El ministro de Salud Pública de Uruguay, Jorge Basso, le pasó ayer la presidencia protémpore de la Comisión de Salud del Mercosur a su par argentino, Adolfo Rubinstein. En la reunión anunciaron que, mediante la negociación colectiva de los países de la región con los laboratorios, se logró disminuir 69% el costo del medicamento Tacrolimus, que se usa para mejorar la aceptación del órgano en casos de trasplante, e incluso esperan que se pueda seguir negociando en los próximos días. Los medicamentos para el tratamiento de la hepatitis C también marcaron la agenda de la presidencia uruguaya, y si bien obtuvieron algunos descuentos que permitirán comprar nuevas dosis, “la falta de flexibilidad” de algunas empresas complica llegar a la meta de eliminar la enfermedad para 2030.

Los ministros de Salud de Uruguay, Argentina, Brasil, Paraguay, Chile, Ecuador y Perú concretaron ayer algunas resoluciones sobre temas de agenda. Basso destacó el avance sobre los hemoderivados, buscando que la compra sea rentable para cada país. También se propusieron trabajar sobre la salud sexual y reproductiva, particularmente en la disminución de la transmisión de madre a hijo del VIH y de la sífilis, promoviendo un adecuado control del embarazo y potenciando el primer nivel de atención. Además, resolvieron impulsar el trabajo sobre el cambio climático desde el área de la salud, siguiendo la recomendación de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

En la reunión también se presentó un diagnóstico de la realidad epidemiológica de la región. Los ministros plantearon una serie de desafíos vinculados a las enfermedades transmisibles que se pueden prevenir con vacunas. Propusieron una vigilancia sanitaria muy estrecha que vincule las dependencias de todos los países “porque en el mundo cada vez las barreras políticas son menores, lo importante es tener una fortaleza del punto de vista de los sistemas de información” que permitan manejar la realidad de cada lugar y tener respuestas adecuadas desde una asistencia integral, señaló Basso.

El ministro argentino adelantó que en los próximos seis meses la agenda involucrará el trabajo con un listado de tratamientos oncológicos, tanto biotecnológicos como de producción química. Basso dijo que estos medicamentos “son una herramienta fundamental para abordar el tratamiento de la patología oncológica que está en crecimiento porque nuestras poblaciones viven más tiempo y el principal riesgo de cáncer es la edad”, y agregó que “hay interés en lograr tener una negociación con la industria a partir del Fondo Estratégico de la OPS, que permite que haya un precio único para todos los países independientemente de su escala, y eso, naturalmente, es un desafío extraordinario del punto de vista de la negociación”.