El paro de 72 horas que cumple desde el martes el Sindicato Anestésico Quirúrgico (SAQ) inquieta a los usuarios de la salud y la Organización de Usuarios y Usuarias de Salud del Zonal 17, ubicada en el Municipio A de Montevideo, en las inmediaciones del Cerro, optó por no quedarse callada. En un comunicado que emitió ayer, el colectivo declaró que respeta la lucha sindical, pero que es “inadmisible” aceptar este paro del SAQ, que busca “mantener y aumentar todavía más sus privilegios”, algo que el SAQ niega rotundamente.

La organización de usuarios señala las inequidades del sistema de salud, visibles en los salarios que cobran profesionales, técnicos y funcionarios, o en el gasto por usuario, y remarca que los médicos anestésico quirúrgicos “desprecian y desvalorizan a sus colegas” y a los usuarios de la salud. “No les importa la salud como un todo, ni cambiar el modelo de atención fortaleciendo el primer nivel. No valoran al médico o enfermera o funcionario que va a la policlínica barrial, que está cerca del usuario, que escucha los problemas, que visita a domicilio, a la enfermera comprometida, al funcionario atento”, expresa el movimiento. “Los del SAQ se creen superiores, y así lo han declarado públicamente muchas veces, han dicho que son más importantes que los dermatólogos, y ahora dicen que también de los pediatras, por eso exigen sus privilegios, más para ellos y siempre por separado”, sostienen los usuarios, al tiempo que aseguran que estos especialistas “no quieren modificar privilegios, no quieren cambios, quieren mantener los que tienen y quieren más”, aseguran. “Nosotros creemos que lo peor que le ha pasado a la salud ha sido convertirla en un negocio, en un ámbito para hacer dinero. En un lugar donde unos son de primera –y eso se premia con dinero– y el resto de segunda o de tercera”, sostienen.

Los usuarios recuerdan que el dinero para pagarles sale de los aportes que hace la población, que también costeó su formación. “Su Juramento Hipocrático se ha convertido de hecho en un juramento de hipócritas, porque juegan con la dignidad y la salud física y mental de todos las y los uruguayos”, acusan, y esperan que “ninguna institución de atención de la salud pública o privada, ni ninguna institución estatal se preste a este juego de presiones, carente de toda ética. No queremos que sigan comerciando con la vida, como se pintó en los muros de Montevideo en 2010: ‘Anestésico-Quirúrgicos vergüenza nacional’”, concluyen.