El viernes a las 12.00, Nora fue a la farmacia del Hospital Maciel para retirar medicación para su padre, de 77 años, que además de haber sido operado dos veces del corazón, tiene enfermedad pulmonar obstructiva crónica y diabetes. Había un montón de gente afuera, relató en un correo que envió a la diaria: iban por el número 28 de la serie E y a ella le tocó el 97 de la serie F; a las 13.00 dejaban de dar los números, y cambiaron los que habían entregado por otros, a ella le tocó el 145. A las 14.41 recibió la medicación. Cuenta que había esperado hasta último momento para retirar la medicación porque pensó que a lo mejor se solucionaba antes y porque no quería exponerse al contagio del virus; ella vive con su padre, su madre de 70 años y su hija de tres, y dice que espera no haberse contagiado en medio de aquella multitud que aguardaba por medicación. “Me pregunto qué hay de la gente que no tiene una hija que le vaya a buscar los medicamentos, que pueda disponer de tres horas para esperar, más el viaje (en mi caso, de 40 minutos de ida y otros tantos de vuelta). Qué hay de los que vi esperando, que quizá y seguramente estén en peor situación que yo, porque fueron en bondi, que capaz que esperaron bastante a que pasara y que además estuvieron encerrados, arriesgándose al contagio. Qué hay de los que tienen menos que eso y deben ir a buscar medicamentos. Realmente choca que haya ciudadanos de primera y de cuarta: en mi mutualista implementaron llevar los medicamentos a domicilio, y para la gente que menos tiene no se ha implementado nada parecido”, planteó.

La situación era la misma este lunes. Afuera de la farmacia del Maciel soplaba el pampero. Eran las 14.40 y un hombre de 85 años esperaba desde las 12.00. “Nací el 13 de abril de 1934. Si llego a los 86 soy Gardel. Mire cómo ando, pidiendo remedios”, relató en diálogo con la diaria. Es de Sayago, pero como tenía que repetir medicación que le recetó la neuróloga, tuvo que ir al Maciel. Había ido en ómnibus y dijo que también tiene un quiste en un riñón. Poco después, el guardia de seguridad de la farmacia lo habilitó a entrar, a él y a otras dos personas. De esta forma es que les permiten a los pacientes ingresar a la sala de espera, para evitar aglomeraciones. El resto debe esperar afuera, manteniendo distancia de un metro unos de otros, lo que hace que las filas sean de más de una cuadra.

“Tenemos un problema con la farmacia, porque mueve medicación de pacientes crónico; vienen entre 600 y 800 personas por día”, explicó a la diaria José Minarrieta, director del hospital. “Generalmente venían, esperaban en la sala de espera de la farmacia, se iban rotando. Este problema siempre existió, pero ahora se vio amplificado porque tuvimos que destinar la sala de espera para mucho menor cantidad de gente y al resto hacerlo esperar haciendo cola con la distancia adecuada”, agregó. Además, para poder rotar al personal administrativo, el hospital había resuelto reducir el horario de atención de la farmacia, lo que terminó impactando negativamente en la atención a los usuarios.

Soluciones previstas

Según Minarrieta, este martes la farmacia extenderá el horario hasta las 17.00. Anunció, también, que a partir del lunes 13 comenzarán a entregar medicamentos a domicilio. “Nosotros ya habíamos considerado hacer esto en otras oportunidades –incluso habíamos hecho el contacto con una empresa de reparto–, pero no habíamos podido operativizarlo”, explicó. Dijo que El Correo entrega a domicilio la medicación a pacientes que están en cuidados paliativos, pero que no podía extender la logística a la cantidad de pacientes que concurren diariamente al hospital. “Pensamos que de acá a una semana y media se va a solucionar. Va a llevar días, no va a ser de un día para el otro, porque se trata de entre 600 y 800 pacientes por día”, remarcó.

Si bien considera que habrá quienes seguirán yendo a retirar la medicación personalmente, Minarrieta espera que el volumen de los que concurren pueda reducirse a la mitad o a la tercera parte, lo que serviría para solucionar este impacto, no previsto, pero no menos grave que el riesgo de contagiarse covid-19. “Son pacientes que necesitan su medicación; por más epidemia de covid-19 que tengamos, ellos la necesitan. No podemos decir ‘para proteger a la gente no le damos la medicación’, porque después se descompensan de su enfermedad crónica y hay que asistirlos en el hospital. Al final, es un círculo vicioso que no favorece a nadie”, reflexionó.

la diaria intentó, sin éxito, comunicarse con autoridades de la Administración de los Servicios de Salud del Estado para conocer si este tipo de solución se implementará en otros centros que enfrenten dificultades similares.

Vías para pedir la medicación

Por el teléfono 0800 8254 y el correo electrónico [email protected] los usuarios de ASSE podrán solicitar la medicación a domicilio. Esas vías de comunicación ya existen y se utilizan hasta ahora para que los usuarios se agenden con día y hora para retirar personalmente la medicación que entrega la farmacia.