El Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa) no pidió aumento presupuestal. Según los dichos de su presidente, Jaime Saavedra, con los recursos ya asignados es suficiente para llevar adelante la “responsabilidad complejísima” de “mover la cabecita y el corazón de los adolescentes” fuera del “mundo del delito” y rumbo al “vivir en comunidad”. El jerarca dijo este martes, en la Comisión de Presupuestos integrada con Hacienda de la Cámara de Diputados que tiene a estudio el proyecto presupuestal, que la actual gestión no tiene un “afán fundacional” y dio cuenta de una serie de objetivos que se buscará cumplir durante el período.

Saavedra dijo que se apunta a un Inisa que sea “ejemplo a nivel mundial”. “Nada por debajo de eso nos satisface”, afirmó. Sobre el cómo, se refirió a la necesidad de “modernización” mediante la construcción de “planes individualizados” para los adolescentes que están a cargo del instituto. “Si tengo 800 gurises y gurisas en total, algunos con privación de libertad y otros con medidas alternativas, tengo que conocerlos en detalle”, señaló. Dijo que para cumplir con ese cometido ya se está desarrollando un software, con la ayuda de Unicef y de Presidencia de la República.

Según Saavedra, otro de los cambios que deben afrontarse es el proceso de “separación” del Inisa y el Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay (INAU). En concreto, el jerarca se refirió a que el instituto que dirige sólo es responsable de la aplicación de las penas alternativas –o medidas no privativas– en Montevideo, Canelones, San José, Salto y Soriano, mientras que en el resto de los departamentos el encargado es el INAU. “Tenemos que terminar este quinquenio, con los recursos que tenemos, completando este proceso”, comentó.

El responsable del Inisa también remarcó la necesidad de llevar adelante la constitución –dentro del instituto– de la “carrera funcionarial”, algo que entiende como la “batalla madre”. En ese sentido, reconoció que la institución “se maneja desde hace muchísimo tiempo con discrecionalidad”. Las definiciones en relación con la carrera funcionarial redundarán, según Saavedra, en una mayor “claridad organizacional”, por la cual quedarán definidos los cargos, las tareas y el “caminito” que se debe recorrer para ascender. El jerarca aseguró que quiere que este proceso sea “rápido” y por eso buscará que el primer documento al respecto se presente en diciembre.

Saavedra apuntó además que existen centros de detención del Inisa en “condiciones inaceptables”. “Basta de normalizar que haya funcionarios y funcionarias trabajando cuando llueve con agua hasta los tobillos o chiquilines que están muertos de frío en una celda cuando el invierno se pone un poquito crudo de más”, profundizó el jerarca al referirse a la situación edilicia.

Por último, sobre la “modernización” del instituto, remarcó la importancia de prestar atención a “algunos indicadores”, en particular, al de “encierro”. Dijo que esto representa una “dificultad” cuando se quiere avanzar hacia un “proceso educativo”. En ese sentido, Saavedra adelantó que se está en “coordinación” con la Administración Nacional de Educación Pública para llegar a un “modelo propio” en lo educativo.

Detalló que se va a firmar un convenio con el Instituto Nacional de Evaluación Educativa para que haga “una medición exacta” sobre “el aprendizaje de los chiquilines y las chiquilinas” bajo la responsabilidad del Inisa, para de esta manera recabar insumos que contribuyan al diseño del modelo educativo.

Por otra parte, Saavedra detalló que se buscará que los centros de detención del Inisa “sean espacios promovidos fiscalmente” para posibilitar que haya empresas que se asocien con el instituto para llevar adelante sus emprendimientos. La única condición será que “les den trabajo a los gurises”, comentó el jerarca. Enfatizó que el trabajo es lo “fundamental” de cara al egreso, dado que, más allá de la “platita”, significa un lugar donde se viven otras situaciones sociales “muy importantes”.

La visión del sindicato

En diálogo con la diaria, Víctor Mango, integrante del sindicato del INAU, dijo que el trabajo en la construcción de una carrera funcionarial para los trabajadores del instituto es “un anhelo de hace muchísimos años” del sindicato. Sin embargo, remarcó que eso “va a llevar algún tiempo”, porque primero es necesario hacer una “reestructura”. Detalló que hace una semana empezó a trabajar una comisión en todo el proceso.

Profundizando en otro de los planteos de Saavedra, el dirigente sindical reconoció que el control por parte del Inisa de la aplicación de las medidas no privativas es algo que se entiende necesario concretar. Asimismo, remarcó que se está “lejos” y se debe apelar a “una inyección” de rubros para “afrontar” el cumplimiento en los 19 departamentos, como pretende el presidente del instituto.

No obstante, Mango apuntó que no haber solicitado “más presupuesto” al equipo económico es el “matiz” que tiene el sindicato con la actual administración. Explicó que, más allá de que se entiende que es “insuficiente” el número de funcionarios con los que se cuenta para la atención en privación de libertad, la apuesta de las nuevas autoridades por medidas “no privativas” requerirá aún más respaldo presupuestal para la incorporación de personal.

Por último, Mango valoró como positivas el resto de las políticas planteadas en materia de infraestructura, la atención de los adolescentes y el fomento de instalación de empresas. Mencionó que aún no “queda tan claro” cuál sería la conformación de la fundación para el trabajo de instalación de las empresas con beneficios fiscales. Por lo pronto, comentó que el Inisa es el organismo que se “debe encargar de esa tarea” por medio de programas de inserción social con los que ya cuenta.