Los trabajadores de la salud se encuentran en constante exposición al virus SARS-Cov-2. Por eso, conocer la influencia del coronavirus sobre esta población es fundamental. Ese fue el propósito de investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de la República (Udelar) y del Institut Pasteur de Montevideo (IP) en coordinación con el Ministerio de Salud Pública (MSP), para determinar la proporción de personas que estuvieron expuestas y desarrollaron anticuerpos contra el virus (lo que se conoce como “seroprevalencia”) entre el personal de la salud de la ciudad de Rivera. Los investigadores también se propusieron estimar el número de personas asintomáticas y sintomáticas dentro de esa población e identificar factores asociados con la presencia de anticuerpos: puesto de trabajo, tareas específicas, contacto con pacientes enfermos y uso de medidas de protección, entre otros.

En el estudio participaron funcionarios de las principales mutualistas de Rivera -Casmer y Comeri-, del hospital y de la Red de Atención Primaria de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE). En total participaron 1.204 trabajadores (cerca de 56,3% del total de funcionarios de la salud del departamento), a los que se les extrajo sangre entre el 8 y el 16 de febrero y respondieron un cuestionario para recabar información de interés para los objetivos del estudio.

De las muestras de sangre se extrajeron los sueros y se hizo la determinación de anticuerpos contra el SARS-Cov-2 utilizando la técnica ELISA o test serológicos de diagnóstico de covid-19, explicó el epidemiólogo Javier Pintos, docente del Departamento de Medicina Preventiva y Social de la Facultad de Medicina de la Udelar. Antes de pasar a los resultados obtenidos, Pintos caracterizó la población estudiada: 78% eran mujeres y 22% hombres (lo que se corresponde con la feminización del sector); los menores de 35 años representaban al menos una cuarta parte de la población total y otra cuarta parte los mayores de 50 años; 55% de los trabajadores pertenecía al sector privado y 45% a ASSE.

De acuerdo con el tipo de tarea que desempeñaban, los investigadores agruparon a los funcionarios en cuatro niveles según el riesgo de exposición al coronavirus, en función de la cantidad de pacientes que veían por día, la proximidad con ellos y el tiempo de duración del contacto, entre otros factores.

40,4% de los participantes (487 personas) nunca se había hecho un test por PCR, mientras que 59,6% manifestó (717 personas) haber sido hisopado al menos una vez, dos y hasta cuatro veces, sostuvo Pintos. De las personas hisopadas, sólo 4,3% (52 personas) había tenido un PCR positivo. “Esta sería la incidencia acumulada de covid-19 detectada por PCR en esta población”, manifestó el experto. Destacó que en la mayoría de los casos positivos el contacto fue con una persona infectada fuera del ambiente laboral, que en segundo lugar habían estado en contacto con trabajadores infectados y que “muy pocos, menos de 15%”, identificaron haberse contagiado en el contacto con un paciente con covid-19”, detalló.

La seroprevalencia fue de 8,3% (100 positivos entre 1.204 muestras). “Esto era relativamente esperado porque generalmente los estudios de serología muestran que la seropositividad es aproximadamente el doble de los casos diagnosticados por PCR”, sostuvo Pintos. Algo similar había dicho en la presentación el subsecretario del MSP, José Luis Satdjian, quien señaló que se trata de un “porcentaje lógico”: “En Rivera las personas están más expuestas al virus por la disposición geográfica, por la realidad binacional; les tocó a los riverenses ser quienes estén en la primera línea y muchas veces ser quienes encabecen el combate a la pandemia”. También dijo que la prevalencia obtenida coloca a Uruguay dentro de los “mejores lugares a nivel mundial en los estudios de seroprevalencia”, y eso demuestra que “hemos tenido una exitosa política de testeo”.

Este estudio forma parte de una investigación más amplia coordinada por el MSP que se está realizando en todo el país para reconocer la seroprevalencia en todo el personal de salud.

Análisis de los resultados

El personal menor de 35 años presentó una prevalencia mayor (10,3%) que los de más de 50 años (6,3%). No hubo diferencias por sexo ni por lugar de trabajo. Según la clasificación de los investigadores en grupos de riesgo, Pintos sostuvo que se encontraron datos que en un principio pueden ser “paradójicos”: médicos y licenciados en Enfermería presentaron una alta prevalencia (10% y 9,8%, respectivamente). En tanto, auxiliares de enfermería y personal de laboratorio presentaron menor prevalencia: 5,6% y 4,5%, en ese orden. Sin embargo, personal de administración, dirección y recepción -que en teoría tiene menor riesgo de infección- también presentó una alta prevalencia: entre 9,8% y 10,3%.

Pintos remarcó que los datos del estudio de Rivera son preliminares, y dijo que es necesario ver si estos resultados se repiten en trabajadores de otros departamentos y profundizarlos. Por ejemplo, sostuvo que deben hacerse estudios de “focos”, porque “si en una institución existe un brote en el sector administración, eso lleva a que la gente que a priori era de bajo riesgo aumente la seroprevalencia”. El experto sostuvo que los datos también pueden dar cuenta de que hay “diferencia de percepción de riesgo” entre los grupos de trabajo; “la gente con mayor riesgo de estar expuesta es la más protegida, sigue los protocolos de forma más estricta, mientras que quienes a priori piensan que tienen bajo riesgo pueden relajar las medidas”.

En lo que respecta a la seroprevalencia según antecedentes de PCR positivo, los investigadores encontraron que “casi la mitad de todos los seropositivos tienen antecedentes de PCR positivo, mientras que 55% de todos los funcionarios con seropositividad no presentaron síntomas, nunca fueron diagnosticados con la enfermedad”. Otro dato que destacó el experto fue que entre quienes tuvieron PCR positivos y presentaron síntomas, todos tuvieron una serología positiva. Pintos subrayó que en eso hay correlación entre las técnicas de PCR y serología, ambas desarrolladas en Uruguay.

Punto y seguido

La epidemióloga del Departamento de Medicina Preventiva de la Udelar Alicia Alemán contó que este estudio forma parte de una investigación más amplia que implica conocer la seroprevalencia en la población general de Rivera. Para simplificar la metodología del estudio, los investigadores decidieron separar al personal de salud del resto de la población.

El estudio poblacional en Rivera ya está en marcha. Consiste en dos pasos: el primero fue la extracción de sangre que se realizó la semana pasada a una muestra poblacional seleccionada bajo la coordinación del Instituto Nacional de Estadística. El segundo consiste en hacer una encuesta telefónica a esas mismas personas a las que se les extrajo sangre para preguntarles si tuvieron síntomas y recopilar información necesaria para el estudio, y en eso participa también la Universidad Tecnológica. Esta segunda etapa comenzará la semana del 22 de marzo.