Filippo Muratori es conocido a nivel mundial por su trabajo en la detección y el diagnóstico temprano del autismo y es docente e investigador en la Universidad de Pisa, en Italia. El especialista estuvo en Montevideo, invitado por la Facultad de Psicología de la Universidad de la República, para participar en distintas actividades, dio un curso para psicólogos, una conferencia y clases cortas para especialistas. la diaria conversó con Muratori sobre su trabajo, los últimos avances en los tratamientos y la forma en que todos pueden colaborar para una mayor inclusión.
El autismo es un trastorno neurobiológico del desarrollo que se caracteriza por una dificultad para interactuar fluidamente en sociedad y se manifiesta generalmente durante los tres primeros años de vida; aún no se ha encontrado una cura absoluta, pero mejoran cada vez más los tratamientos que permiten una buena calidad de vida. Cada 100 niños en el mundo, uno tiene autismo; y este valor pasa a ser uno cada 50 en el caso de los varones. El número de personas diagnosticadas viene en aumento, cada vez hay más jóvenes con autismo, pero según Muratori “no se sabe si esto se debe a que antes no estaban diagnosticados o si hay algo en nuestro mundo y nuestros hábitos que hace que aumente”. En su opinión, además de la evidente mejora en la formación de los especialistas, “hay algo en el ambiente que puede estar haciendo que aumente la cantidad de autismo, algunas razones relacionadas con la vida fetal y otras relacionadas con la genética”. “En eso también estamos trabajando”, sostuvo.
¿Cuáles son las claves para detectar el autismo a una edad temprana?
Lo primero es prestar atención a la preocupación de los padres, escucharlos, ayudarlos a entender la forma particular de comportarse de su hijo. Más específicamente, podemos destacar algunas señales de advertencia, por ejemplo que un bebé no pueda responder a su nombre a los ocho meses o señalar objetos cuando tiene entre 12 y 15 meses; hay muchas señales que los padres son capaces de reconocer. Esos síntomas pueden ser reconocidos también por el pediatra en su visita de control; ellos no sólo deben buscar enfermedades físicas, sino también enfermedades mentales, evaluar el desarrollo psicológico es fundamental. Todos deben estar atentos.
¿Cuáles son los beneficios de la detección temprana?
Ahora, con el avance de la ciencia sabemos que la detección y el tratamiento temprano funcionan. El tratamiento aún no logra que las personas se recuperen totalmente del autismo, pero mejora de forma importante la vida del niño y sus padres. Hay diferentes tratamientos que han demostrado suficiente eficacia y pueden comenzar desde el inicio de la vida del niño.
¿Qué síntomas se pueden reducir cuando se comienza a trabajar desde que son bebés?
El autismo es un desorden de lo social y lo comunicacional. Los tratamientos tempranos han logrado mejorar mucho la capacidad de prestar atención de los niños y de poder comunicarse entre sus pares y con adultos, expresando lo que les pasa. Aunque aún hay dificultades para crear interacciones sociales fluidas, los tratamientos funcionan en la mejora de pequeñas cosas, como poder sostener la mirada en los ojos de la otra persona, prestar atención a los sonidos, poder compartir un juego con otros niños.
Los docentes también tienen un rol importante en la detección temprana.
Sí, muchas veces los niños llegan a la escuela muy chiquitos, en el maternal. Para los maestros es muy fácil reconocer un chico que no está muy interesado en otros, ellos son capaces de reconocer que aunque un niño trabaje bien desde el punto de vista cognitivo prefiera hacer las cosas él mismo, se aísla; muchas veces son niños más sensibles a estímulos y sensaciones visuales o auditivas, y los docentes son capaces de reconocerlo desde los primeros meses.
¿Cuáles son los últimos avances en los tratamientos del autismo?
Lo último es que vamos a superar la lucha entre el tratamiento del comportamiento y el tratamiento del desarrollo o psicológico. Se ha vuelto más claro que el tratamiento para los niños autistas debe estar integrado y debe abarcar todas las partes de su vida. Por ejemplo, una de las cosas más grandes que hemos descubierto es la importancia de incluir a los padres en el tratamiento. Ahora no siempre participan; es muy frecuente que los terapeutas trabajen con el niño en el consultorio mientras los padres esperan afuera, por lo que no pueden ver cómo se manejan ciertas dificultades del comportamiento. Impulsar el tratamiento mediado por los padres es la nueva línea.
¿Los médicos y los docentes también deberían formar parte de ese tratamiento integral?
No tanto los médicos, sino los especialistas en comportamiento, como los psicólogos o psiquiatras. Todos deben trabajar juntos para entender de verdad esta forma particular de crecer, porque decimos que ellos tienen una diversidad neuronal, no una patología. Se deben reunir frecuentemente los maestros, los terapeutas y los padres con el niño; después cada uno seguirá con su trabajo de forma separada.
¿Cómo ha evolucionado el tratamiento médico del autismo?
Casi todo el trabajo se vuelca al tratamiento médico del autismo, pero hasta el momento no lo hemos conseguido; hay ciertas drogas que se pueden usar para algunos síntomas, pero no hay un solo tratamiento que cure el autismo. Realmente hay mucha investigación sobre el tema, todo el mundo está abierto a encontrar algo con lo que se pueda trabajar desde un punto de vista biológico.
Con estos avances, ¿cómo ha mejorado la calidad de vida de estas personas?
La calidad de vida es importantísima y es algo realmente desafiante. Por ejemplo, si los maestros estuvieran más preparados para aceptar y trabajar con niños con autismo, la calidad de vida tanto del niño como del maestro mejorarían mucho. A medida que van creciendo, algunos síntomas se reducen y, si el niño ha logrado desarrollar su inteligencia y un lenguaje fluido, puede entrar en una vida adulta que incluye el trabajo. Lo ideal es que en el trabajo puedan aprovechar algunos de sus puntos fuertes: son muy precisos, un poco obsesivos para realizar cosas de una manera correcta y exacta, y estas son habilidades muy beneficiosas para ciertos trabajos. La realidad es diferente si el autismo viene acompañado de algún retardo mental o no se puede desarrollar la habilidad verbal; en ese caso es mejor buscar algún trabajo relacionado con la agricultura, por ejemplo, en espacios abiertos, donde hay un componente de sociabilidad menor. Lamentablemente, estos jóvenes muchas veces a los únicos que tienen es a su familia, porque después de la etapa escolar es mucho más difícil seguir interactuando.
Algunos niños con autismo desarrollan habilidades especiales. ¿Son alentadas cuando se detectan?
Es una pregunta muy importante, porque se está trabajando al respecto. Estas habilidades especiales le dan al niño muy buenas posibilidades, es importante crear situaciones en las que el niño pueda elaborar esta habilidad especial, pero no puede dejar de desarrollar otras. Es un punto que puede ser una fortaleza pero, al mismo tiempo, una debilidad, porque si sólo se desarrolla este talento especial se deja de trabajar en muchos otros aspectos de la vida del niño que también son importantes. Estos niños avanzados a veces tienen habilidades extraordinarias que, sin duda, deben ser impulsadas, pero hay que tener cuidado en cómo se hace.