La Sociedad Uruguaya de Cardiología (SUC) expresa en un comunicado su preocupación “por la falta de avance en la aprobación de la reglamentación” de algunos estudios que necesitan los pacientes que sufren trastornos del ritmo cardíaco. En concreto, los profesionales demandan la aprobación de los estudios electrofisiológicos y ablaciones por catéter. Explican que estas técnicas, “que deberían ser de acceso universal”, están incorporadas a la canasta básica de prestaciones (PIAS) del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) desde 2008, pero no están reglamentadas, lo que genera una inequidad. El ministro interino de Salud Pública, Jorge Quian, aseguró en diálogo con la diaria que están trabajando en el tema y que, luego de diez años, esperan lograr su reglamentación en 2019.

La ablación por catéter es una forma de tratamiento esencial para el manejo de los pacientes con taquiarritmias y, de acuerdo con la evidencia, la mayoría de ellos alcanza la cura definitiva. En otros casos es un complemento a recursos terapéuticos que mejoran la calidad de vida, optimizan terapias y previenen complicaciones. El estudio electrofisiológico diagnóstico es previo a todo procedimiento de ablación por catéter, y también existen situaciones en las que un paciente requiere el estudio para valorar la situación del sistema eléctrico cardíaco y definir el tratamiento adecuado.

La SUC explica que como estos procedimientos nunca fueron “normatizados”, en la práctica quedaron fuera de las prestaciones obligatorias y no son cubiertos por los prestadores del SNIS. Subrayan: “En casi 20 años hemos transitado todos los caminos correspondientes a nuestro alcance, pero nunca se llegó a la aprobación de su cobertura”.

Los profesionales comentan que con el transcurso de los años se ha desarrollado la especialidad electrofisiológica y que eso, junto con “la necesidad clínica y la propia demanda de los pacientes, hizo que muchas instituciones crearan servicios de electrofisiología. En ellos algunos pacientes acceden a los procedimientos, de forma discrecional, sin un criterio de cobertura definido y teniendo que abonarlos”, aseguran, y agregan que “los pacientes con recursos pagan los costos o viajan al exterior, mientras que los que no tienen el dinero necesario son medicados o abandonados a la recurrencia”.

Denuncian que “hay varias instituciones grandes que cubrían estos procedimientos a sus socios y han dejado de hacerlo, dejando una infraestructura técnica y recursos humanos desaprovechados”. El Ministerio de Salud Pública es consciente de esta situación en que los recursos no se están utilizando en todo su potencial: “Hay prestadores que incluían ese servicio y cuando quedó sin reglamentar en el PIAS dejaron de ofrecerlo, pero perfectamente podrían hacerlo por su cuenta”, reafirmó Quian. En esta misma línea, la SUC afirma que los costos de estos procedimientos “están en el rango habitual de tratamientos invasivos comunes que ya pagan las mutualistas y los hospitales”.

Por su parte, Quian comentó: “Cuando en 2008 se incluyeron estos procedimientos, como se trata de procedimientos importantes desde el punto de vista técnico, quedaron para reglamentar a futuro. Desde el ministerio estamos preocupados y estamos trabajando en este sentido, tanto así que se pensó en una propuesta de normativa junto con el Fondo Nacional de Recursos, para evaluar cómo sería la incorporación de estos estudios”. En este sentido, señaló que la experiencia internacional que han recabado muestra que la ablación es una técnica muy compleja, que tiene sus riesgos, y que en los países desarrollados son pocos los profesionales autorizados a hacerlas; destacó que en Reino Unido y Estados Unidos se pide a los médicos cerca de 200 procedimientos estándares de ablación antes de autorizarlos a hacer la ablación por catéter. La SUC comenta que “a pesar de las limitaciones existen numerosos servicios en Uruguay. En 2013 se llevaron a cabo en el país 400 ablaciones”, según un registro nacional realizado por ellos mismos.

Quian apuntó que, además de trabajar en la reglamentación de estos procedimientos, que incluye definir quiénes deben llevarlos a cabo y qué experiencia deben demostrar, están trabajando en el tema desde la reglamentación de la Ley de Centros de Referencia: “Estamos pensando que quizá para esto tendría que haber un centro de referencia en el que se hicieran estos procedimientos, porque quienes no tienen mucha experiencia están más condenados a cometer errores en los procedimientos; para que quienes pongan en práctica esta técnica lleguen a tener la experiencia que necesitan podemos hablar de concentrar los procedimientos en un centro de referencia, o en unos pocos. En eso también estamos trabajando”.

¿Qué es la ablación por catéter?

La ablación cardíaca es una intervención que utiliza energía para crear cicatrices en pequeñas zonas del corazón que originan problemas del ritmo cardíaco. Para esto se usan diferentes formas de energía. La más común es la de radiofrecuencia, es decir, ondas que producen calor; estas logran destruir la zona de tejido que causa la arritmia y, cuando el tejido se destruye, el corazón puede recuperar el ritmo normal. Para esta técnica se utilizan catéteres, que son pequeños tubos largos y flexibles que se insertan en una vena o arteria por la ingle y llegan hasta el corazón para entregar la energía de radiofrecuencia. Esta operación podría hacerse en una cirugía a corazón abierto, pero con los catéteres se logra una intervención menos invasiva y con menor tiempo de recuperación.