promedio está condicionado para pensar el riesgo únicamente en términos de retorno en dólares”. Sin embargo, aunque en finanzas el riesgo se asocia con un mayor retorno, en el caso del ahorro en dólares esto no ha sido así en los últimos años.
“Si yo ahorro en dólares y tengo, por ejemplo, 10.000 dólares en enero de 2022, y lo cambio al tipo de cambio de ese momento, que eran 44 [pesos uruguayos], voy a tener 440.000 pesos. Sólo un año después, en enero de 2023, el tipo de cambio era 39, entonces mis 10.000 dólares pasaron a valer 390.000 pesos, por lo tanto, perdí 50.000 pesos en un solo año sin haber tocado el dinero, perdí automáticamente 50.000 pesos, y eso sin ni siquiera contar la inflación local y la pérdida de poder adquisitivo”, graficó.
Si en lugar de ahorrar en dólares se hubiera invertido en letras de regulación monetaria o en letras del tesoro uruguayo, el retorno real habría sido de aproximadamente 60%, 70% u 80% en un período de 20 años, indicó Tolosa. En cambio, el rendimiento de los dólares es inferior al 50%. “Si ustedes hubiesen ahorrado en un período de 20 años para su jubilación, hoy tendrían, si lo hubiesen hecho en pesos, tres veces más poder adquisitivo”, aseguró, y añadió sobre ese cálculo: “Así de dramático es lo que estamos dejando arriba de la mesa los uruguayos por no confiar en nuestra propia moneda”.
El economista señaló que el miedo a la moneda local es tal que muchos uruguayos optaron por confiar en los fondos ganaderos, a pesar de que no ofrecían ningún tipo de auditoría. “El Banco Central lo anuncia en su página web: esta gente no tiene ningún tipo de regulación, nadie sabe qué está haciendo con la plata”, recordó. Sin embargo, “4.000 uruguayos dijeron ‘sí, confío en esto’”, mientras “tenían al Banco Central y al gobierno que decían: ‘Yo también tengo 8% para ofrecerte, pero está en pesos’”.
“No vengo a decir que tienen que invertir en pesos, porque yo no sé lo que va a pasar con el peso de acá a tres meses, nadie lo sabe”, aclaró Tolosa. Pero afirmó: “Hay algo que sí sé, es que el ahorro en dólares seguro va a subir y va a bajar tu poder adquisitivo”, mientras que si se ahorra en unidades indexadas o en pesos, “va a ser estable”. El economista sostuvo que, en el contexto actual, “invertir en dólares es una especie de timba de casino” en la que uno puede ganar o perder en el corto plazo, pero en el largo plazo siempre pierde, afirmó. Mientras tanto, el peso uruguayo “es el mejor reflejo capaz, hoy por hoy, de nuestras virtudes y de la madurez de nuestra sociedad”. En ese sentido, consideró que “ahorrar en pesos es una declaración de fe en nuestro país”.
Por todo esto, el presidente del BCU afirmó que “es tiempo de soltar el chupete”. “Soltemos, por favor, de una buena vez, el chupete”, insistió. Con ese objetivo, el BCU impulsará un “plan integral de políticas para superar esta triste fase, larga fase de la historia nacional de confiar en dólares”. Entre las medidas, se impondrán mayores cargos de capital a bancos para préstamos en dólares a empresas “no transables” y se eliminarán los incentivos fiscales que existían para invertir en el exterior, “lo cual debería inducir a cierta repatriación y, por lo tanto, a cierta pesificación de los ahorros”, sostuvo.