De “tremenda injusticia” calificó el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas, el hecho de que las familias –como él dijo– tengan que “enfrentar psicológicamente la situación de tener una dificultad al momento de concebir” y que, además, “se las castigue” con tener que pagar más si tienen que atravesar un segundo y un tercer intento para lograr un embarazo. Salinas y el diputado nacionalista Martín Lema dieron este miércoles una conferencia de prensa en la Cámara de Diputados para anunciar que a partir de ahora el segundo y el tercer intento se cobrarán igual que el primero, tanto en técnicas de baja como de alta complejidad. El decreto se firmará este jueves, dijo el ministro; lo anunció junto con Lema, que en 2017 había presentado una propuesta para que no aumentaran los copagos del segundo y el tercer intento, y ahora fue quien se lo propuso al Ministerio de Salud Pública.
La Ley 19.167, aprobada en 2013, reguló las técnicas de reproducción humana asistida y las incluyó en el Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS) para las mujeres que tengan entre 18 y 40 años (estén o no en pareja). El Decreto 311/014 reguló los procedimientos de baja complejidad (aquellos en los que la unión del óvulo y el espermatozoide se da dentro del aparato genital femenino) y los incluyó en el Plan Integral de Atención a la Salud, por lo que todas las instituciones del SNIS tienen que cubrirlas. Un año después se aprobó el Decreto 84/015 de las técnicas de alta complejidad (en las que la fecundación es in vitro y luego se transfieren los embriones), que pasaron a ser cubiertas por el Fondo Nacional de Recursos (FNR). Las prestaciones cubren un máximo de tres intentos y tienen copagos, es decir, las personas tienen que pagar una parte.
Salinas comentó que en las técnicas de baja complejidad “el primer intento tiene un costo, el segundo se multiplica por tres y el tercero se multiplica por cuatro”. En el caso del FNR, el valor del copago se determinó en función del ingreso per cápita promedio de la pareja, para lo que el Decreto 84/015 estableció cinco tramos. Por ejemplo, para el primer tramo –que comprende a quienes ganan hasta cinco bases de prestaciones y contribuciones, BPC– el primer intento no tiene copago, el segundo tiene un copago de 10% del valor del tratamiento, y el tercero de 20%; ahora costará 0% en los tres casos. En el tramo de ingresos más altos (más de 30 BPC per cápita) el copago del primer intento es de 85%, el segundo de 90% y el tercero de 95%; ahora todo será de 85%.
¿Quién cubrirá la diferencia? Salinas afirmó que en el caso de las técnicas de baja complejidad la tendrán que asumir los prestadores (mutualistas y seguros privados, porque en la Administración de los Servicios de Salud del Estado son gratuitas) y que el impacto se evaluará dentro de seis meses. “Si hay que complementar en algo, se hará como cápita; el punto es que desde que se otorgó la cápita para esta prestación no ha habido un contralor de la prestación”, deslizó. “Vemos en cuánto impacta, pero es una decisión política y para eliminar barreras de acceso”, remarcó.
En diálogo con la diaria, María Ana Porcelli, directora general del FNR, informó que el costo anual estimado de la rebaja en los copagos de las técnicas de alta complejidad será de 9.000.000 de pesos aproximadamente. “En el presupuesto del FNR es una cifra bastante baja. Sí tiene impactos sobre las parejas. Para alguien que gana entre 45.000 y 90.000, que en un segundo intento tenía que pagar cerca de 120.000 pesos, va a bajar casi 70.000”, informó.
El último informe publicado en el sitio web del FNR dice que al 31 de diciembre de 2018 el FNR había autorizado 2.590 solicitudes de tratamientos de alta complejidad (de 2.900 que había recibido) y que 76% de las pacientes había pagado 50% o menos del costo total del tratamiento, mientras que 20% no había hecho ningún copago; el texto no explicita la variante según el número de intentos, pero Porcelli dijo que “es un promedio”.