La seguridad laboral y sanitaria fue uno de los puntos centrales de la reunión del Comité Intersectorial de Crisis, y hubo avances: se acordó un protocolo de bioprotección para el personal asistencial y el ámbito sanitario. Según informó a la diaria Patricia Nava, presidenta de la Federación de Médicos del Interior (Femi), el texto trata sobre “cómo cuidar el espacio de salud cuando circulan pacientes positivos, cómo desinfectar y limpiar, hasta medidas y elementos de protección que tiene que tener el personal de salud y todos los que lo asistan en los diferentes niveles de atención”, en policlínica, emergencia, sala de internación y centros de terapia intensiva.

Los gremios solicitaron la aprobación de este protocolo porque no había pautas unificadas y la protección variaba demasiado de una institución de salud a otra. Tanto Nava como el presidente del Sindicato Médico del Uruguay, Gustavo Grecco, informaron a la diaria que el Ministerio de Salud Pública comprometió a los prestadores de salud a que provean lo pautado y anunció que tendrá un fondo de reserva de materiales de bioseguridad (tapabocas, sobretúnicas) por si se llegara a necesitar más adelante.

La Sociedad Uruguaya de Medicina Familiar y Comunitaria expresó el jueves en un comunicado de prensa que en otros países que han tenido la epidemia del SARS-Cov-2 “hasta 10% de los casos de Covid-19” se registran en trabajadores de la salud. Este colectivo pidió especialmente proteger al personal de salud por tres motivos: porque se exponen ellos y sus familiares al virus, porque pueden transmitírselo a otros pacientes, y para “cuidar la dotación de recursos del sistema de salud”, en especial si se tiene en cuenta la epidemia y que “ya se están acumulando bajas en puestos laborales claves del sistema de salud”.

Nava informó que a algunos médicos del interior del país han demorado cinco días en darles el resultado. “No es que tengamos una preferencia, pero si sale negativo ese profesional vuelve a trabajar”, aclaró, y remarcó que el interior muchas veces tiene escasez de recursos especializados. Esperan que la situación cambie ahora, cuando vislumbran la posibilidad de que el Laboratorio de Virología Molecular de la Universidad de la República, ubicado en Salto, pueda hacer test diagnósticos.